Los Nosferatu en la
sociedad vampírica
Soy Ambrus. Si puedes oír esta grabación sin destruir
la máquina desde la que está sonando, déjame decirte cuánto siento que hayamos llegado a esto, pero
también déjame decirte por qué hemos hecho lo que
hemos hecho.
La necesidad provoca acción. Nos unimos a la Camarilla porque el beneficio de poder ocultarnos de la
humanidad era mayor que el atractivo de gobernarla.
Somos un Clan recluido, al menos en parte, en contacto con quienes combaten terribles adversidades, incluso aunque les depredemos de forma regular. Siempre
hemos sido mejores escondiéndonos que buscando.
Así que, cuando la Camarilla comenzó a estrechar
su lazo en torno a los Vástagos que no eran 100 %
auténticos Camarilla, esperabais que inflásemos la
balsa salvavidas de nuestros dos Clanes para cuando
saltásemos por la borda.
Incluso os dijimos que lo
haríamos. Os dijimos que la Camarilla no haría nada
salvo subyugar a nuestro Clan al tiempo que la Secta
estaba bajo más escrutinio del que nunca había estado.
Dijimos que encajábamos mejor con los Anarquistas.
Odio tener que decirte esto, pero mentimos
como bellacos. Os dejamos saltar, e incluso os dimos
un empujoncito, pero nunca tuvimos intención de
unirnos a vosotros. Al ver cómo los Brujah siguieron
a los Gangrel, nos dimos cuenta de que la Camarilla
necesitaría nuestra información, inteligencia, redes y
fuerza bruta más que nunca. Vuestra ausencia creó un
vacío y la Camarilla nos premió por informarle sobre
la deserción de la Chusma.
Así que ¿somos unos cabrones? Sí, casi seguro. Pero
nuestra postura es más más firme que nunca. La Camarilla nos necesita y nosotros a ella. Te deseo suerte
en el Movimiento Anarquista, Theo, pero creo que te
arrepentirás de tu decisión.
Las apariencias lo son todo, querido. Una podría argumentar que no importa lo que vistamos. Un ajuste estilístico no
convertirá un trozo de carbón en un diamante. Pero pensar
un poco en los detalles nunca hace daño. Incluso si nunca
puedes llegar a ser bonito, aún puedes resultar impresionante, intimidante, influyente, con gusto… Como tal, nuestro
Clan tiende a prestar más atención a la presentación que
ningún otro, incluso que los Degenerados. Algunos adornan
espectaculares máscaras diseñadas para ocultar su forma,
mientras otros enfatizan el horror con maquillaje y desagradables accesorios que hacen dudar sobre qué deformidades
son reales y cuáles falsas. En el Elíseo, la mayoría portamos
nuestra maldición con orgullo.
A veces demasiado orgullo,
como algunos Neonatos que, aún tambaleándose a causa
del dolor de subyugarse a nuestra abominable condición, se
recrean en su miseria, mostrando extrañas creaciones hechas
de basura y restos de segunda mano convertidos en trajes de
alta costura que podrían ser dignos de una pasarela si no
apestasen a meado. Hay excepciones, por supuesto. Los
Nosferatu conocidos como Cleopatras tratan de parecen tan
sexualmente atractivos como pueden y resaltan las partes
más normales de su cuerpo mientras ocultan el resto.
Nuestras aflicciones abarcan desde enfermedades dérmicas a orificios faciales grotescamente distendidos, pasando por
órganos y huesos hinchados o antinaturales masas de pelo,
cartílago o tumores. No recuerdo mucho de mis días como
mortal, pero sí que solía estar obsesionada con la celulitis de
mis muslos.
Es un recuerdo encantador. Era tan bonita.
Dado que nuestra transformación suele tardar semanas
o incluso meses en completarse, algunos Vástagos teorizan
que somos los más vivos de nuestra especie y que nuestras
deformidades son signos visibles del intento de nuestro cuerpo
de sacrificar una parte de sí mismo para evitar la muerte. Es
como cauterizar una herida. Me gusta la idea. Somos como
los “moroi”, los vampiros vivos del folclore de Europa oriental.
Parecemos cadáveres más que ninguno de nuestros parientes de
la Camarilla, pero, a diferencia de ellos, aún sentimos lo que era
ser humano. Aún portamos la chispa del día en nuestro interior.
Los Nosferatu en la
sociedad mortal
Los Nosferatu tienen dificultades entre el ganado.
