Las cosas pueden ir bastante mal cuando un tem-akh se une a un mortal moribundo. En algunas ocasiones, el tem-akh reemplaza la porción débil o poco desarrollada del alma del fallecido, pero puede que otras de las porciones del alma moderna sean también demasiado débiles para soportar los rigores de la inmortalidad. Cuando un individuo recibe el Rito de Renacimiento, Anubis conduce al alma unificada ante la presencia de los Jueces de Maat. Como dicta la tradición egipcia, los jueces pesan el corazón del espíritu dual poniendo como contrapeso la pluma de la diosa Maat. Si el corazón es deficiente, se desecha el alma para que la devore la bestia Amemair. Si se considera válida la unión, el espíritu regresa al cuerpo para convertirse en Amenti. Puede que vivamos tiempos desesperados, o que el antiguo mito simplemente omitía el hecho, pero el caso es que en ocasiones los jueces no condenaban a toda un alma que considerasen deficiente, sino que eliminaban las porciones corruptas para evitar que el ser completo cayese en las fauces de Apofis. Después los Jueces de Maat deforman el tem-akh... en cierto sentido, lo estiran para cubrir la herida espiritual de la momia. Cualquier función que pudiese cumplir el espíritu completivo, así como la mayoría de sus recuerdos, se borran y la unión resultante de cuerpo y alma sigue pudiendo resucitar, pero posee una especie de herida mística que sirve como recuerdo eterno de su juicio. Las otras momias y los cultos de resurrección se refieren a estos desafortunados llamándoles Udja-sen, o Enjuiciados. Muchos Amenti que han sido objetos de este destino consideran injusto el juicio. Como mucho les parece que es una especie de premio de consolación por haber sido escogidos por un tem-akh poco juicioso.
A cambio, esperan obtener la paz que reciben los que perciben y comprenden los reinos superiores de Maat. Algunos se quedan en el camino y acaban odiando a los que les menosprecian. Otros huyen de las Tierras de la Fe con la intención de escapar a las funciones que intentan imponerles los extraños cultos. Sus fuertes espíritus tienen profundas heridas, pero esas heridas indican libertad y una nueva vida. El Udja-sen, torturado por la sensación de estar vacío por dentro o que de alguna forma es indigno, se esfuerza en comprender su función en el mundo. Udja-sen significa el Enjuiciado o el Cercenado. El agujero en el alma de la momia continúa castigándole toda la Tercera Vida. Cada uso de la magia Hekau extrae Sekhem directamente de su khat para complementar a su espíritu dañado. Las otras momias parecen prejuzgar a los Udja-sen automáticamente por sus errores pasados. La senda del Udja-sen por los reinos sobrenaturales del mundo está plagada de problemas. Al contrario que los otros nuevos Renacidos; no posee el beneficio de un tem-akh consciente que le explique el camino de Maat, ni acepta la existencia de Osiris como una verdad evidente. Está perdido, con su propio corazón como única guía que le conduce por la oscura realidad invisible para los mortales. Esperando alcanzar algún tipo de redención (y con miedo al fracaso), el Udja-sen actúa de forma cuidadosamente reflexiva.
La hajj: Una Amenti de este tipo comienza con uno de los cinco tem-akh (ka, ba, sahu, khu o khaibit). Hace el viaje inicial a las Tierras de la Fe que corresponde a ese espíritu completivo, pero es muy probable que no recuerde el trayecto después de la resurrección.
La Tercera Vida: El Enjuiciado comienza su nueva vida confundido y apesadumbrado. Al contrario que las otras momias, no siente su tem-akh como una fuerte presencia que le proporciona orientación y para empeorar las cosas, al haberle sido amputada una porción tan grande de su alma se ha quedado con enormes lagunas en sus recuerdos de la Segunda Vida. Los Enjuiciados se sienten vacíos y rotos por dentro, y hierven de amargura por lo que parece una situación injusta. Con estos sentimientos tan ambivalentes, es de esperar que el Udja-sen se sienta alineado tanto de los vivos como el resto de los Renacidos. Aunque no es exactamente un paria entre las momias y sus seguidores, este sentimiento de alineación hace que el Enjuiciado se mantenga en la periferia de la naciente sociedad de las momias y también hace que corran mayor riesgo de caer en la presa de Apofis. Lo primero que debe hacer un Udja-sen es asumir su condición, acostumbrarse a la soledad y no dejar que todo ello le impulse a hacer cosas irreflexivas o alianzas destructivas.
