Eruditos. Ladrones. Roba-alientos. Desde los tiempos de
Enoch los Vigilantes han protegido la raza de Caín,
saboteando a todos los rivales
sobrenaturales que pudieran
amenazar su preeminencia.
Cuenta la leyenda que Zao-lat,
un embaucador de Occidente,
llegó al Reino Medio para robar
la iluminación del mayor filósofo
entre los Diez Mil Demonios.
Antaño los Diez Mil Inmortales, los demonios cayeron en el
pecado durante lo que creyeron
que sería tan sólo un giro más
en la eterna rueda del cosmos.
Por su arrogancia, fue expulsado.
Dejó tras de sí un legado odiado:
Zao-zei, un ladrón de templos, y
Zao-xue, un monje erudito. Sus
descendientes, conocidos de forma
colectiva como Wu Zao junto con
los pocos Guerreros y Sanadores al
este del Yangtsé, afirman que Zao-lat
predijo los oscuros tiempos que habían
de venir y buscó aprender todos los peligros
de la noche, sólo para acabar siendo tratado
con desconfianza y odio. Dejó a los Wu Zao para
que permanecieran ocultos y continuó su búsqueda de
conocimiento para proteger a los Clanes de aquéllos que
desafiarían su derecho de existir y buscar redención.
Desde entonces, los Vigilantes (apodo que adoptaron
cuando entraron en contacto con el resto del Clan mediante
la Ruta de la Seda en tiempos de Roma) han permanecido
como una escisión de un Clan ya reducido, apenas conocidos
por sus primos de las otras Castas y vigilando a los monstruos
que amenazan la hegemonía de Caín sobre la noche.
Comulgan con Lupinos y espíritus de sangre y asesinato, se reúnen
con los muertos sin reposo, roban tesoros de las capillas de
los hechiceros para que Zao-lat pueda ser dueño de la noche.
Mantienen su vigilia en estas complicadas noches, acechando
en ciudades como Kashi [N.d.T.: Benarés] mientras permanecen ocultos ante las narices de
Wan Kuei y Tremere por igual.
Los Vigilantes se hacen pasar por
miembros de otros Clanes, pasan
como forasteros por los extraños
lugares del mundo y susurran
advertencias a los Príncipes sobre
amenazas que nadie más podría
concebir o considerar. A medida
que la Horda Dorada se arrastra
por el mundo, los Vigilantes y los
Wu Zao se unen una vez más.
Pero las órdenes de Zao-lat
siguen sin cambiar, y por eso los
Vigilantes saquean tumbas en
busca de conocimientos heréticos, arrasan las ciudadelas de las
órdenes de caballería que poseen
conocimiento de la existencia de los
Cainitas y mantienen amuletos de
jade cerca de sus corazones muertos.
Ellos observan y actúan.
Ni siquiera una prolongada exposición al mandato de Salubri ha hecho que los
Vigilantes adopten el mito de Caín como hecho. Si
se les pregunta de forma directa, se mantienen alegremente
pragmáticos y seculares, como Zao-lat les enseñó. Incluso
en la muerte, pues ellos también lo sintieron perecer, Zao-
lat es su Progenitor no por derecho de Sangre, sino por su
sabiduría. Las enseñanzas de Zao-lat son inmortales, y ellos
no se perderán a sí mismos como han hecho las otras Castas.
Saben que la oscuridad se acerca y que el cambio está en el
fuego. Si no pueden detener el giro de la rueda, se asegurarán
de que la prole de Caín lo sobreviva.
Sobrenombre: Si se llega a saber lo suficiente de ellos
como para que circule un Sobrenombre, es que los Vigilantes
han fracasado en su cometido.
Apariencia: Los Vigilantes son una mezcla de las otras
dos Castas y por eso intentan encontrar un estilo a medio
camino entre ambas: erudito aunque marcial. Aunque los
propios Wu Zao suelen ser Abrazados de las etnias han o
uigur, los Vigilantes occidentales puede proceder de cualquier
cultura del mundo conocido.
