Pocos son los vampiros dispuestos a brindar su hospitalidad a un Seguidor de Set, y por una buena razón. Los Setitas, como se hacen llamar, son los sirvientes de la oscuridad y la corrupción encarnada. La meta definitiva del clan es corromper a mortales y Cainitas, creando una masa de esclavos para su oscuridad y para ellos mismos.
Las leyendas hablan de Set, a veces llamado Sutekh, como fundador del clan. En el antiguo Egipto, dicen, Set era un gran guerrero y cazador. Rastreaba las vigilias del desierto como una bestia y era adorado por los mortales como el dios de la noche. Agradeció el culto que se le rendía, disfrutando del respeto de los demás Cainitas. Pero finalmente fue un proscrito. En este punto la historia se hace algo confusa: algunos dicen que Osiris le desterró, mientras que otros aseguran que fue Horus el artífice de su derrota. En cualquier caso, lo cierto es que Set juró recuperar su poder, pero esa vez desde las tinieblas. Y sus chiquillos siguieron sus huellas.
Set desapareció en el año 33, prometiendo a sus seguidores volver algún día. Desde entonces, los Setitas se afanan por hacer del mundo un lugar apropiado para el retorno de su amo, habiendo conseguido hasta el momento un cierto éxito.
Favorecen la extensión de las enfermedades y las desigualdades económicas; cuanto más infeliz sea alguien, más posibilidades habrá de que intente aprovechar cualquier oportunidad que se le presente de mejorar su situación.
Los Setitas actúan de forma insidiosa. Opinan qué la mejor forma de corromper a alguien es darle exactamente lo que quiere, y observar cómo el deseo engendra un deseo mayor. Fomentan el éxtasis y el hedonismo entre su grey, siempre animando al exceso, asegurando discretamente la adicción de su presa a los placeres que sólo ellos pueden proporcionar. El Esclavo de un Setita es digno de compasión, al igual que cualquiera capturado en su trampa cubierta de miel. Los Seguidores de Set hacen lo que hacen movidos por su celo religioso, y por tanto pueden ser incluso más despiadados que los inhumanos Tzimisce.
Remoquete: Sierpes
Apariencia: Muchos Setitas proceden del Medio Oriente o del Norte de África, pero algunos aparecen en los lugares más inesperados. El pelo rojo es apreciado como una marca de Set. Muchos de los Seguidores llevan arcaicas túnicas neo-egipcias en la intimidad de sus Refugios. La desfiguración ritual es popular entre los Setitas más devotos, aunque su naturaleza exacta varía dependiendo del individuo.
Refugio: Los Setitas prefieren las profundidades subterráneas, como cavernas, grutas y pozos prisión. Les gusta decorar las paredes de sus refugios con jeroglíficos egipcios que narran la historia de Set. Las telas exóticas y los aceites aromáticos son también populares entre los Setitas que gustan de hacer ostentación de su decadencia. Llaman a sus refugios “templos”, y suelen situarlos cerca o bajo el cuartel general de cualquier culto al que estén controlando.
Trasfondo: Normalmente, los Seguidores de Set escogen a sus neonatos entre sus sirvientes humanos. Tienden a elegir sólo a los de ascendencia egipcia, pero hay quien dice que algunos Setitas acompañaron a las más largas incursiones vikingas en sus travesías de vuelta al norte. Aunque estos rumores, como los de Cainitas nórdicos rindiendo homenaje a la Serpiente de Midgard mediante envilecedores ritos, aún tienen que ser probados.
Creación del personaje: Los Setitas, particularmente en Europa Occidental, tienden a los conceptos marginales. Las posibles Naturalezas incluyen Tirano, Bellaco o Monstruo; su conducta puede ser la que resulte más apropiada. Los Atributos Sociales y los Talentos suelen ser los primarios. Muchos tienen el Trasfondo de Criados, así como algunos Contactos, Rebaño e Influencia. Los Setitas devotos siguen el Camino de Tifón.
Disciplinas del Clan: Ofuscación, Presencia, Serpentis.
Debilidades: Los Setitas son muy susceptibles a la luz del sol. Dobla el número de dados de daño por exposición a la luz solar.
Organización: Los grupos Setitas se organizan en templos y tienen una especie de jerarquía eclesiástica en cuya cúspide se encuentran los sumos sacerdotes de Set. Es frecuente que formen pequeños cultos de seguidores mortales, con ellos mismos como oscuros sacerdotes. Hay algunas traiciones y puñaladas por la espalda entre las filas del clan, pero sólo mientras no haya ninguna amenaza exterior.
Cita: Ah, no digas más, amigo mío. No son necesarias las palabras. Tienes hambre: puedo saciarte. Tienes sed: yo la apagaré. Por favor, sígueme.
Estereotipos:
• Assamitas: Ellos conocen también la furia de los perseguidos. Son nuestros hermanos, aunque lo nieguen.
• Brujah: Esos celotes son fuertes luchadores, pero frágiles como cerámica defectuosa. Su ira les partirá en dos.
• Capadocios: En su obsesión por el conocimiento prohibido yacen el peligro y también nuestra oportunidad. Cultiva su amistad, pues serían unos excelentes escribas de la gloria del reinado de Set.
• Gangrel: Alimenta a un perro con la carne que ansía y lamerá su mano. Lo mismo ocurre con los Gangrel.
• Lasombra: Sí, comprenden la oscuridad. Todo lo que les falta es saber Su nombre…
• Malkavian: ¿Cómo se puede tentar a un lunático? Es mejor evitarlos.
• Nosferatu: Podrían ser peligrosos si no fuese por su autoproclamada desesperanza. En el fondo, no sirven para mucho.
• Ravnos: Roban, se burlan y se pavonean, pretendiendo no tomarse nada en serio. Pero no pueden negar al monstruo que se arrastra en lo más profundo de sus almas.
• Toreador: Con toda su virtuosa charla sobre la pureza espiritual del arte, les resulta bastante fácil rendirse a sus vicios.
• Tremere: Ah, nuevos jugadores ante el tablero milenario. Debemos darles una adecuada y generosa bienvenida.
• Tzimisce: Sus señorías hablan mucho de su poder e independencia, y se recrean en lo que consideran demostraciones de fuerza. Qué ironía que ya nos pertenezcan todos ellos.
• Ventrue: Amor al poder y sensibilidades ahítas: los Ventrue tienen sus necesidades, y nos sentimos felices de ofrecerles alivio.
• Baali: Niños.
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