Todo el mundo va por la vida con la cara tapada, sobre todo los caídos.
La suya es una máscara de mortalidad, aunque en ocasiones permitan a los
demás atisbar la verdadera naturaleza que hay debajo. El resto del mundo
sólo ve lo que se supone que tienen que ver y nada más. Todos tenemos
nuestra propia manera de manejar a otras personas y distintas situaciones,
y los caídos no son ninguna excepción.
La Naturaleza y la Conducta ayudan a definir la personalidad del personaje. La Naturaleza es su auténtico yo, el alma demoníaca que mira a
través de los ojos de su envoltorio humano.
La Conducta es la actitud que
presenta el personaje al resto del mundo, y en gran parte refleja los vestigios
de la personalidad mortal del huésped. Es posible que complemente a la
Naturaleza; de hecho, quizá sean idénticas para aquellos personajes que
sean especialmente receptivos a su yo verdadero. Pero para la mayoría de
los personajes de Demonio, esta franqueza es peligrosa, por lo que ocultan
su yo verdadero tras una fachada.
La combinación de Naturaleza y Conducta ayuda a construir la imagen de la personalidad del personaje, sus objetivos y su comportamiento.
Estas definiciones no son tajantes. A fin de cuentas, pocas personas pueden
ser descritas exactamente con un par de palabras.
Más bien, proporcionan
los pilares de la personalidad del personaje, unos cimientos sobre los que
empezar a construir, añadiendo profundidad a medida que se desarrolle la
crónica y el personaje se torne más definido. La esencia de la Naturaleza del
personaje permanece, lo que proporciona al jugador un punto de referencia
en que sustentarse.
La Naturaleza del personaje tiene además un efecto concreto en el
juego. Los personajes recuperan Fuerza de Voluntad realizando acciones
que reafirmen su Naturaleza esencial, lo que les da una inyección de seguridad en sí mismos y una sensación de éxito. Al satisfacer las demandas de su
Naturaleza (consulta las descripciones individuales), los personajes optan
a recuperar un punto de Fuerza de Voluntad si lo permite el Narrador.
Éstos son algunos ejemplos de Arquetipos adecuados para los personajes de Demonio. Los jugadores y los Narradores son libres de crear sus
propios Arquetipos si consideran que ninguno de éstos encaja con sus personajes en concreto.
• Adicto:
Hay algo (o quizá alguien) que tienes que tener, cueste lo que cueste.
Es una pasión irresistible —obsesión, dirían algunos— que rige tu vida y se
antepone a todo lo demás. Esta adicción podría ser a las drogas, o a cualquier otro tipo de actividad. Algunos caídos se enganchan a los diversos
placeres de la carne, ya sea comer, beber o practicar el sexo. Otros son adictos al coleccionismo (cualquier cosa, desde saberes ocultos a “trofeos” de
sus Conquistas), o se obsesionan con un mortal en particular. La adicción
a la fe mortal, en particular, es común entre los caídos.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando te rindas a tu adicción y la
satisfagas.
• Ansioso de emociones:
Vives para sentir la emoción del peligro, saber que tu vida está en
juego hace que te sientas vivo. Eres un temerario imprudente que busca
las situaciones más arriesgadas para que no decaiga la emoción. No existe
casi ningún reto al que no te atrevas a enfrentarte, y lo más probable es que
acabes enfrentándote a todos. Después de lo que has soportado, quieres
sentir cómo late tu corazón, cómo corre la sangre por tus venas. Ni siquiera
la muerte te asusta ya.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando consigas salir indemne de
una situación peligrosa en la que te implicaras voluntariamente.
• Arquitecto:
Por encima de todo, los Arquitectos quieren crear algo que perdure. Como Arquitecto, tienes una visión que te esfuerzas por convertir en
realidad. Podría tratarse de algo físico, o tal vez de algo metafórico, como
fundar una institución o propagar una idea. Hay algunos demonios que no
han caído tan bajo como para olvidarse de las maravillas de la Creación y
su antiguo papel de diseñadores y conservadores de las mismas. Aspiran a
recuperar parte de aquella gloria perdida por medio del esfuerzo.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando crees algo cuya importancia
sea perdurable.
