Ishhara, la Faz de la Añoranza

Los Lammasu entienden el anhelo. Después de todo, fueron creados para tentar a los humanos para que tuvieran pensamientos más grandes y profundos, pero nunca para revelarlos directamente. Esa capacidad de inspirar, de atraer, de crear el deseo, formó la esencia los Ángeles de la Añoranza. Y, sin embargo, ellos también anhelaban estar más cerca de los humanos a los que les hicieron amar. Cuando llegó la rebelión, muchos Ishhara aprovecharon la oportunidad para mostrar a la humanidad las posibilidades que les ofrecían, en lugar de simplemente tentarlos. El problema, por supuesto, era que esto no satisfizo a los Isshara, que fueron creados desde el principio para ser criaturas de un deseo sin fin. En resumen, incluso cuando tenían lo que querían, no era suficiente. Este tipo de deseo eterno no es necesariamente algo malo, por supuesto. Sí, eventualmente estimularon los impulsos tales como la codicia y la gula, pero también impulsaron a los humanos a encontrar métodos mejores y más eficientes de estudio y adoración.

Los Ángeles de la Añoranza actuaban como musas, trabajando con sus hermanas Mammetum para manipular lentamente los deseos de la humanidad de manera que mejoraran la suerte de la especie. Pero el deseo humano, una vez desatado, resultó ser una bestia peligrosa, y los mismos Ishhara, las encarnaciones del deseo, se molestaron por lo mucho que los humanos podían adquirir y, aun así, desear más. En particular, la naturaleza competitiva de la humanidad horrorizó a los Ishhara a medida que avanzaba la Guerra de la Ira. Los mortales parecían perfectamente contentos al destruir todo lo que no podían tener, en lugar de tener una visión más larga y trabajar lenta y metódicamente para lograr su objetivo. Los Ishhara, por naturaleza, vieron el deseo como un motivador, para alterar el comportamiento. La humanidad lo ve como una excusa, para alterar el mundo.

Los Ishhara siempre son hermosos, no importa cuánto Tormento acumulen. Esa belleza, sin embargo, cambia de una belleza pura, casi casta, al glamour intocable de una sirena cuando el Corruptor permite que el Tormento del Abismo la posea.  Un monstruoso Ishhara podría ser lo más hermoso que un mortal haya visto, fascinante a la vista y lo vuelve incapaz de soportar la fuerza de sus propios deseos. Irónicamente, esta es la misma forma en que los Ishhara se sienten con respecto al mundo que los rodea. Los ángeles de la inspiración son visiones tan hermosas que, comparados con ellas, incluso los radiantes ángeles de los Namaru palidecen. Su cabello de oro y sus rasgos perfectamente esculpidos representan el ideal romántico del que hablan la prosa y la poesía mortales, y sus voces aterciopeladas derriten incluso los corazones más duros.

La Faz de la Añoranza confiere las siguientes habilidades especiales:

• Rasgos sociales mejorados: La apariencia del personaje, su porte y su gracia dejan a los humanos sin habla, estupefactos. El demonio recibe las siguientes bonificaciones: +2 Carisma, +1 Manipulación, +2 Apariencia.

• Voz melodiosa: La dificultad de todas las tiradas de Liderazgo y Subterfugio se reduce en dos.

• Sentidos mejorados: Los cinco sentidos del personaje se agudizan hasta niveles sobrehumanos, lo que reduce en dos sus tiradas de Percepción.

• Intuición mejorada: La extraordinaria perspicacia del personaje reduce en dos todas las tiradas de Intuición.

Tormento: Los Ishhara monstruosos conservan toda su deslumbrante belleza. Si acaso, su atractivo no hace sino aumentar con el guiño de malicia soterrada que oscurece sus ojos y enronquece su voz. Lo que antes fuese una fuente de inspiración es ahora un canto de sirena que guía a los mortales a su desgracia.

La Faz de la Añoranza confiere las siguientes habilidades Atormentadas especiales:

• Garras: El personaje manifiesta unas garras que infligen Fuerza +2 de daño agravado.

• Veneno: Las garras y la saliva del Ishhara son venenosas. Quienes se expongan a la ponzoña (ya sea a causa de un arañazo o un simple beso) se enfrentarán a una reserva de dados de daño contundente igual al Tormento del demonio, aunque este daño puede ser absorbido.

• Extremidades adicionales: El demonio desarrolla un segundo par de brazos o un juego de tentáculos, a discreción del jugador. Los brazos adicionales le permitirán desviar o parar asaltos cuerpo a cuerpo o sin armas sin necesidad de renunciar a su acción declarada ese turno, o ejecutar dos ataques extras por turno (con su reserva de dados completa).

• Sin reflejo: La imagen del demonio no aparece en los espejos, como tampoco puede capturarse en fotografías ni películas de vídeo.