Ansia
El Ansia, en parte apetito, en parte codicia y en parte
adicción, da voz a la Sangre y garras a la Bestia. Apela
a los vampiros constantemente susurrando y gritando
sobre necesidades, impulsos y deseos. Todo vampiro
siente el Ansia y debe matar para silenciarla. Un Vástago paga con Ansia su inmortalidad y sus Poderes, y la
factura siempre acaba por llegar.
En Vampiro: La Mascarada todos los vampiros
tienen un Rasgo único, Ansia, medido en niveles que
varían entre 0 y 5. Un vampiro con Ansia 0 está saciado
y satisfecho, mientras que otro con Ansia 5 siente un
hambre atroz y apenas puede pensar en algo que no sea
su siguiente alimentación.
Si la complicación del ansia parece demasiado peligrosa en ese momento,
el jugador puede (y debería) optar por volver a tirar gastando Fuerza de
Voluntad, ya sea para deshacerse de ceros normales y desactivar
así un crítico conflictivo o para convertir una tirada fallida en un éxito en
caso de fallo bestial. En cada sesión se recuperan varios puntos de Fuerza
de Voluntad, por lo que no hay razón para guardarlos hasta el
extremo; se supone que la mayoría de los vampiros ejercen su voluntad con
este objetivo a diario. por supuesto, una Fuerza de Voluntad baja incrementa
el riesgo de Frenesí, pero como reza el dicho, “una bestia soy
para en Bestia no convertirme”.
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