Suponiendo que el tem-akh logra llevar a su nuevo cuerpo de vuelta a las Tierras de la Fe, aún queda algo por ahcer. Debe encontrar a los mortales fieles a Osiris, que ejecutarán el ritual en sí que restablece la vida del fallecido. Este ritual recibe varios nombres: Hechizo de la Vida, Rito de Renacimiento o simplemente el Gran Rito. Por fortuna la búsqueda funciona en ambos sentidos: el tem-akh sabe cómo buscar al culto que posee el conocimiento místico necesario y a su vez los diferentes cultos de Isis, Osiris y otros parecidos saben por medio de oráculos que se acerca una Amenti. Los cultos de resurrección suelen tener la fe, la persistencia y el conocimiento necesarios para halar y socorrer al tem-akh. Cuando algún acólito ha encontrado al difunto y lo ha llevado a algún lugar de titos de la Red de Fe, comienza el Hechizo de la Vida.
Cada culto varía los detalles específicos del ritual un poco, pero todos embalsaman el cadáver de acuerdo a los antiguos métodos de momificación egipcios. Empapan el cuerpo en natrón para preservarlo, luego extirpan los órganos internos y los colocan en vasos canopes y finalmente envuelven el cuerpo con vendas que llevan inscripciones con extensos hechizos de vida y protección. Al tiempo que ejecutan estos pasos en el mundo físico, Anubis lleva al espíritu unido ante los Jueces de Maat. Como dicta la tradición egipcia, los jueces pesan el ab, o corazón, del alma unificada comparándola con la pluma de Maat. Esta prueba determina si el espíritu merece convertirse en momia, para alzarse de nuevo y unirse a la lucha para restaurar el equilibrio en el mundo. Si lo consideran deficiente, lo expulsan y el cuerpo permanece muerto para siempre. Los espíritus que pasan la prueba regresan a su cuerpo en el mundo físico cuando se completa el ritual. Al final de la ceremonia el tem-akh y el nehem-sen se fusionan por completo. El cuerpo está curado del todo y vuelve a la vida. Cuando concluye el milagro, el culto le quita las vendas y los adminiculas ceremoniales. Normalmente quedan señales que indican la causa de la muerte. En el caso de los Sefekhi, todo el cuerpo puede quedar horriblemente lleno de cicatrices. Con la ayuda del culto que le ha concedido el don de la Tercera Vida, la momia comienza una nueva vida como un instrumento elegido de Osiris.
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