Tulley vio cómo los gorilas echaban para atrás a los mocosos mohínos que
se agolpaban para entrar. El Inferno no era un centro comercial, tenían que metérselo en la cabeza. Era el local más candente de la ciudad, de modo que podían
permitirse el lujo de ser selectos con la clientela.
Entonces llegó ella y la muchedumbre se abrió para dejarle paso. Tulley
echó un vistazo al vestido rojo que se ceñía a ella como una segunda piel, resaltando los lugares adecuados. Sus labios eran rubíes, su cabello era del color de la
medianoche, su piel era inmaculada. Se quedó boquiabierto.
—¡Tú! —jadeó. La visión arqueó una ceja y dedicó a Tulley una sonrisa
que consiguió que el corazón le diera un vuelco. La mujer avanzó, aceptó la mano
que le ofrecía Tulley y éste la condujo lejos del gentío y dentro del club. No era
la primera vez que visitaba el Inferno, pero sí la primera que vestía esa forma en
concreto. De momento, estaba siendo todo un éxito.
La Apariencia mide la belleza del personaje, su estilo y su atractivo
en general. No es sólo su aspecto físico, aunque forme parte de él. También
tiene que ver con la manera en que se conduce el personaje y el tipo de
primera impresión que causa. Si el Carisma es una medida de lo simpático
que resulta el personaje, la Apariencia refleja la impresión que produce sin
necesidad de pronunciar palabra. Es el efecto de una mirada de soslayo en
medio de una habitación atestada de gente o el impacto de una fotografía
(u otra imagen del personaje) sobre alguien a quien ni siquiera conoce.
La Apariencia se utiliza en aquellas situaciones en que el personaje
quiera causar impresión, ya sea ésta efímera o duradera, sobre todo cuando
la acción y el aspecto cuentan más que las palabras. En aquellas situaciones
sociales en que las primeras impresiones o a las apariencias sean importantes, los demás Atributos Sociales del personaje estarán limitados a un valor
no superior a su puntuación en Apariencia. Resulta complicado caer simpático o resultar convincente cuando la gente no está dispuesta a dedicarte
ni un segundo de atención.
Especialidades: Atractivo, Apolíneo, Grácil, Inocente, Seductor
• Malo: Pasas desapercibido. Quizá se deba a tu aspecto, tus costumbres, tu actitud o un poco de todo lo anterior.
•• Normal: No destacas en una multitud (lo que a veces no es tan
mala cosa).
••• Bueno: Los desconocidos te abordan a menudo para entablar
conversación.
•••• Excepcional: Podrías ser modelo, o eso te dice todo el mundo.
••••• Sobresaliente: Eres decididamente espectacular. La gente se
queda boquiabierta delante de ti, te admiran o se mueren de
celos.
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