Los Clanes de la Camarilla V5

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La Camarilla se fundó como un acuerdo entre siete grandes Clanes. Cinco de ellos permanecen en ella. En la última década, otra familia de la Sangre más, los Hijos de Haqim, ha demostrado ser digna de nuestra atención. Al tiempo que la unión entre Victoria Ash y Tegyrius se ha sellado con sangre y mediante Sangre, y mientras las metafóricas sábanas nupciales aún están húmedas, nos preparamos para dar la bienvenida al Clan de la Caza. Mientras que un Clan une a los Vástagos del mismo linaje por todo el mundo, su organización y legislación es casi totalmente local. Los edictos aplicables a toda la sociedad, como la exclusión de los Brujah de nuestra asamblea y la designación de los Justicar de Clan, son la excepción. Muchos Príncipes sancionan o aplican interpretaciones de las Tradiciones en base a los Clanes: “Ningún Toreador de mi ciudad puede Abrazar esta década” o “La Progenie de Malkav puede matar a cualquiera de fuera de su Clan que se alimente en la cárcel del condado de Los Ángeles”. 

Al ver a los Clanes como unidades sociales, naciones de los muertos o al menos como subculturas con valores y propensiones propios y compartidos, simplificamos la realidad. Al permitir que el Primogénito hable por todos los Vástagos de su linaje, ignoramos lo compleja que es realmente la estructura de cada Clan y cómo difiere de un dominio a otro. Aceptamos y reforzamos estas generalizaciones por una buena razón: funcionan. Traen orden. Si no tratases a los Clanes como entidades políticas con las que pueden hacerse contratos y acuerdos y crearse leyes en pos del control, estaríamos invitando al caos. Al tratar a los Clanes como naciones, también seguimos el precedente de la Convención de Thorns. La estructura gobernante de nuestra sociedad, con Justicar, Primogénitos y demás puestos ostentados por representantes de nuestros Clanes, apoya a la coherencia de cada Clan dentro de nuestra Secta. Cuando decimos el Clan de la Rosa, nos referimos sólo a los Toreador que han prestado los juramentos que sostienen las Tradiciones y nuestra gloriosa unión, no a sus hermanos caídos que se escabullen de la luz de nuestras Tradiciones. Puedes argumentar que no todos los Ventrue son ambiciosos, orgullosos o ricos y que nuestra visión de los Clanes como grupos coherentes y organizados ignora los casos atípicos. Pero tal comentario es erróneo. 

Los individuos que se salen de los acuerdos hechos entre la Camarilla y los Antiguos de los Clanes no significan nada para nosotros. Y antes de que pierdas el tiempo repitiendo las preocupaciones típicas de un Sangre Débil sin la más remota idea sobre que el sistema de Clanes nos fuerza a ser lo que no somos y esas tonterías modernas, recuerda que así es como siempre ha sido. La Sangre se impondrá. Tu familia, tu Clan, te define, no importa lo único o individualista que creas ser. Y por eso construimos nuestra unión primero a partir de Clanes y luego de individuos. Los Anarquistas están listos para derramar Sangre vampírica por defender la idea de que el Clan debería considerarse insignificante comparado con la convicción del individuo. Preguntar por el linaje o, aún peor, hacer una norma contra todo un Clan no es aceptable entre los libres. Defender esta estupidez es lo que les hace más débiles que nosotros. Los Brujah Anarquistas sólo son leales a los parientes que conocen, no a los Brujah del estado colindante o a una gran tradición de (dudosos) logros que datan de Cartago o más atrás. Su idealismo establece que “un bate es un bate”, pero todos sabemos que eso es mentira. 

Comparativamente, la mayoría de Gangrel se burla ante la idea de ocultar su linaje, ya que son orgullosos y la forma en que su naturaleza bestial aflora mediante cambios físicos los expondría aunque lo intentasen. Es comprensible que la abolición de políticas de Clan, leyes y la idea de una personalidad y unos defectos comunes sea un pensamiento atractivo, especialmente para los Neonatos Abrazados durante los últimos treinta años. El problema es que nuestra condición no es racional. La Sangre nos une a un nivel que ni siquiera los eruditos Heméticos más brillantes comprenden. Mientras otros niegan lo que son o incluso luchan contra ello, nosotros damos a nuestros linajes estructura, propósito, liderazgo y poder. Honramos la historia anterior a nosotros y nos esforzamos por trabajar al unísono con nuestros compañeros de Clan o al menos con respeto por ese pasado, defectos, rol en el mundo y metas que compartimos. Por ello somos superiores, realistas y pragmáticos. Deja que quienes devaluarían la importancia de nuestros grandes Clanes rabien o riñan como quieran. Pronto se enfrentarán a la verdad de la Sangre en sí mismos, así como a la Muerte Definitiva a manos de sus más inteligentes compañeros de Clan leales a la Camarilla. Loa tu Sangre. Respeta a tus Antiguos. Encarna el ideal de tu Clan y acepta tu lugar en la jerarquía de la noche. ¡Por la Torre y la gran unión de los Clanes! 

La Sangre siempre se impone, supongo. Yo soy Toreador y, gracias al Abrazo, también lo eres tú. A veces me pregunto por la influencia de la Sangre en nuestro destino. Nuestro Clan es conocido por su refinamiento y su gusto. Somos los más hermosos, sensibles y glamurosos de toda la Estirpe. No creo en la falsa modestia: me considero el epítome de todas esas cualidades. Pocos Toreador son ejemplos tan perfectos de nuestro Clan como yo. Hubo un tiempo en el que me avergonzaba de mi vida mortal, pero hace mucho de eso. He dejado de preocuparme por tales cosas. Si me hubieras visto en mis días mortales, no creo que hubieras pensado que esa niña se convertiría en reina de la alta sociedad. Era la hija bastarda de la mujer de un tabernero. De joven me marché de casa para seguir a los ejércitos y follar soldados por un poco de pan. No creo que muchos Toreador fuesen capaces de ver refinamiento y glamur en un rápido coito en el barro. Sobreviví. Medré. 

Hay un término moderno para lo que solía ser: trabajadora sexual. Hice la calle. Trabajé. Me creé y recreé según la situación lo requería. Tenía talento de camaleón, para ser como quienes me rodeaban o como ellos quisieran. Mi Sire era un proxeneta llamado Maximilian. Comenzó a alimentarme con su Sangre hasta que me enganché. Le serví durante mucho tiempo y creo que olvidó que la adicción a la Sangre no siempre es lo mismo que el verdadero amor. Le salvé la vida y él me Abrazó. La segunda vez que estuvo a punto de morir no pude ayudarle, así que en su lugar escapé con sus enemigos a América. Abandoné Europa como la Chiquilla ilegítima de un proxeneta. Llegué a Nueva Ámsterdam como una aristócrata, una refinada e ingenua Toreador ávida de ver las maravillas del nuevo mundo. ¿Me convertí en la perfecta Toreador a propósito? ¿Conocía la imagen del Clan y busqué amoldarme a ella? ¿O sólo seguí mi instinto? ¿Fue mi voluntad o la voz de la Sangre? Ha pasado tanto tiempo que ya no lo recuerdo.

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