Chandalas

Los Ravnos preferirían que no existieran los Chandalas. Forman una casta de intocables que ni siquiera se considera parte del clan y extraen a sus desafortunados miembros de varias fuentes. Algunos son Sudras que han recibido el Abrazo, otros son Ravnos expulsados por Abrazar individuos ajenos a la casta, o por ofender a un anciano. Por las descripciones de Anaravati, muchos de los Chandalas serían lo que llamamos Caitiff y algunos podrían incluso ser miembros perdidos de otros clanes. Aunque se les desprecia, a los Chandalas se les encomiendan tareas rituales a cambio de seguir permitiendo su existencia. Amaravati dice que buscan y destruyen ciertos cadáveres concretos para evitar que se conviertan en herramientas de los asuratizaiyya, lo que me hace preguntarme si acaso habrá sangre capadocia entre los suyos. Aquellos que fracasan o desatienden sus deberes son ejecutados, e incluso los que aceptan la situación se enfrentan a otras restricciones. Se les prohíbe alimentarse de los sanos; los Chandala sólo pueden nutrirse de los enfermos, de los decrépitos y de los mortales intocables.

El único individuo sano del que los intocables pueden beber es de una viuda, y sólo si beben de ella hasta matarla. Los Ravnos Chandalas constituyen la jati de posición más baja. Normalmente se prohíbe Abrazar a sus miembros, para evitar que extiendan su sangre impura y sus ideales. Los Ravnos de la India consideran que todos los Caitiff son Chandalas, y cualquier Ravnos que sea sorprendido incumpliendo los principios de la Paradoja corre el riesgo de ser degradado a esta casta. Los miembros de otros clanes y líneas de sangre extranjeras que vienen a la India, también son considerados Chandalas por defecto, aunque abiertamente los Ravnos puedan mostrar cierto respeto o consideración para evitar conflictos. Los Chandalas a menudo reciben oportunidades de mejorar su posición realizando tareas odiosas y onerosas, por ejemplo, recoger e incinerar los cuerpos de mortales que se cree puedan convertirse en Vástagos Orientales. La mayoría de los Ravnos que son lo bastante desafortunados para ser considerados Chandalas simplemente prefieren abandonar la India en lugar de sufrir ese estigma.