11.9.2017 - Damasco

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Desde una perspectiva ingenua, este conflicto es extremadamente confuso. La guerra no se corresponde con el conflicto humano de una forma directa al estilo de pintar siguiendo los números. Sería mucho más fácil si simplemente pudiéramos decir que la Camarilla apoya el régimen en Siria y el Sabbat está aliado con los rebeldes. Pero, en su lugar, hay una red de influencia que une y desune todas las posibles alianzas mortales. La Camarilla tiene influencia en el gobierno sirio, pero también en muchos de los grupos rebeldes. Nuestras manos se hunden en lo más profundo de la maquinaria militar de Estados Unidos, pero también lo hacen las del Sabbat e incluso las de la Ashirra. 

Ésta es una región a la que los poderes colonialistas y supuestamente occidentales le han denegado su propia independencia política durante siglos. Los Vástagos, de la Camarilla o no, seguimos el modelo colonial de apropiarnos e infiltrarnos en los centros de poder en disputa dentro de una sociedad y manipularlos de forma que nos beneficien. Si los rebeldes kurdos nos sirven para una tarea, los terroristas del ISIS que los masacran pueden servirnos para otra. Lo único que nos preocupa somos nosotros mismos; los mortales han de sufrir las consecuencias. Los grupos e instituciones mortales son marionetas que los Vástagos usan para trabajar en pos de sus propias metas, insignificantes o profundas. Cuán insignificantes lo aprendí cuando se me dio la tarea de escoltar a mi Sire, Mathilde de Tourdonnet, por algunas de las peores zonas de la guerra civil siria. Mathilde no ha sido mala Sire, pero es impresionantemente egocéntrica. Es una de los Chiquillos favoritos de los Chiquillos del propio Hardestadt, lo que le otorga un enorme estatus en la Camarilla que no se ha ganado. Dado que le ha caído en gracia al sistema, éste le concede extraños privilegios. Así que ¿cómo llega a Damasco la Chiquilla de un Chiquillo de Hardestadt? En jet privado, con un séquito de veinte sirvientes, guardaespaldas y ayudantes. En tierra, una compañía de mercenarios rusos le proporcionó un servicio de seguridad de cincuenta soldados. Puede que yo, junto con mis contactos Ashirra, le proporcionase el itinerario, pero cuando se refería a viajar, era un mero acompañante. 

Resulta extraño ver tal poder y privilegio en una zona de guerra. Creía que la Camarilla me había provisto amplios recursos para mi misión, pero no a esta escala. Aunque los Anarquistas y Autarcas se enfrentan a lo peor del peligro, el estrato común de los Vástagos de la Camarilla aún sufre bajo la amenaza de la Segunda Inquisición. Viajar es duro y peligroso y los aeropuertos deberían evitarse a toda costa, debido a la infraestructura de seguridad en ellos. La cosa es que hay otro grupo en el mundo que habitualmente se salta esas gestiones, aparte de los vampiros: los ricos. El jet privado de un multimillonario no está sujeto a medidas de seguridad estrictas y la mayoría de los privilegiados en la Camarilla se benefician también de ellas. La mayoría las sufren, pero aquéllos de nosotros a los que se nos ha concedido acceso al sistema a nivel multimillonario aún podemos volar. Aparentemente, no quedamos muchos. Mathilde parecía una reina viajando con su séquito. Nunca logré determinar si los rusos que nos escoltaban sabían que éramos Vástagos o no, pero lidiaron mucho mejor con los problemas de seguridad de lo que yo lo hubiera hecho jamás. Hace unos meses, la única zona de guerra que yo había visto era aquélla de Irak de la que había huido como mortal. 

Aparentemente, ahora soy un experto. Nunca obtuve una respuesta clara de por qué mi Sire acudió a esta zona de guerra, pero esto es lo que supongo: lo hizo por entretenimiento y poder. Se dice que la Llamada convoca a los más viejos y poderosos de entre nosotros, así que ella sintió que tenía que tomarse al menos algunas selfies junto a edificios bombardeados para sugerir que ella también la había sentido. Y, por supuesto, la Guerra de la Gehenna, como algunos la llaman pese a las amenazas de Arcontes y Príncipes, es un gran tema de discusión en la Camarilla. Ella sentía curiosidad por verla de cerca. Lo peor era que quería Cazar. Nunca antes había Cazado en una zona de guerra. He visto cosas terribles. La mayoría de Vástagos que he conocido eran monstruos de un tipo u otro. Pero, pese a los lazos de Sangre, siento verdadera repulsión ante el hecho de que se haya tomado tantas molestias para imponerse sobre la gente más miserable que la Tierra puede ofrecer. Convertir una zona de guerra en un patio de juegos y un bufé es un clásico de la Camarilla.
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