Refugio: Cuando no emulan los hábitos de otras Castas
o Clanes, los Vigilantes prefieren por encima de todo monasterios y tumbas. Incluso sus mejores ladrones son en el
fondo eruditos, e incluso los más eruditos saben qué no es
realmente robar si lo necesitas.
Creación de personajes: Los Vigilantes emulan a los
gemelos: ladrones y eruditos que cooperan para descubrir el
conocimiento necesario para la sobrevivir a la Quinta Era.
Los Atributos Sociales a menudo son los primarios y
los Físicos o Mentales los secundarios, dependiendo
de a qué gemelo guarden más cariño. Academicismo, Prestidigitación, Sigilo y Subterfugio son
útiles para la Casta. Como sus parientes, los
Vigilantes suelen ser de Décima Generación o
inferior y poseen el correspondiente Trasfondo.
También es habitual Contactos. En general, la Línea
de Sangre sigue el Camino de la Humanidad, aunque
no pocos siguen el Camino de la Paradoja, la cual
se adecua bien a sus deberes.
Disciplinas de Clan: Auspex, Ofuscación,
Valeren. Los Vigilantes permanecen en las
sombras, observando desde una distancia segura
todos los detalles. Su Valeren les permite diluir tensiones y viajar lejos sin preocuparse
por las molestias, aunque
a menudo aprenden las
dos otras Sendas en el
cumplimiento de sus
deberes.
Debilidad: Si un
Salubri aprende aunque sea
un punto de Valeren manifiesta
el tercer ojo característico de la
Disciplina. Irónicamente, los Vigilantes pueden ser bastante cortos
de vista y tienen tendencia a fijarse
en detalles concretos, perdiendo
la visión de la imagen general. Los
Vigilantes deben escoger un campo
de estudio suficientemente delimitado
como para que sea una Especialidad de
un Conocimiento, como los Diez Mil Demonios, una cultura
mortal determinada o los entresijos de Necromancia. Los
Vigilantes deben superar una tirada de Fuerza de Voluntad
(dificultad 6) para ignorar una oportunidad (según la defina
el Narrador) de adquirir o estudiar conocimientos correspondientes a su campo, o perder dos dados de todas las reservas
de dados durante el resto de la noche.
Organización: Los Vigilantes trabajan en parejas. A
menudo, es con otro miembro de su Casta, Abrazado por el
mismo Sire. La mayor parte de la Casta mora al este del río
Yangtsé, donde se les conoce como Wu Zao, aborrecidos por
los Wan Kuei como ladrones de tumbas y burlas de la iluminación. Los Vigilantes occidentales mantienen esta relación
entre Sire y Chiquillo como el resto del Clan, aunque finjan
ser algo que no son.
Cita: "Recordad las lecciones de Zao-zei y Zao-xue: el conocimiento es el mayor tesoro,
y no hay tesoro que no merezcáis por derecho de sabiduría."
Estereotipos:
• Altos Clanes: Saben mejor que muchos el precio del
poder y la necesidad de hacer lo que debe hacerse, pero
no olvidéis jamás cómo nos abandonaron.
• Bajos Clanes: Rechazados y maltratados, y
aun así luchan por el poder y se afanan para estar
entre los Altos. La esperanza los hace fuertes,
pero los deja expuestos a ser explotados.
• Anda: Se comportan como la Horda
Dorada. Los llamamos los Heraldos
Oscuros. Y aun así despiertan increíbles cosas en su avance.
• Assamitas: Somos las dos caras de las mismas tres monedas.
Juntos, somos la recompensa
del pecado.
• Giovani: ¿Pueden ser
tan ciegos los Capadocios?
¿Realmente no prestaron
atención a lo que nos sucedió?
• Ravnos: Hay honor entre
los ladrones y gloria entre los rakshasha.
Afánate en merecer ambos.
• Tremere: No debemos revelar jamás a
los demás que lo vimos venir. Si lo supieran,
podrían descubrir los otros secretos que Zao-lat
quiso ocultar.
• Wan Kuei: Nuestros mayores rivales
y nuestro mayor desafío. Nuestro destino
yace en aplastarlos bajo la rueda.
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