Vampiro. Como la sombra de una rapaz cerniéndose sobre
un ratón de campo la misma palabra evoca una terrible
imagen en el corazón de los hombres: demonios altivos y con
una oscura gracia de porte aristocrático, solitarios castillos en
abruptas montañas y bosques primitivos cubiertos de niebla a
través de la cual sombras hambrientas Cazan de noche. Estos
son los Tzimisce, a veces llamados Demonios; los vampiros
entre los vampiros, el eterno hombre del saco que acecha las
pesadillas de los mortales.
Los bosques de Europa del Este están unidos
a las leyendas de los vampiros, y los Tzimisce
han gobernado esas tierras desde antes de lo
que los mortales pueden recordar. Los
Cárpatos son sus huesos, su suelo es su
carne, y comparten su Vitae con él en
un ciclo perpetuo de vida y no-vida,
como los mortales comparten con
ellos su sangre. Los Koldun recuerdan un tiempo en que Tzimisce
moró en la Segunda Ciudad y allí lo
aquejó un malestar, un anhelo por
un hogar que nunca había visto.
Se exilió a sí mismo, siguiendo
la llamada de estas montañas.
Y así ha sido siempre, ambos
indivisibles.
Aquí no hay
relato que los excluya, ni rey
que gobierne por encima de
ellos, ni enemigo que los pueda
desafiar. O eso creían. El sentimiento de superioridad de los Tzimisce permitió que
los Tremere actuaran sin ser desafiados demasiado
tiempo, y ahora los Usurpadores y sus soldados Gárgolas
invaden territorios Tzimisce y se enfrentan a ellos abiertamente
en el campo de batalla. Siempre dispuestos a no ignorar una
ventaja táctica, los Ventrue asaltaron la frontera oriental de
Hungría y entraron en Transilvania para lanzar cruzadas contra
los paganos del norte con la idea de conquistar los territorios de
los Demonios. La horda mongola les ha dado un cierto respiro
mientras avanza a través de las montañas hacia el oeste y obliga
a sus enemigos a guerrear con ellos mientras los Tzimisce lo
observan desde sus fortalezas en las alturas. Una queda guerra
se cuece dentro del Clan, tan sólo impedida por el apego de éste
a la antigua tradición de la hospitalidad del Clan al reclamar
los Antiguos un retorno a las viejas costumbres mientras los
jóvenes claman por el cambio. La revolución parece estar a la
vuelta de la esquina para los Demonios.
Sobrenombre: Demonios.
Apariencia: En tiempos remotos, los Tzimisce
eran el más regio de los Clanes: altos, inquebrantables y fuertes como las montañas en las que
moran. Escogían sólo a los mejores entre los
mortales directamente de sus familias Ghoul
para asegurarse una constitución fuerte
y una disposición adecuada, las cuales
se idealizaban aún más mediante Vicisitud. Sin embargo, a medida que la
guerra se adentra en sus tierras, se han
visto obligados a renunciar a sus
formas preferidas y han sustituido
miembros por armas y asumido
sus monstruosas formas de combate
durante períodos de tiempo cada
vez mayores. Algunos de los más
jóvenes han encontrado la liberación
mediante las alteraciones, adoptando formas que otros considerarían
ajenas y extrañas, y han seguido su
propio camino hacia el futuro.
Refugio: La mayoría de
Tzimisce mantiene un refugio
según lo que consideren que
es el lujo, y son regios según
su propia definición. Esto suele
implicar rodearse de numerosos súbditos y rebaños allí
donde aniden. Debido a su vinculación con la tierra, si
abandonan su patria encontrarán algún modo de vincularse
con su nuevo hogar.
