La línea de sangre Salubri vive rodeada por
la tragedia, la pérdida y la hostilidad. Se rumorea que solo siete de ellos existen en un momento dado: tras alcanzar la Golconda, el vampiro
Abraza a un chiquillo cuidadosamente escogido
que a continuación destruye a su sire mediante la
diablerie. Pocos son los que viven más de unos siglos, ya que consideran que la Maldición de Caín
es prácticamente insoportable. La mayoría no
resiste más que unas décadas antes de elegir
a un chiquillo que lo destruya. El modo en
el que estos vampiros alcanzan la Golconda tan rápida y frecuentemente es desconocido (si es que es cierto), pero muchos
Vástagos sospechan que puede tratarse de
un engaño o de la participación de una
fuerza externa.
Casi todos los vampiros perciben a
los Salubri como diabolistas y asesinos
principalmente debido a la incesante
campaña de propaganda del clan Tremere contra ellos. Los Brujos emplean su influencia para que se declaren cazas de sangre
contra los Salubri ante la menor indicación de
que uno de ellos se encuentra en una ciudad
de la camarilla. La reputación de esta línea
como “devoradores de almas” les precede allá
donde van.
Según las historias que ellos mismos
cuentan, en su día fueron un verdadero clan
fundado por el enigmático Vástago conocido
como Saulot, el primer vampiro que alcanzó la
Golconda. Este logro llegó solo después de que,
desilusionado con la corrupción de sus hermanos,
Saulot marchara a Oriente durante un periodo indeterminado. Cuando regresó tenía un misterioso tercer
ojo en la frente y poseía poderes que ningún Vástago
había visto nunca. Hablaba de la huida del infierno de
la existencia vampírica, la Golconda. Tras su regreso
creó a muy pocos chiquillos. Algunos le atribuyen la
fundación del Inconnu y de la fabulosa Cartago de los
brujah.
Sea como fuere, los Salubri creen que Saulot regresó cambiado en algo más que su mente y su cuerpo. Creen que transformó a su último chiquillo
durante el reinado de Calígula, cayendo después
en el aislamiento para cuidar de la búsqueda de
la Golconda de su progenie. Esta soledad terminó
siendo su fin. En algún momento indeterminado
entró en letargo, quizá voluntariamente.
Durante
la Edad Media, un grupo de magos ansiosos de
poder dio con su lugar de reposo y lo desenterró. El más fuerte terminó con él, saciando su sed con
la sangre de Saulot. Se dice que éste no se resistió,
sabiendo que había llegado su momento de morir.
Para completar su crimen, la cábala de magos
buscó a todos sus chiquillos y los llevó al
borde del exterminio.
Los modernos Salubri son los descendientes de aquellos que lograron escapar
de la purga, o al menos eso es lo que dicen
a los demás. Se cree que los magos aún
les persiguen, y que probablemente tengan relación con los Tremere.
Aunque aseguran ser sanadores, los
demás Vástagos les consideran ladrones
y corruptores de almas. Les persiguen y
cazan, así que para evitar ser descubiertos no pueden emplear sus poderes. Muy
pocos se arriesgarían a ser “sanados” por un
Salubri, temiendo que su alma (ya en peligro
debido a la Maldición de Caín) fuera robada
en el proceso.
Irónicamente, la mayor amenaza para
estos vampiros son ellos mismos, ya que
suelen sacrificarse creando nuevos chiquillos y obligándoles a diabolizarlos.
Los
Salubri creen que todas las almas están condenadas, y solo alcanzando la Golconda es
posible trascender del tormento que aguarda
más allá de la muerte. Los Vástagos (y el ganado)
que no logran alcanzar este estado se convierten en
fantasmas atrapados entre los mundos de los vivos y
los muertos. Por supuesto, ser un Vástago no es algo
fácil, por lo que se convierte en una prueba para la
fuerza del alma. Los Salubri son proselitistas decididos, y probablemente esa “propaganda” sea el origen
de gran parte de la antipatía que los demás sienten
hacia ellos. Labran sus no-vidas secretas y desesperadas mientras son acosados por sus congéneres, que se
niegan a aceptar la verdad que se les pone delante
de los ojos.
Apodos: Devoradores de Almas o Cíclopes
Secta: Los Salubri son ignorados (si tienen
suerte) y perseguidos (en el peor de los casos) tanto por la
Camarilla como por el Sabbat. Ninguna de las dos sectas los
admite, aunque ellos tampoco querrían unirse.