• Autócrata:
Hay dos maneras de hacer las cosas: la equivocada y la tuya. Habrá
quienes digan que esta actitud apesta a soberbia, incluso a orgullo desmesurado, pero qué sabrán ellos. Tú te ocupas de que se hagan las cosas, de
eso no cabe duda. Alguien tiene que empuñar las riendas, y tú eres la persona indicada. No porque seas más listo ni tengas más experiencia (aunque
también pudiera ser), sino porque sabes asumir la responsabilidad necesaria
para llevar las cosas a buen puerto.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando asumas el mando de una situación o de un grupo.
• Bellaco:
Aspiras a convertirte en el Number One. Nadie más va a hacerlo por
ti, y todos los demás harían mejor en ocuparse de sus asuntos. No quieres
deberle nada a nadie. Tú te ocupas de tus problemas y ellos que se ocupen
de los suyos. Tus propios intereses son lo primero, aunque no tenga nada de
malo beneficiar a alguien más satisfaciendo al mismo tiempo tus objetivos,
siempre y cuando no te inmiscuyas en los asuntos de otro.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando tu actitud egoísta te reporte
algún éxito.
• Bizarro:
La fe es el más embriagador de los elixires, y la adoración y atención
de los demás te hace sentirte realizado. Eres un ser de gloria, y no puedes
ocultar tu luz tras una máscara. En vez de eso, muestra a los mortales los
prodigios que eres capaz de obrar y solázate en su adoración y admiración.
No hay nada que te excite tanto como un nuevo converso en potencia
al que impresionar y ganar para tu causa. Cada uno de ellos hace que te
sientas más vivo y completo.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando impresiones realmente a alguien.
• Bravucón:
¿Que “los débiles heredarán la Tierra”? ¡No si tú puedes impedirlo! Lo
único que consiguen los débiles en este mundo es pasarlo mal. Los fuertes
cogen todo lo que quieren, cuando les apetece. El poder da la razón, lo que
a ti te viene bien, dado que sabes cómo utilizar tu fuerza para lograr tus
propósitos. Respetas la fuerza de los demás cuando la ves, pero cualquier
debilidad es una puerta abierta esperando a que la explores. Harás lo que
sea necesario para salir adelante.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando consigas algo por medio de la
fuerza. No tiene por qué tratarse de la fuerza física, también vale la intimidación o la presión social.
• Bufón:
Hay momentos en que te tienes que reír de lo absurdo que es todo,
de todo este dramón cósmico que es la existencia. A menudo tienes la
impresión de que todo es una especie de chiste gigantesco y tú eres el único
que le ve la gracia. No importa lo feas que se pongan las cosas, tú siempre le
ves a todo su lado divertido y haces lo posible por quitarle hierro al asunto.
Prefieres reír a llorar, y compartes tus conocimientos con los demás por
medio de la comedia y la sátira.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando consigas animar a alguien o
resistir el dolor gracias al sentido del humor.
• Competidor:
No todas las criaturas son iguales. Algunas están destinadas a la
gloria, y otras no. Tú aceptas los retos y aspiras a demostrar tu valía por
medio de la competición. Todo lo que hay en la vida es un desafío que
ha de ser superado y una oportunidad para demostrar de lo que eres
capaz. Podrías preferir el juego limpio o aceptar cualquier reto a mala
cara donde todo valga.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando ganes una competición.
• Confabulador:
Regatear el precio de las almas... qué ordinariez. Tal y como entiendes
el juego, tus objetivos no tienen ni idea de que tú ya tienes sus almas y ellos
te están dando las gracias por la oportunidad de poder hacer exactamente
lo que quieres. A fin de cuentas, ¿para qué esforzarse y arriesgar el pellejo
cuando puedes conseguir que otros lo arriesguen por ti? Aprecias el poder
que te confiere una mentira minuciosamente urdida, sobre todo si se adereza con la cantidad exacta de verdad.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando engañes a alguien para que
haga lo que tú quieras.
