Los Ángeles del Despertar estuvieron presentes en el nacimiento (y tal vez, la concepción) de todos los seres vivos en la Tierra antes de la Caída. Llevaron el aliento de Dios a los niños recién nacidos de todas las criaturas del mundo, desde los insectos rastreros hasta los leviatanes más poderosos. Para que una semilla germinara, era necesario un Dagan para dar la chispa esencial de la vida. Los Ángeles del Amanecer podrían haber difundido la palabra de Dios, pero los Dagan se extendieron por la Creación, interactuando directamente. Como tal, tendían a ser los más firmes y prácticos de los Ángeles de la Segunda Casa. Los Dagan disfrutaron de una relación laboral especial con los Namtar. Los Ángeles de la Muerte rompieron la materia, y los Dagan la revigorizaron, para que nada se desperdiciara. Cuando llegó la rebelión, los Dagan que se unieron a Lucifer estaban encantados con la idea de poder vigilar los nacimientos de niños humanos sin enmascarar su presencia. Entonces la maldición de Dios sobre los Asharu cambió todo. Los humanos envejecerían y morirían, sin importar cuánto los protegieran los Dagan del veneno. Eso fue suficiente para llevar a muchos de ellos al lado más destructivo de sus poderes.
Peor aún, su parentesco especial con la Casa del Segundo Mundo se hizo añicos, ya que los Halaku ahora tenían que cosechar las almas de los asesinados, dejando a muchos Dagan trabajando en contra de estos propósitos. Los Dagan son seres de vida y vitalidad. Los monstruosos Dagan son la antítesis de la vida, criaturas asquerosas de la enfermedad y la descomposición. Son la vida sin control, son salud desbalanceada por negligencia. Si bien, la forma reveladora de un Dagan es la imagen de una salud perfecta, el cuerpo comienza a desmoronarse a medida que aumenta su Tormento. Un Dagan con un Tormento extremadamente alto podría parecerse a nada más que un esqueleto con unos pocos trozos de carne que se aferran a los huesos.
La forma apocalíptica de los señores de la animación infunde en el
cuerpo mortal del ángel la vitalidad de la juventud y la buena salud. Incluso
el recipiente mortal más anciano aparenta estar en la flor de la vida y se
mueve con una gracia, velocidad y fuerza inhumanas. Este halo de vida y
vitalidad se expresa en forma de radiación palpable de calor, como un rayo
de sol, y todo ser vivo que toque compartirá temporalmente su poder. Las
flores marchitas recuperarán su lozanía, los heridos se fortalecerán y los
decrépitos se olvidarán de sus aflicciones.
La Faz del Despertar confiere las siguientes habilidades especiales:
• Aura de vitalidad: Los seres vivos (plantas y animales por igual)
que se encuentren dentro de un radio en metros igual a la Fe de tu personaje se surtirán de energía restauradora. Todo aquel que esté dentro de
esta zona sanará cualquier tipo de daño contundente al ritmo de un nivel
de salud por turno.
• Pasar sin dejar huella: La dificultad de las tiradas de Sigilo del personaje se reduce en dos, y su paso no interferirá con el entorno en ningún
aspecto. No dejará huellas de pisadas ni se moverán las hojas.
• Aptitudes físicas mejoradas: El caído recibe las siguientes bonificaciones a sus rasgos: +1 Fuerza, +1 Destreza, +1 Resistencia.
• Alas: Un par de alas de águila se extienden desde los hombros del
personaje. Plenamente desplegadas, cada ala mide un tercio de la altura total del ángel. El personaje puede planear a una velocidad igual a tres veces
su velocidad de carrera por turno.
Tormento: Cuando los Dagan son consumidos por su naturaleza demoníaca, su potestad sobre la vida y la vitalidad experimenta un revés y sus
cuerpos mortales se transforman en caldo de cultivo para las enfermedades
y los tumores cancerosos. Se cubren de protuberancias deformes y llagas
purulentas, y su carne se torna húmeda y esponjosa al tacto.
La Faz del Despertar confiere las siguientes habilidades Atormentadas
especiales:
• Miasma: El aliento del demonio hiede a podredumbre gangrenosa y
puede ejercer un efecto debilitador sobre sus adversarios a corta distancia.
El demonio puede afectar a sus víctimas a una distancia de hasta su Fe por
treinta centímetros. Aquellos mortales y demonios que se vean atrapados
en medio de su exhalación renunciarán a sus acciones mientras dure el
turno, a menos que superen una tirada de Resistencia (dificultad 7). Si la
tirada se resuelve con un fracaso, la víctima sufrirá asimismo la infección
del virus o la enfermedad que elija el Narrador.
• Niveles de salud adicionales: El demonio adquiere tres niveles de
salud Magullado adicionales a efectos de resistir el daño contundente, letal
y agravado.
• Carne viscosa: La carne corrupta del Dagan fluye lentamente si se
la inmoviliza o apresa, dejando a su asaltante cubierto de podredumbre. La
dificultad para apresar al demonio aumenta en dos, y el personaje podrá
librarse de ataduras tales como cuerdas o esposas superando una tirada de
Destreza.
• Extremidades adicionales: El demonio desarrolla un segundo par
de brazos o una cola prensil, a discreción del jugador. Los brazos adicionales
le permitirán desviar o parar asaltos cuerpo a cuerpo o sin armas sin necesidad de renunciar a su acción declarada ese turno, o ejecutar dos ataques
extras por turno (con su reserva de dados completa). La cola prensil mide la
mitad de la altura del personaje y sólo utiliza la mitad de su Fuerza (redondeando hacia abajo) para levantar objetos, además de permitirle colgarse
cabeza abajo.
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