Quería ser Príncipe
y aguardé a que otros limpiaran
el terreno de juego para así poder
hacer mi movimiento.
Siempre supimos que había
Anarquistas en la ciudad, pero
realmente no nos importaba. Los
Príncipes creían que eran irrelevantes, útiles como cruel y efímero
entretenimiento durante una
aburrida noche en el Elíseo. No
éramos conscientes de la influencia que Berlín tenía en el mundo
mortal y del poder que un sueño
podría tener sobre un vampiro
recién Abrazado.
Si te convertías en uno de la
Sangre en algún claustrofóbico y
sofocante pueblecito y tenías que
tratar de sobrevivir bajo el tirano
local, soñabas con Friedrichshain,
sus fiestas, clubes de fetichismo,
cualquier cosa que quisieras.
Muchos vampiros jóvenes escaparon y vinieron aquí, y nadie en la
Camarilla se preocupó mucho de
mantener un registro.
Después de
todo, ¿cómo podría un Anarquista
llegar a afectar a las magníficas
luchas políticas de los Ancianos?
El último Príncipe de Berlín
murió en la calle, destrozado por
una furiosa muchedumbre de
Anarquistas.
Es algo que da que pensar si
crees que la Camarilla es eterna o
que los jóvenes e inocentes Vástagos del Movimiento Anarquista no
suponen una amenaza real. Berlín
era uno de los grandes baluartes
del corazón de la Camarilla, hasta
que dejó de serlo.
El Berlín de hoy en día aún se
sacude a causa de la violencia de la
Revolución Anarquista. El poder
está en manos de distintas bandas,
como Liberación Roja y la Banda
Stirner. La superpoblación vampírica significa que la Mascarada
peligra más que en la mayoría de
lugares, pero al menos los lugareños están acostumbrados a ver
gente extraña en las calles.
Berlín es la ciudad perfecta si
quieres ir a alguna parte donde las
reglas son cambiantes, donde un
joven vampiro puede dejar huella.
Estate avisado: nadie te debe nada
y no hay Príncipe que te proteja.
Una última cosa. Sé lo que
estás pensando. ¿Cómo sobreviví?
¿Cómo puede existir aún una Capilla Tremere tras toda esta rabia?
Yo hice algo que los Príncipes
nunca podrían haber hecho. Tuve
la humildad para entender que la
revolución no podría detenerse
y antepuse a mi Clan a tratar de
mantener a la Camarilla en el
poder. Puedes juzgarme por ello,
pero viví para ver otra noche. Y
aún estoy aquí, en Berlín.
–Maxwell Ldescu, Regente Tremere de Berlín y Líder del remanente de la Camarilla de la ciudad
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