Dhampiros

Kendal se sentó en el bordillo y lloró una lágrima viva pro primera vez desde que era un niño pequeño. No se trataba de que estuviese malherido. Había un pequeño rasguño sobre su ojo, cierto sabor salado en su boca y se iban a marchar rápido. Tampoco se trataba de lo que le había pasado a Julio, bueno, quizá un poco, pero Julio sabia que no debía llamarle "marica", incluso en broma. 

Era el modo en el que se había sentido mientras lo hacía. Cada golpe había mandando una pequeña explosión de felicidad en su cerebro, el mismo placer aliviador que conseguía al aporrear su batería en casa. Había goleado a su mejor amigo hasta convertirlo en una pulpa magullada y le había gustado cada segundo de la experiencia. Olió la mancha de sangre en la manga de su chaqueta, esperó a que le recogiese su madrastra y le preguntó si se podía volver uno loco a los doce años.

Los dhampiros comienzan con el pie equivocado en este mundo, y las cosas nunca mejoran.

Para comenzar, el nacimiento de un chiquillo medio vampiro generalmente es una gran sorpresa para al menos uno de los padres. Puede ser recibido con euforia o disgusto supersticioso, pero nunca sin miedo. Para una vampiro, la maternidad añade una carga y peligro a una existencia ya llena de ambos hasta el borde. Puede pasarlo mal físicamente (su cuerpo no-muerto difícilmente es apropiado para la tarea). ¡También tendrá que dar un montón de explicaciones si otro vampiro la atrapa con ropa de maternidad! Un Vástago padre puede creer que su amante le ha sido infiel (después de todo, no es posible que sea suyo); pero si está bien informado, debe enfrentarse a una terrible decisión. ¿Debería permanecer, ser responsable y aceptar lo que suceda a él y a su nueva familia como resultado... o debería abandonar a los de su propia sangre? Tampoco es probable que el padre humano se lo tome con tranquilidad; consciente o inconscientemente, es suficiente invitación para la tragedia. El esfuerzo tradicional de criar un bebé en una atmósfera tan cargada con dolor e incertidumbre puede incluso con los espíritus más fuerte.

Más aún, las madres mortales de los dhampiros a menudo desarrollan complicaciones que ponen en riesgo su vida durante el embarazo y el parto (debido al conflicto entre vitae mortal e inmortal, o a factores más misteriosos): funcionamiento inmunológico depresivo, hemorragias, toxemia, etc. Con tantos peligros, es fácil para un dhampiro acabar abandonado o convertido en huérfano a una edad temprana. Papá huye y mamá muere a manos del azote. O mamá sucumbe a la adicción a las drogas y papá decide que su niño será más feliz "entre gente normal". Esto es, asumiendo que a papá se le dijese lo del niño, para empezar. Incluso si la familia está intacta (por ahora), las probabilidades de felicidad doméstica son escasas en el Mundo de Tinieblas. Por una u otra razón, muchos dhampiros deben aprender su verdadera naturaleza por sí mismos mientras pasan de una casa de acogida a otro, o manteniendo un trabajo con sueldo mínimo para alimentarse a sí mismos y a una abuela enferma, o cumpliendo su condena por asalto en un centro de detención juvenil.