Trasfondos: Tradicionalmente, los Tzimisce Abrazaban a
los mejores de entre su propia nobleza, premiando la lealtad,
la ferocidad y la fuerza por encima de todas las demás cualidades. Con este fin, prefieren Abrazar Ghouls y han creado
familias enteras de Aparecidos con este propósito. Rara vez
Abrazan extranjeros; si lo hacen, es porque son realmente
excepcionales. Sin embargo, los Metamorfosistas a veces
rechazan la tradición y buscan a quienes les inspiren con su
perfección espiritual, mientras que los jóvenes se deleitan
con las posibilidades estéticas de los extraños.
Creación de personajes: Los Demonios valoran por igual
los Atributos Mentales y Físicos. Aunque la imagen de un guerrero Tzimisce abriéndose paso con una carnicería en medio del
campo de batalla es un estereotipo común (y cierto), el Clan
también presume de eruditos, sacerdotes, monjes y hechiceros
entre sus filas, lo que implica que individualmente pueden
preferir cualesquiera Técnicas, Talentos o Conocimientos. Al
ser un Clan que se define por la tierra que gobierna, Dominio
es con diferencia el Trasfondo más importante. Rebaño es vital
para cualquier Tzimisce, uno no puede llamarse gobernante
sin súbditos. El Camino de los Reyes es el más común entre
los Demonios. Por su parte, el Camino de la Metamorfosis
está formado prácticamente en exclusiva por Tzimisce,
aunque suponen una minoría dentro del Clan.
Disciplinas de Clan: Animalismo, Auspex, Vicisitud.
Debilidad: Para los Tzimisce el mandato para gobernar
proviene de la misma tierra, pero a un precio. Un Tzimisce
debe descansar con al menos dos puñados de suelo nativo;
esto es, de un lugar importante para él, normalmente el de
su nacimiento o su tumba. Por cada día de descanso que
pase sin ellos divide entre dos todas las reservas de dados
(redondeando a la baja), de forma acumulativa, hasta
que llegan a un solo dado. Un día entero de descanso
con suelo nativo restaura las reservas a su valor habitual.
Organización: Los Tzimisce se rigen por vínculos
familiares y de Sangre; son un Clan incestuoso con
crecientes linajes con docenas, si no cientos, de miembros. Los de mayor edad reciben el máximo respeto, y las
maniobras entre los Chiquillos para captar su atención
y favor dan nuevo significado al concepto de “rivalidad
fraternal”. Fuera de la propia heredad, es importante
reconocer a los demás Tzimisce como gobernantes por
derecho propio (después de todo también son Sangre
de la tierra) pero ninguna familia está dispuesta
a someterse a otra. La lucha constante por la
primacía causa tensiones entre los Demonios.
Debido a esto, los Tzimisce respetan una
necesaria tradición de hospitalidad formal
e inagotable. Casi como desafío a su propia
naturaleza, un hombre o vampiro recibido
en un hogar Tzimisce puede esperar seguridad
y una comodidad básica, siempre que no afrente
la amabilidad de su anfitrión.
Cita: "No temáis, pequeño mortal. La tierra os alimenta, vos me alimentáis a mí y yo alimento la tierra.
Éste es el orden de las cosas, es lo natural."
Estereotipos:
• Anda: Estos recién llegados nos recuerdan a los
Gangrel, pero comprenden la lealtad y la familia. Quisiera
saber más de ellos.
• Brujah: Respeto su arrojo, perno su causa. ¿Qué causa?
Ninguna de ellas.
• Gangrel: Ingobernables y descuidados, pero lo más cercano a hermanos que encontraremos fuera de nuestro Clan.
• Ghouls: Útiles. A veces, incluso merecedores de respeto.
Mientras sean nuestros.
• Tremere: Nada que valga la pena discutir. Pronto los demás
sólo hablarán de su recuerdo. Y entonces también los mataremos a ellos, y los Tremere simplemente no habrán existido.
• Ventrue: La suya no es una autoridad real, carecen de mandato para gobernar. Han mantenido esta
charada demasiado tiempo; se arrodillarán
o sufrirán por su insolencia.
• Lupinos: No se debe
subestimar a estas bestias;
tienen su propia conexión con la tierra,
lo que las hace
muy peligrosas.
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