Estos palacios-fortalezas proclamaban abiertamente el poder de los rebeldes e inspiraban la adoración de la humanidad. Los cimientos de estas y muchas otras fortalezas fueron construidos sin rituales, pues eran estructuras físicas, y no eran más de lo que la Hueste Celestial había conseguido en el laberinto de piedra de Sagun o las murallas de Machono, incluso aunque estuvieran mejoradas con el Saber de la Llama. Con el desarrollo de los rituales infernales las murallas podían construirse de llamas. Podían moldearse de luz sólida, o podían levantarse de acero forjado en las entrañas de la tierra en un solo día. Sus santuarios más protegidos podían estar situados por completo fuera del mundo físico, custodiados por servidores de aire. Aunque la construcción de bastiones era el orgullo especial de los Malefactores, todas las Casas contribuyeron en mayor o menor medida. Cada nueva creación era única en su belleza, sus propiedades defensivas y los terrores que ocultaba.
Entre Encadenados
Los bastiones se desarrollaron mucho antes de la derrota final de los caídos, aunque los Encadenados recuerdan esos refugios con claridad. Los inmóviles Encadenados sienten más motivación que cualquier otro demonio por encontrar una fortaleza defendible o construirla en caso de no encontrar una que se adapte a sus necesidades. De hecho, muchos de los bastiones existentes en la actualidad están bajo el poder de los Encadenados. Los primeros bastiones fueron destruidos durante la guerra o durante la purga posterior, por lo que muchos de los caídos recientemente liberados carecieron de la oportunidad de desarrollar los complejos rituales necesarios para construir un bastión. Los Encadenados no estaban sujetos a la interferencia de los ángeles cuando construyeron sus grandes ciudadelas, y sus enemigos de la época carecían de los conocimientos necesarios para descubrir o destruir estos bastiones. Cuando los Encadenados se sumieron en el éxtasis durante la Edad Media, buscaron la seguridad de sus bastiones, en donde permanecieron dormidos hasta la época moderna.
A diferencia de los antiguos bastiones, diseñados para albergar un gran número de seguidores mortales, los bastiones modernos poseen un tamaño limitado. Esto es debido en parte a que necesitan menos tamaño (las medidas de seguridad aconsejan que sólo los esclavos más fieles tengan acceso al santuario). En general, los bastiones modernos deben ser más pequeños debido al hecho de que el mundo se ha vuelto más pequeño desde la guerra entre los rebeldes y el Anfitrión Divino. Existen pocas zonas inexploradas en la Tierra. Entre los satélites espías que surcan los cielos y la humanidad extendiéndose por cada metro cuadrado útil de tierra, existe poco espacio para esconderse y erigir ciudadelas construidas de plata y basalto. Los bastiones de los Encadenados se construyen de la misma forma que cualquier otro. A menudo incluyen elementos extraídos de las evocaciones del saber de los Encadenados, ya que estos demonios desarrollaron nuevos medios para extender sus poderes durante su dominio sobre la Tierra.
Construir Bastiones
Los bastiones infernales normalmente fueron creados mediante una serie sucesiva de rituales, los primeros de los cuales extendían un esbozo del diseño, se añadían poderosas defensas y extraños adornos. Llevó algún tiempo unificar las características comunes en una forma ritual común que pudiera ser interpretada rápidamente (en comparación con el proceso anterior) sobre una nueva localización. Se presentan algunos de los rituales que eran utilizados con más frecuencia para crear las fortalezas de los Caídos. Algunos todavía son recordados por los Caídos de hoy, y quizás incluso los mayores bastiones podrían volver a levantarse de nuevo, lanzando sus sombras sobre las ciudades modernas del mundo.
Nota: Puedes leer sobre estos rituales para Crear Bastiones aquí.
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