Leyendas
Homa fue un destacado Osebo, que siguió a las
tribus guerreras dirigidas por el gran jefe zulú Shaka a
principios del siglo XIX. Reunió un auténtico ejército de
Laibon itinerantes y ghouls que se unieron a su causa a
cambio de sangre y se convirtió en el azote de los
dominios del sur.
Cuando Shaka fue asesinado por sus
hermanastros, Homa aprovechó la oportunidad para
liberarse de los guerreros mortales y establecer su propio
dominio en Luanda, Angola.
El actual Magaji aprovechó
la primera oportunidad que tuvo para expulsarla y él y
sus kholo huyeron a Zambia, dejando que lo demás
Laibon defendieron el dominio hasta sus Muertes Finales.
El dominio de Homa duró durante un período
muy largo, al menos por lo que se refiere a los dominios
de los Osebo.
Durante más de un siglo, Luanda
experimentó un gran crecimiento y se convirtió en un
centro de reunión para los Laibon. Aunque no era un
centro cultural, fue un lugar donde los Laibon podían
ocultarse mientras las noticias de sus crímenes
desaparecían, o simplemente podían instalarse allí,
viviendo en un dominio en el que los Mandatos eran
respetados de forma muy laxa y flexible.
Homa finalmente se cansó de las labores de
Magaji y convirtió el gobierno en un consejo de kholo a
principios del siglo XX. Como podía esperarse el consejo
se fragmentó aceleradamente, y finalmente un nuevo
magaji reclamó el dominio. Este nuevo candidato no
estaba relacionado con Homa ni con sus partidarios y fue
apoyado por los Reyes Guruhi que estaban cansados del
Osebo rebelde y de sus costumbres anárquicas.
Trasfondo
Notoriamente indisciplinados por sí mismos, los
Osebo son uno de los Legados más numerosos del Reino
de Ébano. Esta situación es una consecuencia del hecho
de que son criaturas apasionadas, que Abrazan cuando
sus impulsos les dominan. Debido a ello, es difícil
realizar una generalización sobre los Osebo, excepto que
un terrible fuego corre por su sangre, inflamando su
carácter.
25
La otra generalización que puede aplicarse a los
Osebo es que a menudo son los guerreros del Reino de
Ébano –la Sangre llama a la Sangre, y los Osebo eligen
chiquillos que son como ellos. El nombre de Osebo
procede del leopardo de la leyenda de Ashanti de África
Occidental, un depredador fuerte y rápido pero orgulloso.
Los Osebo tomaron su nombre como muestra de respeto,
aunque su orgullo a menudo los lleva a la tozudez.
Muchos Osebo son bastante conservadores, creyendo que
las antiguas costumbres son tan buenas como cualquier
otra. Sin embargo, a menudo crean sus propias normas.
Desafortunadamente para los Osebo, sus normas
suelen ser orgullosas y a menudo caprichosas. Por esta
razón los Osebo se unen a otros Laibon, aunque sólo sea
para que la opinión de otros pueda darles un sentido y
propósito. Cuando se les deja a su capricho, la Manada se
hunde en sus deseos más básicos, robando niños de sus
cunas, secuestrando hombres de sus hogares, matando sin
necesidad y dejando que sus morales se degraden a
medida que la Bestia toma el control. A menudo apoyan
a los Guruhi, pues su orden es el dominante en el Reino
de Ébano, aunque un Osebo que busque una figura de
autoridad puede sentir a gusto prácticamente con
cualquier individuo –Laibon u otros- que demuestre
suficiente fuerza de personalidad. No es que los Osebo
deseen que alguien les dé órdenes, y cualquiera que así lo
asuma probablemente terminará con su sangre en las
fauces de la Manada. Sin embargo, los Osebo saben que
no pueden controlarse, así que buscan a alguien que los
defienda de sí mismos. De esta manera, los Osebo son
bienvenidos en la mayoría de los dominios de los Guruhi.
Pocos de los Reyes tienen cortes en las que no esté
presente al menos un guerrero Osebo.
En algunos casos
se han convertido en campeones de los Magaji. En otros,
son matones carentes de escrúpulos, Abrazados entre las
filas de psicópatas y criminales mortales que han
encontrado en la muerte la excusa para continuar
actuando como en vida. La ambición no es un rasgo
común de los Osebo, y la mayoría están satisfechos con
participar del régimen establecido y conseguir
recompensas mediante su esfuerzo. Si quisieran podrían
enfrentarse físicamente a los Osebo y posiblemente
incluso a los Xi Dundu unidos –pero no quieren. Es más
fácil dejar que alguien se encargue de las labores de
gobierno, sobre todo si ese alguien lo quiere y parece
mejor capacitado.
Esto no quiere decir que los Osebo sean
conformistas. Sólo que no quieren el liderazgo de los
dominios. Muchos Osebo crean sociedades secretas u
organizaciones criminales, ocultándose dentro de cultos
religiosos y apoyando a dictadores y revolucionarios –o a
dos bandos de un mismo conflicto.
De hecho, los Osebo
tienen dificultades para controlarse, y a menudo
prosperan en dominios donde existe una fuerte autoridad,
que sirve para mantenerles a raya. Irónicamente la
sociedad Liabon les ayuda a trabajar para fines más
constructivos.
