¿Por qué interpretar a un Ghoul?

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En el Mundo de Tinieblas, el foco de la historia suele recaer sobre los Vástagos, y los mortales tienen un protagonismo nominal y transaccional que intriga a quienes soportan la Maldición de Caín y son acosados por la Bestia. Sin embargo, los Ghouls posibilitan un nicho distinto para la narración que les convierte en personajes jugadores atractivos por sí mismos. Al ocupar el extraño espacio entre mortales y Vástagos, los Ghouls tienen todos los beneficios de ser mortales (la habilidad de funcionar y actuar durante el día, relacionarse con todo el espectro de la sociedad mortal, etc.) con los beneficios sobrenaturales que les concede la Sangre de su Domitor vampírico. La palabra «Domitor», cuyo origen se cree que es una perversión del latín dominus («señor» o «amo»), describe al vampiro al cual el mortal está Vinculado. 

 Los vampiros que se consideren cultos o más refinados pueden preferir términos más estilosos para su relación pero, dejando de lado la semántica, eso no cambia la realidad. Uno está subordinado al otro, y la Vitae es el lazo que los une. La mayoría de los mortales pasa por la vida sin percatarse de que el peligro y el poder coexisten en las sombras, dichosamente inconscientes de lo que acecha bajo la fachada de normalidad que experimentan a diario. Pero la noche es el momento en que la frontera entre lo que se percibe como realidad y el mundo que yace debajo se difuminan. Quizás tropezases con un vampiro que se alimentaba de un mendigo en un callejón, o te quedaste embelesado por una criatura de belleza y magnetismo imposibles en un club. Cualquiera que fuera el evento que provocase que abrieses los ojos, hay una cosa segura: captaste un atisbo, un vistazo de algo más oscuro, algo primario, y no has sido capaz de sacártelo de la cabeza desde entonces. 

A media luz 

Igual que los vampiros tienen interés en que los mortales satisfagan sus necesidades vitales, hay mortales conscientes de la sociedad vampírica que tienen el mismo interés en sus señores no-muertos. Esto puede ir desde la curiosidad casual de alguien con una familiaridad pasajera con lo oculto a una completa obsesión que amenaza su forma de vida y sus relaciones personales. Una cosa es experimentar las historias de vampiros de ficción en obras escritas o en la pantalla, pero es algo muy distinto cuando te das cuenta de que realmente existen y quizás, sólo quizás, hacen uso de otros aún vivos para sus monstruosos fines. El grado en el que estos mortales persiguen su interés por la sociedad vampírica varía, pero suele ser resultado de convertirse en parte de la esfera de influencia del vampiro o en ser uno de sus fieles ayudantes. Al hacerlo, estos mortales se han abierto a todo un nuevo mundo, en el que el peligro acecha a la vuelta de cada esquina si no son cautos. Vástagos, coteries y Sectas rivales luchan por la supremacía en los dominios. Todos ellos tienen un papel en su nueva existencia, lo que lleva a decisiones que uno creería impensables. La elección trata menos de qué es correcto y qué no, sino de qué es necesario para sobrevivir y moverte por el mundo que ahora se te ha impuesto, en el que la seguridad no es más que un lejano recuerdo. 

Adicción fatal 

Todas las relaciones que implican Vástagos son indudablemente parasitarias, y las relaciones entre mortales y Vástagos no son distintas. Los mortales usan a otros mortales, los Vástagos usan a mortales. Es algo cíclico y quizás más simbiótico que parasitario, pero eso es sólo semántica que los Ghouls usan para justificar su dependencia de sus amos vampíricos. Pueden mentirse a sí mismos sobre cosas como la «moral» o los «valores», pero cuando llega el momento, están dispuestos a hacer todo a un lado a cambio a algunas cosas, como un nuevo sorbo de Vitae, el apoyo continuado que ofrece su patrón vampírico y la habilidad de evitar envejecer sin perder la capacidad de existir sin la carga de la Maldición. Ser un Ghoul provoca complicaciones, sin duda alguna. Los Ghouls son más que el mortal medio, se puede decir que son comparables en poder a algunos Sangre Débil, pero mucho menos que Vástagos a ojos de la mayoría de vampiros. 

