Los Jardineros Edénicos buscan principalmente los lugares de descanso de los Antediluvianos. Los miembros del culto creen que pueden evitar a la muerte destruyendo a los Ancianos antes de que tengan una oportunidad para levantarse y recuperen su fuerza asesinando. Desafortunadamente, su presa es astuta. Por cada padre de un clan hay varios lugares lejanos (todos celosamente guardados por protectores) que pretenden ser su tumba. El culto malamente puede derrochar sus recursos con resultados tan incierto, y así, hasta la fecha, no ha realizado ningún ataque directo sobre ninguno de los lugares identificados. Sus miembros parecen contentarse con leer y releer los datos y comprometerse en duelos académicos; cuando son presionados, dicen a sus iniciados que el destino recompensa a los pacientes (y para hacerles justicia, debe admitirse que ahora poseen la biblioteca más extensa que existe de la arqueología de la Estirpe, la cual incluso podrían permitir consultar a un respetuoso extraño... por un precio).
Durante el siglo XIX, algunos de los más inquietos miembros del culto se cansaron finalmente de la lentitud de la aproximación escolástica de sus compañeros. Argumentaban que incluso si los seres que descansan en las tumbas eran "sólo" Matusalenes, matarles privaba a los antiguos de una valiosa munición. Una gran división ocurrió en 1898, cuando estos disidentes se separaron del culto principal y se establecieron como facción autónoma. En un intento de imponerse, se rebautizaron como "La Orden Imperial de los Maestros Jardineros Edénicos" y se dedicaron a reunir los nuevos miembros y armas necesitadas para un asalto a gran escala a las supuestas tumbas, sesenta y dos en total. Su puntuación hasta ahora: seis Matusalenes asesinados y tres despertados, incluyendo un Toreador que, abandonado a la Bestia, ha ido causando el caos en la Europa del Este.
El advenimiento de los vampiros de sangre débil no ha impresionado a los Jardineros Edénicos tanto como uno podría esperar. Ambas facciones del grupo consideran que tienen preocupaciones más importantes que guiar a una pandilla de inútiles neonatos en una u otra dirección, con o sin profecía. Aún así, incluso los Jardineros más inconscientes han oído hablar de vampiros de sangre débil con misteriosos poderes de clarividencia y eso les interesa. Los del culto han empleado antes métodos similares en su búsqueda, por supuesto, pero investigar los secretos de los antediluvianos con el Auspex puede ser una empresa mortal; los espíritus conjurados cuentan mentiras y evitan las preguntas que se les hacen; e incluso los más sencillos augurios Malkavian generalmente sólo cobran sentido en retrospectiva.
En el presente, la facción conservadora se encuentra congelada a causa de la indecisión, dividida entre la esperanza y el miedo. Por un lado, quizás los videntes podrían guiar al culto hacia las tumbas de los Ancianos, que entonces podrían ser destruidos mientras todavía están debilitados (el cual ciertamente es un término relativo) por el largo ayuno. Por otro lado, las conexiones psíquicas son notorias para trabajar en ambos sentidos. Si los vampiros de sangre débil reciben sus visiones directamente de los Ancianos, después de todo no sería útil favorecer el contacto. De hecho, podría ser mejor simplemente exterminar por completo a los jóvenes. Sin los de sangre débil, no puede haber "tiempo de la sangre débil" y sin eso, es posible que los Antediluvianos pierdan su entrada y permanezcan en letargo un poco más. Al menos, los del culto difícilmente quieren que su enemigo obtenga información de sus planes. La facción radical, sin embargo, demasiado excitada por las posibilidades como para perder el tiempo preocupándose, ha lanzado recientemente varias expediciones de inspección a las más probables de entre las localizaciones restantes. Vástagos de elite reclutados proporcionan el músculo, mientras que un trío de clarividentes de sangre débil acompañan a cada equipo como navegantes. Todavía debe verse si estos osados esfuerzos pueden tener alguna importancia.
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