Ésta es la regla más importante
de todas y la única que de verdad
merece la pena aplicar: No hay
reglas. Este juego debería ser
cualquier cosa que quieras que
sea, se trate de una crónica casi
sin dados de socialización dentro
de la interpretación o de una
campaña táctica a largo plazo en
la que cada jugador controla una
pequeña coterie de vampiros.
Si
las reglas de este libro interfieren
con el disfrute del juego, cámbialas. El mundo es demasiado
grande; ningún conjunto de reglas
inflexibles tiene la posibilidad de
reflejarlo. Considera este libro
una colección de pautas: modos
sugeridos pero no obligatorios de
capturar el Mundo de Tinieblas
en el formato de un juego. Tú decides lo que funciona mejor en tu
partida. Tienes la libertad de usar,
alterar, abusar de o ignorar estas
reglas como te parezca
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