Con el tiempo el Enjuiciado debe acabar considerando su vida en la periferia no como una maldición, sino todo lo contrario: su lejanía con respecto a las otras momias (y su mayor libertad para viajar fuera de las Tierras de la Fe) permite que los Udja-sen adquieran puntos de vista e información que los otros nunca podrán conseguir. De igual manera, puede que decida servir a Osiris o pasar su inmortalidad mejorando a Maat de otras maneras. En lugar de seguir interpretando el papel de paria, el Enjuiciado se da cuenta de que tiene la opción de escoger su relación exacta con el resto de las momias y si no le gusta, es libre de transformarla. En el dolor del castigo, el Enjuiciado puede descubrir el don de la libertad.
Afiliaciones: No hay dos Udja-sen que llegasen a serlo de igual manera y como resultado, su relación con la sociedad mortal es igual de diversa. Muchos se relacionan con grupos que abogan por la libertad y la responsabilidad individuales, pero esta tendencia no es ni mucho menos universal. Algunos Udja-sen se dedican a remediar sus pecados o los del tem-akh que sacrificó su existencia para que la momia pudiese continuar viviendo. Ninguna de las organizaciones de las momias excluye específicamente a los Enjuiciados, pero han de enfrentarse a tremendos prejuicios en estos grupos. Sólo el Culto de Isis es lo suficientemente receptivo con los Udja-sen: su tradición de mantener la historia y la cultura del antiguo Egipto además de intentar sanar el mundo en nombre de la diosa madre supone que incluso los que reconocen la naturaleza defectuosa de los Enjuiciados son capaces de perdonar.
Creación de personaje: Ya que el Enjuiciado puede haber recibido cualquiera de los tipos de tem-akh, puede haberse adecuado a miles de papeles, pero los jueces de Maat han mutilado aún más su alma y su espíritu completivo fue desgarrado de forma antinatural para cubrir la herida de su alma, un proceso que difuminó su consciencia. Los únicos puntos en común destacables entre ellos son el deseo de independencia y una personalidad generalmente incompatible con los estilos de vida de las Tierras de la Fe. Es común que sean elevados los Atributos de Inteligencia, Astucia y Resistencia, aunque sólo sea porque los Udja-sen no duran mucho sin ellos.
Hekau primario: Cualquiera.
Determinación: El Udja-sen es una excepción a muchas reglas: no está tan atado a las Tierras de la Fe como las otras momias. Los Enjuiciados están más abiertos a la energía mística que fluye por el mundo, sin importar los limites de la Red de Fe. Cuando un Enjuiciado repone su Sekhem, el jugador puede añadir tantos números de puntos adicionales igual a su puntuación en Equilibrio. Una vez al día, puede también transferir a otra momia un número de puntos de Sekhem igual a su puntuación en Equilibrio. Esta bonificación está sujeta a la deuda del Udja-sen.
Deuda: La razón de que el Enjuiciado esté tan abierto al flujo de energía mística es que tiene una herida abierta en el alma y el uso de Sekhem no hace más que hacer más serios los daños espirituales. Cualquier gasto de Sekhem inflige a la momia un nivel de daño contundente por cada punto empleado. Este daño ocurre aunque el Sekhem no proceda de su propia reserva sino de una fuente externa. Ya que el daño es voluntario, estas heridas no pueden absorberse.
Cita: "¿Qué he hecho yo para merecer esto?"
Puntos de Vista:
Kher-minu: Son unos putos condescendientes, pero por lo que hemos podido observar, están más que dispuestos a ayudarte si las cosas se ponen feas.
Khri-habi: Los Portadores de Pergaminos son los mejores amigos que tenemos entre los "no enjuiciados”. No te separes de ellos, no solo pueden aliviarte algo del dolor sino que son lo suficientemente inteligentes para no prejuzgar a los demás sin conocerles primero.
Mesektet: ¿Así que estos tipos han venido del cielo a cumplir una misión o alguna cosa por el estilo?, esperemos que no tengan más " jueces " por allí escondidos que nos vayan a " juzgar " a su peculiar estilo.
Sakhmu: No están mal. Estarían mejor si nos fabricasen uno de esos juguetes mágicos tan molones.
Sefekhi: Si tenemos en cuenta como han terminado estos psicópatas violentos, aterradores y llenos de cicatrices podría decirse que hemos tenido más suerte. O casi.
Los Otros: Mira, ya tenemos nuestros propios problemas sin tener que buscarnos más. Eso sí, si buscan problemas les podemos dar unos cuantos, puede que nos duela un poco, pero ¿acaso hay algo que no duela?
Si te gustó o fue útil no olvides compartir
Suscribirse a:
Enviar comentarios
(
Atom
)
0 comentarios:
Publicar un comentario