Aunque todos los mortales Abrazados en el Clan
tienen las mismas capacidades sociales que la noche
antes del mordisco, el horrible semblante o las
deformaciones corporales que conlleva la membresía
de este Clan hacen más difícil interactuar directamente con mortales. Para compensar su maldición, adoptan métodos creativos para ayudar a la interacción.
Lo más sencillo es asociarse con parias y quienes estás
afligidos por condiciones médicas. Un Nosferatu sin
tabique nasal y las encías sangrantes encajaría mejor en
un centro de rehabilitación de metanfetaminas que en
una fiesta con champán y caviar en la suite de un ático.
Un Nosferatu cuya piel se descama quizás encontraría
más respiro en una instalación médica, mientras que
otro con costras, úlceras y mugre puede sentirse orgulloso en un refugio para sin techo. Los desafortunados
que muestran deformidades realmente monstruosas,
como el cráneo alargado, ojos totalmente negros,
enormes orejas puntiagudas o un rostro de roedor, se
ven forzados a buscar circunstancias donde puedan
portar máscaras o confiar en su dominio de la ofuscación para Cazar.
Todas sus decisiones, desde elegir su
territorio de alimentación a sus criados y sus sirvientes
de confianza, dependen de la severidad de la maldición
y con qué nivel de habilidad la ocultan. En la mayoría de
casos, es probable que se oculten tras varias capas de
subterfugio y que siempre prefieran el camino de mayor resistencia al que está más iluminado.
De todos los Clanes, los Nosferatu son los menos
proclives a asociarse directamente con sus antiguos
contactos mortales. Pocos entenderán la súbita degeneración de su aspecto, y muchos Nosferatu no podrían
soportar mostrar su rostro a sus seres queridos de una
vida previa. Aun así, la mayoría no poseen tal resistencia en lo que se refiere a la sociedad vampírica. En ésta
suelen recrearse en la repugnancia que su apariencia al
descubierto causa en sus compañeros monstruos. “Les
mostramos lo que realmente son”, que dice el dicho.
¡Alerta catfish!
¡Cuidado, adictos a las citas en línea, ya que hay una epidemia de catfishing barriendo Europa! Pero espera, ¿no sabes
lo que es el catfishing ? Déjame explicártelo:
Algunos usuarios de servicios de citas en línea, como
Tender y OkCupid, crean perfiles falsos usando fotos extraídas de otra parte. Con estos perfiles artificiales tientan a los
hombres y mujeres con esperanzas (principalmente hombres)
que contactan con ellos, entablan pseudorrelaciones en línea
y terminan por acordar encontrarse con su posible cita.
En la mayoría de casos, la cosa acaba ahí. El chico
descubre que la atractiva jovencita que esperaba no es quien
decía ser y se marcha a casa furioso y traicionado.
Nada en comparación con los últimos incidentes.
Los informes de estadísticas de sitios de citas de ciudades como Atenas y Roma afirman que el catfishing está en
alza a lo grande, pero los hombres que informan haber conocido a estos impostores vuelven de sus citas con auténticas
historias de terror.
Aunque aquí en RED-Buzz no juzgamos
a la gente por su apariencia, las declaraciones hablan de
verdaderos monstruos que de alguna forma ocultaban su
condición enfermiza y deforme hasta el último momento posible, ¡en el cual mostraban su horrible rostro! ¡Una incluso
trató de morder a su potencial novio!
DateDice en Grecia ha anunciado que están investigando
si es una broma coordinada para un programa de telerrealidad. Si es así, no podemos esperar a ver la reacción en la cara
de los chicos. Al parecer, el maquillaje de los impostores es tan
bueno ¡que un chico se desmayó y despertó en el hospital!
Pecados de los Nosferatu
Cada Clan posee legiones de pecadores. A los Nosferatu
les gusta esconderse, actuar como mártires y preocuparse por el populacho y los indeseados, pero están lejos de
ser unos virtuosos. Su pastoreo de mortales selectos es
sólo otra forma de explotación. Les lavan el cerebro al
ganado para que crean que son los únicos que se preocupan por ellos, sólo para hundir sus colmillos en ellos una
vez las víctimas ya no tienen ningún otro sitio adonde ir.
Su cobardía y reciente comportamiento chaquetero les enfrenta a los Brujah y otros Anarquistas, pero
tal es su orgullo y arrogancia que les hace preocuparse
antes de los suyos que de los demás.
Irónicamente, el vicio al que la mayoría de Nosferatu sucumbe es la vanidad: es raro que un Leproso
esté en paz con su fealdad.
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