La asociaciones entre los de sangre débil, como muchas cosas más entre ellos, es desordenada. No hay grupos de presión o de apoyo como en Washington, ningún alt.vástago.high.gen, ningún periodista de la caza de un Pulitzer para evangelizar su triste situación. ¿Cómo se encontrarán siquiera los unos a los otros? Normalmente no lo hacen. Haber creado un chiquillo frágil normalmente se considera una desgracia en los clanes. Muchos vampiros de sangre débil internalizan la vergüenza de sus sires e incluso rehúsan hablar de a otros débiles. En vez de ello intentan adquirir posición fortaleciéndose (a través del entrenamiento o la diablerie) y buscando el mecenazgo de sus antiguos. Estas tácticas raramente tienen éxito. En el mejor de los casos, tal joven podría encontrar un príncipe o un obispo dispuesto a llegar a un acuerdo: protección y legitimidad a cambio de la servidumbre y la disponibilidad eterna. En el peor, un vampiro infernalista podría considerarle un inocentón voluntarioso para promesas de poder fácil. Otros vampiros de sangre débil toman un camino más rápido hacia la respetabilidad: simplemente se mudan a una nueva ciudad y mienten sobre sí mismos.
Éste es normalmente el plan B o el C, ya que un vampiro nuevo no sabe lo suficiente de la sociedad de los Vástagos como para fingir la pertenencia a un clan de modo creíble, o como para fabricar un linaje. También puede ser una empresa de alto riesgo, dependiendo de las actitudes locales. En Nueva Orleáns, un impostor es a menudo aceptado con un codazo y un guiño. En Londres, los rastacouere mejor se preparan para soportar el equivalente genealógico de la Inquisición española, gobernada por los Vástagos que antes eran heraldos del Royal College of Arms. Unos pocos bastardos afortunados (perdonen el doble sentido) son absorbidos, si bien a regañadientes, en los círculos de sus sires. Algunas veces esto sucede porque el sire insiste, algunas veces por que varios vampiros en el grupo han creado a chiquillos de sangre débil. Algunas veces, un círculo es tan pequeño y tiene tan poco poder que incluso un débil cachorro puede hacerse útil. Los círculos compuestos completamente de vampiros de sangre débil son extremadamente raros, pero no inexistentes. A medida que los videntes descubren que pueden multiplicar sus poderes de clarividencia cooperando unos con otros, buscan cada vez más a aquellos que comparten el don. En otros casos, los vampiros de sangre débil son forzados a estar juntos por las circunstancias o las maquinaciones de un vampiro más viejo.
Los Desencadenados
A los antiguos les gusta burlarse diciendo que todo el movimiento de los "Desencadenados" no es nada más que un patético intento por parte de los Caitiff para definirse a sí mismos, legitimándose. Los Desencadenados suplican diferir. Reniegan de las sectas, los clanes y la jerarquía de edades. ¿Por qué buscaría cualquier tipo de legitimidad en un sistema que ellos mismos desprecian? Unas amargas, quizá. Pero muy pocos disputan el hecho de que la leyenda de los vampiros puede ser interpretada para apoyar sus nociones heréticas. Caín era un sin clan. No heredó las Disciplinas, las inventó. Los Caitiff comparten estas características con él. ¿Qué ocurriría si en realidad ellos van a ser el instrumento escogido por su ira? A medida que los rumores continúan extendiéndose a propósito de nuevos poderes misteriosos, la teoría produce menos y menos hilaridad. La mayoría de los Desencadenados extiende felizmente su protección a los vampiros de sangre débil que se la piden; no hacerlo minaría su ideología apasionada. Desafortunadamente, sin embargo, el movimiento es todavía muy pequeño. Sus miembros dedican sus limitados recursos a evangelizar entre los anarquistas, especialmente en el estado libre de California. Los de sangre débil que moren en otras áreas sólo tienen una pequeña oportunidad de tropezar con otro vampiro, mucho menos uno de su clase.
Mortales
Muchos vampiros de sangre débil tienen poco o ningún contacto con otros vampiros. En vez de eso, ignorantes como son de la mascarada, confían en mortales. Se vuelven hacia su familia y amigos en busca de ayuda para enfrentarse a esta crisis igual que lo han hecho en otras incontables ocasiones. ¿Que iban a saber? Por supuesto, decirle a alguien que eres un vampiro nunca es algo fácil y no todos los mortales se toman la noticia con suavidad. A pesar de todo, en ausencia de cualquier otra ayuda puede ser la única elección razonable. Unos pocos débiles incluso se han aproximado a humanos expertos en varios campos (doctores, científicos, sacerdotes y médiums) en busca de ayuda para curar, o al menos comprender, su nueva condición. El resultado final es casi invariablemente el silencio, ya sea voluntario, coaccionado o mortal, cuando otros vampiros oyen hablar del devorador de sangre en la oficina de la policía local y rehúsan abandonar la Mascarada que proteger sus no-vidas.
Ocasionalmente, un crío tiene la cuestionable fortuna para ser descubierto por alguien que le reconoce por lo que es. Muy a menudo, ese alguien es un cazador de vampiros y por lo tanto alguien hostil, pero las excepciones son comunes. Incluso un soldado de la Inquisición podría ver cuestionada su idea del mundo por un vampiro penitente que puede soportar la luz del día, diciendo que el asunto merece una investigación más amplia. En cuanto a los agentes del gobierno o los estudiosos arcanos, cualquier interés que tales personas tuviesen por un vampiro de sangre débil sería clínico en el mejor de los casos. Sin embargo, con paciencia, el encuentro casual podría desarrollarse en una prolífica relación de trabajo.
Otros
Muy raramente un miembro de alguna otra raza sobrenatural tropezará con un vampiro de sangre débil. Estos encuentros generalmente van mal para una parte o la otra, a menos que la criatura en cuestión también sea un marginado de su propia especie. La miseria dora la compañía.
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