Fundación: 1456 A.D.
Parecidos a los Legisladores en muchos aspectos, los Sirvientes abrazan un credo de temible esclavitud bajo los Antediluvianos. Cuando llegue la Gehena, quieren ser capaces de probar que han hecho todo lo posible para ayudar a sus ancestros a volver al poder. Su estrategia actual para lograr esta meta es guiar a la sociedad de los Vástagos más profundamente incluso hacia la ignorancia y la aceptación ciega de un galimatías de profecías, de modo que sean menos capaces de defenderse en la noche fatídica. De acuerdo con esto, planean obtener influencia dentro del Sabbat y de la Camarilla y luego usar esa influencia para sembrar rumores malicioso e intrigas. Cuando aparece una oportunidad, intentan empujar a las dos sectas hacia la guerra abierta. También mantienen un ojo abierto en busca de los miembros contrariados de los clanes independientes para ofrecerles ventajas, placeres y posiciones de respeto dentro del culto a cambio de volverse colaboracionistas.
A lo largo de los años, los Sirvientes han creado cuerpos de Vástagos "sensibles" cuya obligación es escuchar a la espera de cualquier indicio de orden de los Ancianos. Aunque cada noche aparecen los signos de la Gehena, la esperada señal ha demostrado ser embarazosamente lenta en mostrarse. Los líderes del grupo, un par de Vástagos amantes, uno de los cuales afirma ser el último miembro de una línea o clan olvidados, han sido acusados más de una vez de ocultar noticias de contactos del resto del culto. Después de todo, no es posible que los Antediluvianos simplemente hayan escogido ignorar seguidores tan fieles y voluntariosos como los Sirvientes... ¿verdad? En ausencia de cualquier dirección clara desde el más allá, los Sirvientes individuales deben decidir por ellos mismos qué hacer respecto a los vampiros de sangre débil. Algunos deambulan de ciudad en ciudad y destruyen a cualquiera de estos con el que se crucen con la esperanza de retrasar la noche del juicio, al menos hasta que puedan averiguar que quieren realmente los Antediluvianos. Sus compañeros, yéndose al otro extremo, hacen todo lo que pueden para animar a los neonatos locales a procrear prolíficamente. La razón de este desenfreno no sólo proporciona una admirable distracción para los astutos antiguos a los que de otra forma se les podría ocurrir armarse para la Gehena, pero también crear un exceso de presas débiles, fácilmente capturables por los antepasados letárgicos.
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