Según la leyenda los Osebo llegaron después de
los Guruhi cuando recibieron el Reino de Ébano de los
dioses, y han sido parte de África desde que los Laibon
pueden recordar. De hecho, algunos sospechan que los
Osebo ya habitaban el Reino de Ébano antes de la llegada
de los Guruhi y simplemente se dieron cuenta de que los
Guruhi estaban mejor capacitados para gobernar los
dominios. Cuando se sugiere esto los Osebo típicamente
dan dos respuestas. Los que confían en su poder la
rechazan y harán una demostración física de que nadie
está mejor preparado
que ellos para hacer
nada. Sin embargo, la
respuesta más típica es
un simple
encogimiento
de hombros.
A la mayoría
de los Osebo
no les importan
cosas como
gobernar dominios e
interpretar los Mandatos.
De vez en cuando aparece un
Osebo antiguo de entre las sombras,
sobre todo en los dominios del norte,
afirmando que el linaje formó parte de una utópica
ciudad que existió hace milenios. A menudo estos Osebo
se parecen poco a sus parientes del Reino de Ébano,
poseyendo dones diferentes a los de Cagn y con una
fuerte personalidad.
De hecho, pocos de estos antiguos se
asocian con los Osebo y algunos afirman que ni siquiera
pertenecen al Legado. A menudo se sienten frustrados
rápidamente y se marchan, aparentemente porque los
dominios del Reino de Ébano no se ajustan a su antigua
utopía. En ocasiones se han instalado en algunos
dominios y se han proclamado magaji, obligando a los
Guruhi a reconocerles, pero la mayoría se marchan no
mucho después.
Los Osebo mantienen fuertes relaciones con los
Guruhi, pero raramente frecuentan a los Shango, pues no
confían en su magia. Consideran a los demás Laibon
como problemas potenciales –y muchos no dejan de
recordarles el poder que los Guruhi les han otorgado.
Aunque pocos confían en los Xi Dundu se rumorea que
todo un linaje Abrazado entre los Masai se ha unido a
ellos, y está recibiendo entrenamiento en secreto.
Apodo: La Manada (colectivo)
Apariencia: A menudo los Osebo no se
molestan en ocultar su poderío físico. Los Osebo fuertes
suelen ser musculosos, los que son rápidos son esbeltos y
fibrosos, y otros Osebo llevan tatuajes o símbolos que
señalan sus proezas. Su naturaleza abierta les lleva a no
preocuparse por darse aires, y pocos utilizan ropas
lujosas, y los menos sofisticados raramente se preocupan
por la higiene. Sus rostros suelen ser muy sinceros sobre
sus intenciones, que se perciben con sólo una mirada.
Refugio: Si tienen la suerte de tener un maestro
o mentor, los Osebo viven con ellos. Si se les deja a su
aire, la mayoría de los Osebo se conforman con poco, a
veces robando un refugio mortal, o asentándose en una
cueva o un escondite seguro. Si el refugio tiene algún
interés para el Laibon, se preocupará de tenerlo bien
acondicionado. Si se trata de un mero instrumento de
supervivencia no se preocupará por él, aunque será
permanente.
Procedencia: Los Osebo a menudo Abrazan a
individuos comunes, tendiendo ocasionalmente hacia
conceptos criminales. Teniendo en cuenta el vicio de la
Manada por el robo de niños y el rapto de personas,
cualquier individuo secuestrado puede también ser
Abrazado en el Legado durante su aprisionamiento,
aunque pocas de estas víctimas sobreviven. A menudo
también suelen guiarse por el mero capricho, lo que
significa que cualquiera que atraiga la atención de un
miembro de la Manada puede ser abandonado a su suerte
poco después de ser transformado en Laibon.
Creación del personaje: No es sorprendente
que los Laibon favorezcan los Atributos, Talentos y
Técnicas físicos. Sus Naturalezas y Conductas suelen ser
muy similares, considerando que los Osebo no suelen
poner mucho empeño en engañar a sus compañeros. Los
Trasfondos son diversos, aunque Mentor suele ser
común.
Disciplinas del Legado: Auspex, Celeridad,
Potencia
Debilidad: La Manada entra en frenesí con
facilidad, y sus miembros se convierten en remolinos de
destrucción. Todas las dificultades para resistir el frenesí
aumentan en dos para los personajes Osebo.
Organización: Aunque están poco organizados
por sí mismos, los Osebo a menudo están más que
dispuestos a adoptar las costumbres de cualquiera que
parezca ser un buen jefe. Un Osebo que conoce a otro de
su Legado puede respetarlo e incluso tratarlo
amigablemente, pero sólo mientras no se cruce en sus
objetivos o en las órdenes de su mentor. Es un respeto
muy básico, pero existe.
Cita: "Te dije que tenías que morir. Que así sea."
Estereotipos
Akunanse: Las tarántulas pueden
morder, pero sus piernas se rompen si las dejas
caer desde las alturas.
Guruhi: Son líderes sabios, desde luego.
Pero si son buenos líderes no me corresponde a
mí decirlo.
Ishtarri: Puteros y buscadores de placer
–y por esa razón pagan admirablemente para que
les protejan.
Kinyonyi: Márchate volando, pajarito, o
el leopardo te comerá.
Naglopers: Asquerosos y horribles y
difíciles de romper.
Seguidores de Set: Dicen mentiras, pero
su dinero es bueno.
Shango: Son débiles y han recurrido a la
hechicería para protegerse. La magia es para los
cobardes.
Xi Dundu: Mientras el carro se siga
moviendo, no me importa quien tire de las
riendas.
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