Alberto Pineda Villa alias el Borrado, Teniente de Fiorenza Savona, Presidente Interino Ventrue de Ciudad de México, hablando a una coterie recién asignada allí:
Todos lo han oído. Los Anarquistas que no puedan permitirse vías intravenosas para el aperitivo de esta noche se preguntarán: «¿Por qué unirme a una Secta en la que estoy destinado a que me llueva mierda?». Déjenme preguntarles: «¿Por qué se revuelcan en el fondo de la mierda sin razón?». La respuesta que no quieren oír es ésta: pueden salir de ella. Yo estoy aquí para ofrecerles una escalera. Esa escalera tiene peldaños y esos peldaños, etiquetas. Se llaman respeto, intelecto, obediencia, y el primer peldaño, el primer puto peldaño al que deben agarrarse, y deben agarrarse fuerte, se llama lealtad. La lealtad es una recompensa en sí misma, o eso diría algún jefecillo corporativo que no pudiera permitirse darles una bonificación a sus empleados.
La lealtad crea su
propia recompensa, porque cuando
ustedes se aferran a la lealtad eso les
hace ascender por la puta escalera.
La Camarilla cuida de los suyos.
Protegemos nuestras ciudades frente a nuestros enemigos, vengamos
a un Príncipe asesinado. Vengamos
al pinche Sheriff de la pendeja
Lawton (Oklahoma), chingaos y no
pagaría ni cinco pesos por ver arder
hasta los cimientos esa ciudad.
Se preguntarán por qué Fiorenza pagó muchísimo más que eso
para quemar a un puñado de hijos
de la chingada controlados por la
Bestia. Porque cuando protegemos
a nuestros activos creamos deudas.
Deudas que nos pertenecen. Para
siempre.
Quizás la Camarilla les parezca
cínica. Pero se trata del panorama
general. Sean leales a la Cam, y
ella les será leal a ustedes. Y eso es
por lo que ninguno de mis rivales,
muertos o vivos, será tan pendejo
como para venir por mí de nuevo.
Relatado por Ambrus Maropis, experto en seguridad de la Camarilla para dominios europeos:
La lealtad es algo de lo que enorgullecerse. No es moralidad. Ni siquiera es una elección. Es simple física. La lealtad mantiene a la Camarilla unida y la Camarilla nos mantiene de pie y en movimiento. Tú no monitorizas el tráfico de la Inquisición, así que no conoces los detalles. Yo sí, y puedo decirte que la SI es infinitamente más activa en los dominios Anarquistas. Están limpiando partes de Rusia y la mitad de California. Mientras hablamos se arremolinan en Brasil y tienen en marcha otra docena de objetivos a escala de ciudades. Si tuvieras autorización, te daría los números. Pero aquí tienes uno: dos. Ése es el número de golpes realmente importantes que han dado en dominios de la Camarilla en quince años. Sí, se cometieron errores, pero los responsables pagaron el precio y ahora conocemos su patrón y podemos usarlo en su contra. Siempre que no dejemos que la adversidad nos divida. La lealtad funciona porque la Camarilla lo hace. La Torre es lo que hace que sigas despertándote en tu refugio, no en una habitación soleada en Puerto Rico. Si sales de ella, estás solo.
Relatado por Ambrus Maropis, experto en seguridad de la Camarilla para dominios europeos:
La lealtad es algo de lo que enorgullecerse. No es moralidad. Ni siquiera es una elección. Es simple física. La lealtad mantiene a la Camarilla unida y la Camarilla nos mantiene de pie y en movimiento. Tú no monitorizas el tráfico de la Inquisición, así que no conoces los detalles. Yo sí, y puedo decirte que la SI es infinitamente más activa en los dominios Anarquistas. Están limpiando partes de Rusia y la mitad de California. Mientras hablamos se arremolinan en Brasil y tienen en marcha otra docena de objetivos a escala de ciudades. Si tuvieras autorización, te daría los números. Pero aquí tienes uno: dos. Ése es el número de golpes realmente importantes que han dado en dominios de la Camarilla en quince años. Sí, se cometieron errores, pero los responsables pagaron el precio y ahora conocemos su patrón y podemos usarlo en su contra. Siempre que no dejemos que la adversidad nos divida. La lealtad funciona porque la Camarilla lo hace. La Torre es lo que hace que sigas despertándote en tu refugio, no en una habitación soleada en Puerto Rico. Si sales de ella, estás solo.
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