Durante un ritual mágico algo salió terriblemente mal. Muchos de los Xi Dundu cayeron al sueño, retorciéndose en una horrible agonía. La única forma que encontraron de escapar del tormento fue escapar al río. El hogar ancestral de los Xi Dundu los rechazó y fueron obligados a huir por el agua, lejos del Congo. Algunos emigraron hacia el centro de África, mientras que otros siguieron el río Congo hasta que llegaron al lag o Tanganica, que se encuentra en la actualidad en los límites de la República Democrática del Congo, Burundi, Uganda y Tanzania. Las Sombras entraron en Tanzania, y cuando la tierra dejó de rechazarles, continuaron su viaje entrando en el Valle del Rift y en Kenia. Actualmente muchos Xi Dundu proceden de las tribus Masai de África Oriental, y esa cultura es la más extendida e influyente dentro del Legado. Algunos miembros del Legado aseguran que su progenitor no vivía en el Congo, sino que era uno de los Masai. Independientemente de su origen sus dominios son numerosos, pero pequeños y a menudo un Xi Dundu se rodea de una prole de chiquillos, combatiendo ferozmente a los demás Laibon con los que comparte su dominio. Ya fuera debido a esta gran migración o simplemente debido a su naturaleza, los Xi Dundu están ferozmente unidos. Han aprendido a trabajar juntos, y (al contrario que los demás Legados) son capaces de reconocer el valor del esfuerzo concertado.
Agresivos por naturaleza, los Xi Dundu prefieren gobernar en lugar de servir. Aunque los Guruhi mantienen las riendas del poder en el presente, los Xi Dundu tienen como objetivo derrocarles. Viniendo del corazón del Reino de Ébano, las Sombras han tomado el mando de la supremacía como señores de la noche. Utilizan su red de aliados para extender historias supersticiosas de terror y poder, reclamando la oscuridad exclusivamente. Persistentes y severos, a las Sombras raramente les preocupa ocultar sus ambiciones. Pueden ser crueles, pero son sinceros, y participan abiertamente en el juego de la subversión sugiriendo que quizás los Guruhi no son los mejores líderes del Reino de Ébano después de todo –y que quizás el continente oscuro necesita que un gobernante oscuro tome el poder. Un proverbio Wadchagga dice que cuando el león envejece, hasta las moscas lo atacan. Para muchos Xi Dundu los Guruhi son el león, anacrónico y decadente, y asediados por los enemigos que han obtenido durante siglos de gobierno.
Ambiciones aparte, los Xi Dundu comprenden la necesidad y el valor de los aliados e intentan conseguirlos siempre que pueden. Aunque se consideran superiores a los demás Laibon, no les importa que sea otra mano la que sostenga la lanza. Respetan a los Akunanse por su sabiduría y experiencia, aunque desprecian a los Shango porque los hechiceros son reacios a confiar en ellos. Consideran a los Guruhi como parte del pasado, pero admiran la tenacidad con la que los viejos Laibon se aferran a su reino. A menudo consideran a los Osebo y Kinyonyi como herramientas útiles, los últimos porque no hacen preguntas y los primeros porque son fácilmente subyugados por personalidades fuertes. La mayoría de los Xi Dundu desprecian a los Ishtarri porque les parecen demasiado frívolos y simplones.
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