• Conformista:
Sabes cuál es tu sitio en el marco general de las cosas o, al menos,
piensas que así era antes. Te conformabas con hacer lo que te ordenaban
hasta que otras voces más sabias y convincentes te dijeron lo contrario. Las
seguiste a la rebelión y, con el tiempo, al Pozo. Ahora necesitas a alguien
que te dirija y lidere, la oportunidad de volver a formar parte de un grupo y
de poner tus talentos al servicio de ese grupo.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando tu grupo logre su objetivo
con tu ayuda.
• Director:
La creación es un engranaje perfecto. Antaño funcionaba con precisión y equilibrio, todo estaba en su sitio, hasta la última tuerca. Ahora,
evidentemente, hay partes de la Creación que se han desgastado, se han
estropeado o ya no funcionan como deberían, lo que fomenta el caos. No
puedes consentirlo. Para ti nada es más importante que restaurar y mantener el orden y la organización, ya sea dentro de un grupo o en el mundo.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando utilices la organización para
completar una tarea complicada.
• Fanático:
Tienes una causa, y nada ni nadie podrá apartarte de ella. Estás entregado a esa causa en cuerpo y alma, todo lo demás es insignificante comparado con este propósito superior. Los fines justifican los medios, y todo
(y todos) lo demás puede ser y será sacrificado en nombre de la casa, si es
necesario. Tu causa puede coincidir con los planes de cualquiera de las
facciones de los caídos (consulta el Capítulo Cinco para más información),
o podría ser la causa de un grupo mortal o tu cruzada personal. En cualquier
caso, ocúpate de conseguir tus objetivos.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando hagas algo que contribuya
positivamente al fin de tu causa.
• Hosco:
Los caídos se rebelaron por sus creencias, y fueron castigados. La humanidad gozaba de libre albedrío, y mira lo que han hecho con él. ¿Acaso
es de extrañar que te sientas un poco cínico y asqueado de todo? Tiendes a
ver el lado negativo de todas las cosas, a señalar todos los defectos, todas las
posibles maneras en que podrían torcerse las cosas, y nunca dejas escapar la
oportunidad de decir “lo sabía” cuando, inevitablemente, se tuercen.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando algo salga mal tal y como
habías anunciado.
• Juez:
La Creación se rige por un orden y comprender, quizá incluso mejorar,
ese orden es la clave del éxito. Crees en los sistemas para resolverlo todo:
los sistemas legales, los sistemas lógicos y los sistemas burocráticos. Crees
en hacer las cosas “según las reglas” aunque la innovación no tenga nada
de mato, siempre y cuando contribuya a mejorar el sistema.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando resuelvas un problema por
medio del razonamiento minucioso y sistemático.
• Jugador:
La vida es riesgo. Implica tomar decisiones; quizá incluso confiar a ciegas, con la esperanza de que todo sea para bien. La gente que tiene miedo
de correr riesgos tienen vidas simples y anodinas, pero eso no es para ti. Tú
estás dispuesto a arriesgarlo todo con tal de conseguir algo mejor, No eres
temerario, pero estás dispuesto a correr riesgos que algunos calificarían de
locura, si es necesario.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando tomes una elección arriesgada y salgas ganando.
• Mártir:
Fuiste hecho para sufrir, al parecer. Aceptas tu destino con dignidad
y determinación, a sabiendas de que tu sufrimiento tiene un significado,
ya sea mediante el mensaje que transmite o el beneficio que reporta a los
demás. Ni todo el sufrimiento y el tormento del Infierno consiguieron quebrar tu espíritu, así que ¿qué es el dolor del mundo mortal en comparación?
