Assamitas

Calla infiel. He estado observando y sé que esta existencia es dolorosa para ti. ¿Cómo podría no serlo? Estás atrapado entre un mundo y el otro, sin pertenecer nunca a ninguno. Tu niña... ah, para ella es incluso peor. Te dije que había estado observando. Pero, verás, ella puede serme de utilidad mientras que tú no. Por favor, no te preocupes. Pronto permanecerás a un solo mundo de nuevo, el próximo, y ella será criada en la fe verdadera. ¿No vas a darme las gracias?
-Omer, rafiq Assamita.

En estas difíciles noches, los clanes independientes son más temidos que nunca. Aunque siempre fueron un problema, al menos se podía confiar en ellos para que mantuviesen sus propios territorios conquistados con dificultad. Ahora, sin embargo, los Assamitas se han desecho de la maldición que una vez les encadenó. Liberados, prometen traer más derramamiento de sangre a la década que llega de la que han visto lo ya varios siglos de Yihad.

Los de sangre débil están incluso más en peligro que la mayoría. La Senda de la Sangre que siguen los Assamitas consumados sostiene que la sangre de un vampiro debe volverse incluso más fuerte si espera alcanzar la verdadera iluminación. Como los de las generaciones de sangre débil, obviamente tienen poco o ninguna esperanza de lograr tal estado bendito por sí mismos; deberían servir como sustento para aquellos que son más merecedores. Y, ¿quién sabe? Quizá, si se absorbe lo suficiente de su sangre diluida, algo se podrá aprender de sus poderes únicos. Los chiquillos de Haquim necesitarán tal poder para las batallas que vendrán, o así lo afirman.