Aspecto: No existe uniformidad entre los Salubri; son tan
pocos y eligen a su progenie de forma tan especial que no es
posible hacer generalización alguna. Entre sus filas ha habido
niños, jóvenes, adultos y ancianos procedentes de todas las
capas sociales.
Sin embargo, comparten una característica común: cuando descubren el segundo nivel de Obeah todos ellos desarrollan un tercer ojo en la frente. Este ojo, que suele ser del mismo color que los otros dos, se abre siempre que se activa algún
poder de Obeah de nivel dos o superior. Cuando está cerrado
apenas es perceptible, ya que los párpados pueden pasar por
una pequeña cicatriz. El propósito de este ojo es desconocido,
pero los vampiros que creen saber algo de los Salubri aseguran
que otorga a los Cíclopes “visión más allá de la visión”, o imágenes infernales. Los Salubri suelen ocultarlo con pañuelos en
la cabeza o sombreros de ala ancha, así como dejándose crecer
el pelo.
Refugio: cuando los Salubri pueden permitirse el lujo de
crear un refugio permanente suelen hacerlo lejos de los dominios de otros Vástagos. Construyen sus hogares en lugares desiertos, lejos de la mirada vengadora de los demás, y no suelen
tener muchas pertenencias (para viajar rápidamente).
Trasfondo: los Salubri prefieren Abrazar chiquillos con
una elevada Humanidad: sanadores, hombres santos, filántropos, naturalistas, etc. Se supone que solo siete de ellos existen
en un momento dado, aunque algunos aseguran que en las
noches modernas podrían ser menos... o más.
Creación de personajes: los Salubri pueden tener cualquier concepto, aunque no es probable que sean criminales
o soldados. Las Naturalezas y Conductas tienden hacia el altruismo, aunque las segundas pueden ser cualesquiera. Casi
todos se decantan por los Atributos Mentales y los Conocimientos, aunque se conocen algunas excepciones. Todos deben comprar cinco círculos en Generación para representar el
sacrificio de sus sires, muchos tienen también algún círculo en
el Trasfondo Rebaño.
Disciplinas de Clan: Auspex, Fortaleza y Obeah
Debilidad: Los Salubri solo pueden tomar sangres de
aquellos que la ofrecen voluntariamente. Si un recipiente se
resiste a su intento de alimentación el vampiro pierde un punto de Fuerza de Voluntad temporal y, a discreción del Narrador podría tener que hacer una tirada de degeneración en su
Humanidad.
Organización: Son demasiado pocos como para disponer
de organización, aunque casi todos siguen un código similar.
Para ellos es vital la búsqueda de la Golconda y parecen aborrecer la idea de negarse la ayuda mutua. Son muy leales, y lo
que carecen en organización lo suplen con dedicación. Sólo
los más desesperados comprometerían la seguridad de los demás: casi todos elegirían la muerte antes que el deshonor. Sin
embargo, algunos antiguos aseguran haber comprobado una
actitud menos caballerosa en los modernos Salubri, y quizá
algo de crueldad. Se comunican mediante palabras crípticas
escritas en una lengua olvidada. En las noches del pasado solían tallar estos mensajes en los árboles y otras superficies para
que las vieran sus demás hermanos. En la actualidad “marcan”
una zona con graffiti, o simplemente dejan a alguien un mensaje para que se lo entregue a sus hermanos de clan.
Todos los Salubri reconocidos son de la Octava Generación (conferida por el sacrificio de sus sires tras el Abrazo). Sin
embargo, no dejan de circular rumores sobre poderosos Vástagos llegados de Oriente que muestran el tercer ojo de Saulot.
Cita: Tu alma está enferma, mancillada por la maldición de
Caín. Ofrécemela y te la purificaré. Debes confiar en mí, ya que
de otro modo no podrías resistir una eternidad de condena. Lo sé.
Estereotipos:
• Camarilla: están tan obsesionados con ocultar su
maldad que no sienten los colmillos de los Tremere en sus
gargantas. La Camarilla es demasiado ciega y egocéntrica
como para aprender de nuestro ejemplo.
• Sabbat: la perdición, al contrario de lo que creen, no
es un montón de vísceras desparramadas. Profanan alegremente sus almas sin pensárselo dos veces.
La Vista desde Fuera
• La Camarilla
Los que tratan con los Salubri no arriesgan solo su sangre, sino también sus almas.
—Rex Foster, aprendiz Tremere
• El Sabbat
Perros apaleados. Patéalos como los despojos miserables que son.
—Vincent Day, paladín del Sabbat
• Los Independientes
No dejan de quejarse a voces por algo ya casi olvidado.
Nada, que lloren.
—Anja Kazmierz, nómada Ravnos
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