Preludio: Fuiste un mago de la corte antes de tu Primera Muerte y uno bueno. Cuando recibiste la inmortalidad, sabías que no era por tus habilidades marciales, sino por tu inteligencia y tu aptitud para la magia. Pasaste una vida tras otra al servicio de Horus en la lucha contra la progenie de Apofis. Viste pasar los años y los cambios en tu Egipto natal a causa de las oleadas de invasores extranjeros. Te encogiste de hombros ante el imperio de los Ptolomeos. El cambio es natural en las cosas. Te creías preparado para lo que fuese. Pero no estabas preparado para la batalla contra los magi que servían a Apofis, con sus poderes de alteración de la realidad. Tu cuerpo fue aniquilado y tu alma estuvo a punto de caer en el Olvido.
Por razones aún desconocidas, tu ba pasó casi 2.000 años dormido, para despertar finalmente en la ya familiar Tempestad: un silencioso Anubis estaba cerca para llevarte a un lugar seguro. Supiste de los cambios que había experimentado el mundo, pero te encogiste de hombros: las cosas cambian. Tu Renacer no fue fácil, pues los criados mortales de un aliado tuyo tuvieron que robar tu khat del sótano del Museo Smithsoniano. De vuelta al mundo de los vivos te percataste por fin de hasta qué punto había cambiado todo. Las cosas cambian, sí… pero aquello estuvo a punto de poder contigo. Tienes una nueva vida a la que ajustarte. Buena suerte… y por cierto, Horus dice que el Fin de los Tiempos está al llegar.
Concepto: Eres la quintaesencia del extraño en tierra extraña. Creías poder adaptarte a cualquier cambio, pero perderte los últimos 2.000 años de historia del mundo te ha dejado inerme.
Sugerencias de interpretación: En muchos aspectos, eres como un niño frente al mundo moderno. Pistolas, autos, aparatos de fax… todos esos aparatos y juguetitos son nuevos y extraños para ti. Pasas la mitad del tiempo maravillado y la otra mitad asustado.
Equipo: Cuchillo, habitaciones alquiladas, muchos libros y revistas.
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