Los antiguos del Sabbat están familiarizados con el concepto general del azote, ya que depreda ambas sectas. Muy a menudo, sin embargo, el trabajo de asegurar fronteras de una ciudad se le da a una manada entera antes que a una sola personal.
De cualquier forme, tales manadas están generalmente formadas de vampiros demasiado débiles como para mantenerse por sí mismos en cualquier parte excepto en los suburbios y sus pares tienden a tenerlos en baja estima.
Naturalmente, cualquier manada del Sabbat tiene libertad para disponer de los invasores en su terreno, aunque muchos obispos y arzobispos ofrecen generosas recompensas por los vampiros de sangre débil que se capturen.
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