Quizá seas verdaderamente sincero acerca de tus creencias, o puede que
exageres tus sacrificios para llamar la atención e inspirar compasión.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando te sacrifiques en nombre de
tus ideales o por el bien de otra persona.
• Masoquista:
¿Creen que pueden doblegarte? ¿Creen que vas a ceder bajo la presión? ¡Dale caña! Estás dispuesto a poner a prueba tu resistencia contra
todo lo que pueda echarte encima la Creación. No sólo te sientes orgulloso
de tu capacidad para superar el dolor, sino que además te gusta. Sientes el
impulso de llegar hasta el límite de tus fuerzas y ensanchar estos límites
cada vez un poco más. A lo mejor terminas convirtiéndote en algo que ni
siquiera tú mismo puedes controlar, pero eso no ha pasado todavía.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando sufras como nunca habías
sufrido antes.
• Monstruo:
¿Demonio? Tú les vas a enseñar cómo es un monstruo de verdad. No
tienen ni idea de lo que has tenido que soportar, pero se lo vas a mostrar.
Todas las leyendas y las parábolas de la humanidad, incluso sus películas de
terror, no son más que pálidos reflejos de aquello en lo que te has convertido. Eres el mal encarnado, libre para recorrer el mundo. Ninguna atrocidad
es imposible para ti, como está a punto de descubrir el mundo.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando cometas algún acto sanguinario o cruel.
• Niño:
Todas las criaturas son hijas del Creador, pero algunas son más pequeñas (o infantiles) que otras. El niño verdadero es inocente, desconocedor
del mundo, ajeno a la diferencia entre el bien y el mal. Lo cierto es que
escasean en estos tiempos que corren, pero algunos buscan regresar a ese
estado de gracia y encontrarlo encarnado. La otra faceta del niño es su
constante demanda de atención. El niño tiene que ver satisfechas sus demandas y tiene que ser ahora. Los niños no tienen ningún control sobre sus
pasiones, y buscan a otros que cuiden de ellos.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando convenzas a alguien para
que cuide de ti o te ayude a satisfacer tus necesidades sin pedir nada
a cambio.
• Pedagogo:
El conocimiento es lo único que tiene un valor verdadero en la Creación, y lo único que tú valoras, pero el conocimiento es inútil a menos que
se comparta. Es responsabilidad tuya enseñar lo que sabes a los demás para
que puedan comprender y transmitir ese conocimiento. Cuanto más sepa
todo el mundo, mejores serán las cosas. Habrá quien te llame sabelotodo,
pero es que tú lo sabes todo.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando alguien se beneficie de la información que hayas compartido con él.
• Penitente:
Eres un pecador, uno de los pecadores más terribles. Cometiste crímenes contra Dios y la Creación, y has sido justamente castigado por ellos. Incluso la culpa que sientes forma parte de tu castigo. Has comprendido que
cometiste un error, y sólo esperas que puedas ser perdonado por tus actos.
Lo único que puedes hacer es intentar pagar por tus pecados y saldarlos.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando sientas has dado un paso hacia la redención.
• Perfeccionista:
No le pides a nadie ni más ni menos de lo que te exiges a ti mismo,
pero dado que lo mínimo que esperas de ti es la perfección, la mayoría de
la gente no aprecia la diferencia. Pides lo mejor, y no estás dispuesto a conformarte con menos. Quizá los demás no sepan comprender tus exigentes
estándares, ni la atención al detalle que prestas durante el proceso, pero sí
que aprecian los resultados. Eso es lo que te motiva, la satisfacción que da
el trabajo bien hecho.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando realices una tarea a la perfección.
• Pervertido:
Algunas personas simplemente no encajan en las bonitas y ordenadas categorías que dicta la sociedad. Te niegas a ser un becerro marcado y
etiquetado, del mismo modo que te niegas a cumplir las expectativas que
depositan en ti los demás. Eres el que eres. Si a alguien le parece mal, que
se joda. Ya no estás sujeto a las restricciones de ningún mandamiento, ni
a nada, ya puestos. No son pocos los mortales y los caídos que se sienten
atraídos por tu exclusivo sentido del yo.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando rompas o ignores alguna
norma.
