La familia Kalderash ha vagado por un vurma más lejano aún; sus pasos les han llevado por los escondrijos del Oriente más lejano. Aún más que los Vritra, trafican con los vampiros que impiden la expansión de los mulo por China y Japón (¡y es aquí donde reside la locura de los mulo, que prefieren dar al traste con sus no-vidas que simplemente pedir consejo a los humildes Ravnos!). Los kalderash son una familia rica; en sus negocios (y, uno sospecha, en sus asuntos más turbios) con los mulo de Oriente han amasado riqueza y samadji te todo tipo. Pero en su sociedad se han convertido en extraños para nosotros y raramente participan en una palshiv. Erróneamente, algunos Ravnos Occidentales conocen a esta facción del clan Ravnos como Kalderash, y se rumorea que son hábiles orfebres, hojalateros y artesanos. Sin embargo, se trata de una visión muy equivocada y que seguramente ha surgido debido al gran desconocimiento que se tiene de la facción, que sin embargo es una de las más antiguas del clan.
Desde el comienzo de la historia del clan Ravnos comenzaron a extenderse desde la India por toda Asia, desde los reinos del sureste asiático, hasta el gran Reino Medio de China e incluso ocasionales incursiones en Japón, a menudo disfrazándose como los Vástagos orientales para recorrer esos territorios con algo de seguridad, y sin permanecer mucho tiempo asentados en ningún lugar.
El término “chih-mei”, que significa “devorador de carne” es un término despreciativo que les dieron los vampiros de Oriente, que los han despreciado y que en muchas ocasiones los han perseguido abiertamente. Como mínimo siempre han sido recibidos con tensión. El hecho de que en ocasiones los Ravnos hayan respondido con violencia o que sus congéneres de la India hayan entablado durante milenios una guerra santa contra los vampiros orientales, tampoco ha contribuido a mejorar las relaciones.
A pesar de los enfrentamientos, unos pocos Ravnos han conseguido sobrevivir contra viento y marea en el corazón de Asia. A menudo deben mantener su propia Mascarada no sólo para ocultarse de los mortales, sino también de sus antiguos enemigos, y normalmente suelen tener poderosas razones personales para quedarse en sus dominios.
La Semana de las Pesadillas ocasionó pocas pérdidas a los Ravnos Chih-mei, pues no solían estar tan unidos como sus compañeros de otros lugares del mundo. A pesar de este hecho, existen menos Ravnos en Asia que en el resto de los continentes simplemente debido a las dificultades que entraña sobrevivir en mitad del territorio de los vampiros orientales.
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