La Casta de los Guerreros representa la mayor parte de
nuestro Clan. De ellos, aproximadamente la mitad se unió
al mismo mediante el adoctrinamiento e ingresaron en la
Red de Cuchillos, mientras que el resto fue Abrazado en
base a tradiciones más antiguas. En este último caso, el Sire
normalmente elige a un candidato apto, lo Abraza y entonces lo deja para que se las arregle solo con una supervisión
mínima aparte de asegurarse de que cumple con la obligación del diezmo para con el Clan.
El líder de la Casta de los Guerreros es el Califa, por lo
general, el más viejo y poderoso de los Guerreros. Para ese
puesto, el poder intrínseco es más importante que la edad o
el respeto. En teoría, cualquier Guerrero puede desafiar al
Califa a un duelo de honor por cualquier cosa que considere
un fallo en el desempeño de sus funciones.
Se espera que un
Califa que pierda un duelo de este tipo se someta a la Diablerie ritual por parte de su oponente, suponiendo que no
quede destruido ya antes de que ésta pueda llevarse a cabo.
El Califa actual es Thetmes, un egipcio de la Quinta Generación Abrazado en el año 25 a.C. Es un devoto de la versión
corrupta de la Senda de la Sangre y, dado que es unos seis
siglos más viejo que el Islam, siente muy poco respeto tanto
por sus preceptos como por sus adeptos, una actitud que es
la fuente de su antipatía hacia el Viejo actual. Thetmes ascendió a esta posición al destruir personalmente en combate
al anterior Califa por la desastrosa gestión de este último del
asedio a Viena de 1529. En casi cinco siglos nadie ha desafiado su autoridad sobre la Casta de los Guerreros.
Sufren la Maldición Baali y la Maldición Tremere, aunque la última anula la primera. Si algo levantase la Maldición Tremere, la Baali afectaría inmediatamente a todos los
Guerreros.
Nota: La Casta de los Guerreros son literalmente los Assamitas "normales". En las Noches Pasadas: La Maldición Tremere; Hasta la ruptura a finales de 1998, todos los Assamitas estaban sujetos a la maldición Tremere de la vitae envenenada. Los Narradores que deseen situar sus partidas antes de ese momento pueden querer emplear esa antigua debilidad del clan. Antes de la Ruptura, los guerreros no pueden volverse adictos a la vitae Cainita porque para ellos es un veneno corrosivo. Ningún Assamita se alimenta con ella y cada punto de sangre Cainita que beba un Assamita le causa un nivel de salud automático de daño letal. Los intentos de diablerie causan un daño agravado automático y un nivel de salud por punto permanente de Fuerza de Voluntad de la víctima poseída y el aspirante a diabolista no saca ningún provecho (ni siquiera la reducción de generación) si sobrevive al proceso. Actualmente, el aura de las tres castas sigue estando manchada, pero pocos lo ven como un laste considerable.
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