Diversos vampiros asociados con los Anarquistas pueden tener una perspectiva más progresista de los Ghouls, pero una retórica más agradable no cambia el hecho de que los Ghouls y los Vástagos no son iguales. ¿Habría individuos que deliberadamente cortejarían el peligro al moverse por los mismos círculos que los vampiros, si de alguna forma supieran de ellos? Por supuesto, aunque probablemente no serían «inocentes» testigos del Mundo de Tinieblas durante mucho tiempo. En el otro lado del espectro, estarían aquéllos que a causa de la casualidad o la mala suerte se encontrarían en el lugar equivocado en el momento equivocado. O se encuentran a las puertas de la muerte, enfrentados a la posibilidad de morir o quedar indisolublemente ligados a un vampiro. 

 Independientemente de las circunstancias que unan a un Ghoul y un Domitor, esta relación tendrá un peso importante en la vida del Ghoul. Los Ghouls también deben aceptar su nueva realidad. Están en deuda con criaturas que depredan mortales, quizás a sus amigos, compañeros, su comunidad o incluso sus seres queridos. Es común que los Ghouls actúen como puerta de entrada a estos grupos, que su Domitor puede usar como rebaño que sustente su existencia. Los Vástagos necesitan sangre de mortales para sobrevivir y los Ghouls necesitan Sangre vampírica; un ciclo de dependencia continuo. Se ha levantado el telón y la realidad ha cambiado. Los Ghouls también han cambiado para siempre. 

El papel de los Ghouls 

El lugar de un Ghoul en la sociedad vampírica se describe mejor como liminal. Existen en los márgenes del mundo de secretos de los vampiros, sin que nunca se reconozca realmente lo que aportan, pero aun así tienen un rol crucial en su mantenimiento. Pese a todo, sin Ghouls que actúen como sus ojos y oídos durante las horas diurnas o como su conexión con el mundo actual, la sociedad de los Condenados empezaría a desmoronarse. Aunque los Ghouls ocupan peldaños más bajos de la sociedad vampírica que sus Domitores y hasta se les suele considerar prescindibles, también son necesarios. No hace falta decir que la amplia mayoría de Ghouls trabaja bajo una absorbente adicción a la Vitae, cuando no está directamente Vinculada con Sangre. Cómo lidia un Ghoul con esta existencia depende por completo del jugador. ¿Cuánto ha invertido el personaje en esta sociedad de la que ahora forma parte, ya sea de manera voluntaria o forzosa? Algunos Ghouls aprenden a aceptar su lugar como inferiores, e incluso los que no están bajo ningún Vínculo pueden desarrollar un retorcido amor por sus amos vampíricos, a causa de su dependencia a la Vitae y el desequilibrio en la dinámica de poder. 

Algunos aprenden a reprimir los actos que han cometido en nombre de obtener alguna mínima alabanza o aprobación en una clase de dichosa ignorancia. Otros encuentran una forma de sacarle el máximo provecho, quizás cultivando con cuidado relaciones dentro de la sociedad, y transforman su posición en la de un codiciado aliado. El Narrador debería hacer un esfuerzo para asegurarse de que este tipo de personaje opcional pueda medrar bajo los Preceptos de la crónica si elige permitir personajes jugadores Ghoul. Estos personajes son más que simples sirvientes de sus amos vampíricos. Son individuos completamente desarrollados que se han visto arrastrados a un mundo que antes les estaba oculto, un mundo en el que los Ghouls son igual de cómplices (y culpables) de perpetrar actos monstruosos que los Domitores con los que los cometen. Como las generaciones más jóvenes de vampiros, los Ghouls tienen relaciones familiares y otros vínculos que tienen gravedad narrativa. 

Los lazos que pueden usarse para manipular o chantajear a los Ghouls pueden servir como giro más oscuro. Representar a un Ghoul se presta a una interpretación emocionalmente intensa, especialmente cuando se busca equilibrar las exigencias del Domitor y los propios deseos, necesidades y responsabilidades del Ghoul. Siempre habrá decisiones difíciles que tomar, elecciones que tendrán ramificaciones a largo plazo: ¿Obedeces a tu Domitor o sigues tu conciencia? ¿Cuántas veces puedes decirle «no» a un Domitor antes de que decida que eres demasiado tedioso como para lidiar contigo? Éstas son las situaciones en las que un Ghoul inevitablemente se debatirá. La posición del Ghoul es peligrosa al caminar sobre la fina línea entre mantener su propia Humanidad y servir como esclavo de criaturas de la noche.
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