• Protector:
Los caídos combatieron y sufrieron porque se preocupaban demasiado, por la humanidad, por la Creación y por su Creador. Para algunos, nada
puede eliminar la compasión que les inspiran otras criaturas. Siempre están
ahí cuando alguien necesita ayuda o consuelo. Para los demás, fingir que te
preocupas es una herramienta provechosa. La empatía te puede conseguir
un hueco en el corazón de un mortal, y la gratitud puede ser una embriagadora recompensa, tanto si tu apoyo es genuino como si no.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando consigas ayudar o consolar
a alguien.
• Rebelde:
Fuiste uno de los primeros rebeldes, y todavía ostentas el título
con orgullo. Hay que retar a la autoridad, so pena de convertirnos en
obedientes borregos. Aprovechas cualquier ocasión para burlar el sistema porque así es como cambian las cosas para mejor, demostrando lo
absurdo que es todo.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando consigas burlar la autoridad.
• Solitario:
Pasas la mayor parte del tiempo solo, y no te importa. A decir verdad,
tú eres la mejor compañía que podrías desear. Puede que tus costumbres
o tus hábitos repelan a la gente, que no te sientas digno de codearte con
nadie, o quizá simplemente no te guste la compañía. Vas a tu aire, y sólo
cooperas con los demás cuando te apetece antes de volver a largarte.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando consigas algo por tus propios
medios en beneficio de otra persona.
• Superviviente:
Lo que no te mata te hace más fuerte. Donde los demás aceptan
su destino con resignación, tú le plantas cara. Nada puede detenerte, y
siempre encuentras la manera de salir victorioso al final. Te decepciona la
facilidad con que se rinden los demás y eligen la vía fácil, algo que tú no
harías jamás.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando te enfrentes a la adversidad o
animes a los demás a hacer lo mismo.
• Tradicionalista:
En un mundo que cambia a marchas forzadas, lo único en lo que
puedes confiar es la tradición. Respetas la historia y la manera tradicional de hacer las cosas sin duda es la mejor. De lo contrario, ¿cómo
es que ha durado tanto? Es importante conservar las costumbres y los
valores tradicionales, y estás en contra de cambiarlos a menos que sea
estrictamente necesario. La tradición es sinónimo de confort, predictibilidad y estabilidad.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando la forma tradicional de hacer
las cosas resulte ser la más acertada.
• Visionario:
Hay quienes ven cómo es el mundo y se preguntan, “¿Por qué?”. Tú
ves cómo podría ser el mundo y te preguntas, “¿Por qué no?”. Tienes una
visión que te dice que existe algo más grande, más importante. Desafías los
límites de la Creación con la esperanza de encontrar algo mejor, siempre
insatisfecho con el statu quo. Naturalmente, quienes aspiran a que todo
siga igual te consideran una amenaza, pero a ti no te importa lo que opinen
los demás. Sigues tu visión con el convencimiento de que puedes conseguir
algo más, de que siempre hay esperanza.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando inspires a los demás a seguir
sus sueños o ideales.
• Vividor:
Hubo una época en que el sentido de la existencia era el placer. Quizá
esa época pertenezca al pasado, pero tú intentas recuperarla. Sólo los que
han conocido la clase de dolor y sufrimiento que has padecido tú pueden
encontrar placer en las cosas más simples. Si te dejas arrastrar a la angustia
y el tormento, todo aquello por lo que has luchado habrá sido en vano, ¡de
modo que vive la vida! Puede que tengas asuntos importantes que atender,
pero en ninguna parte dice que no puedas pasártelo bien por el camino.
—Recupera Fuerza de Voluntad cuando disfrutes de verdad y puedas
compartir tu alegría con los demás.
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