Caso n°1:
tu antigua
banda
Digamos que eres uno de esos Anarquistas lo bastante afortunado de haber sido activo políticamente en vida. Ya conoces a la gente y ellos te conocen a ti. Fuese cual fuese tu estatus en el grupo, puedes reforzarlo rápidamente, porque, como chupóptero, puedes hacer que pasen cosas de una forma que antes era imposible. Puede ser un detalle. Estás en los antifas. Un humano necesita protegerse de ser herido cuando sale a dar palizas a nazis, pero para nuestra gente no es tan importante. Puedes hacerte el héroe al recibir una herida de cuchillo por tus amigos y ellos no necesitan saber que eres un chupasangre que se cura de forma sobrenatural. Se trata de cosas que cualquier chupóptero puede hacer. Puede que tus amigos sean apaleados por la policía. Quizás uno tenga daños neurológicos al ser retenido en un furgón policial con las esposas demasiado apretadas. Dale una gota de tu Sangre. Dile que es un remedio herbáceo o una droga callejera experimental. Lo que sea que se vaya a creer.
Al final se hará adicto sin siquiera darse cuenta.
Digamos que eres uno de esos Anarquistas lo bastante afortunado de haber sido activo políticamente en vida. Ya conoces a la gente y ellos te conocen a ti. Fuese cual fuese tu estatus en el grupo, puedes reforzarlo rápidamente, porque, como chupóptero, puedes hacer que pasen cosas de una forma que antes era imposible. Puede ser un detalle. Estás en los antifas. Un humano necesita protegerse de ser herido cuando sale a dar palizas a nazis, pero para nuestra gente no es tan importante. Puedes hacerte el héroe al recibir una herida de cuchillo por tus amigos y ellos no necesitan saber que eres un chupasangre que se cura de forma sobrenatural. Se trata de cosas que cualquier chupóptero puede hacer. Puede que tus amigos sean apaleados por la policía. Quizás uno tenga daños neurológicos al ser retenido en un furgón policial con las esposas demasiado apretadas. Dale una gota de tu Sangre. Dile que es un remedio herbáceo o una droga callejera experimental. Lo que sea que se vaya a creer.
Al final se hará adicto sin siquiera darse cuenta.
Caso n o 2: tus enemigos jurados
La mayoría de nosotros puede intuir que la presencia de un monstruo no-muerto no hace mejor ningún movimiento político. Nuestra influencia es tóxica y, aun así, muy a menudo seguimos pasando tiempo con nuestros viejos amigos porque nos gustan. Si tienes estómago para ello, también puedes infiltrarte entre tus más odiados enemigos. Esto tiene muchas ventajas. No tienes que sentirte mal por las cosas horribles de explotador que necesitas realizar como chupóptero. Si tus nuevos socios terminan heridos, ¿qué importa? Se lo merecen. Y, si no, eso también es bueno, ya que pueden hacer tu voluntad. A nivel político, esto funciona estupendamente, usar nuestra naturaleza ponzoñosa contra tus enemigos. ¡Sólo ten cuidado de no convertirte en uno de ellos! Nos gusta pensar que estamos por encima de la humanidad, que no nos afectan preocupaciones insignificantes, pero eso es una mentira interesada. Nuestro entorno nos afecta igual que a cualquier otro. Así que, si quieres infiltrarte en un puñado de etnonacionalistas antirrefugiados, Internet es una gran herramienta para ello.
La mayoría de nosotros puede intuir que la presencia de un monstruo no-muerto no hace mejor ningún movimiento político. Nuestra influencia es tóxica y, aun así, muy a menudo seguimos pasando tiempo con nuestros viejos amigos porque nos gustan. Si tienes estómago para ello, también puedes infiltrarte entre tus más odiados enemigos. Esto tiene muchas ventajas. No tienes que sentirte mal por las cosas horribles de explotador que necesitas realizar como chupóptero. Si tus nuevos socios terminan heridos, ¿qué importa? Se lo merecen. Y, si no, eso también es bueno, ya que pueden hacer tu voluntad. A nivel político, esto funciona estupendamente, usar nuestra naturaleza ponzoñosa contra tus enemigos. ¡Sólo ten cuidado de no convertirte en uno de ellos! Nos gusta pensar que estamos por encima de la humanidad, que no nos afectan preocupaciones insignificantes, pero eso es una mentira interesada. Nuestro entorno nos afecta igual que a cualquier otro. Así que, si quieres infiltrarte en un puñado de etnonacionalistas antirrefugiados, Internet es una gran herramienta para ello.
Dedica tiempo a estar
en los foros o grupos de Facebook locales correctos, repitiendo como un loro los puntos de vista
más extremos. Así, cuando vayas a tu primera reunión, sabrán quién eres.
Hay algunos errores comunes que puedes cometer.
Uno es depender en exceso de tus habilidades sobrenaturales. Pueden serte útiles para moverte deprisa, pero para un plan a largo plazo, lo natural
y orgánico ofrece mejores recompensas. Un Renfield
adicto a la Sangre te delata con su mera existencia, pero si tus lacayos ni siquiera saben que te
sirven estás mucho mejor protegido.
Resiste la tentación de convertirte en el líder.
Sí, es un gran subidón de autoestima, pero ser quien
está tras el trono implica mucho menos trabajo.
Si tu grupo marginal lo
dirige un incompetente, como suele ocurrir,
puedes ganar influencia
simplemente al aportar rigor y profesionalidad, ya lidies con
skinheads a los que les
gusta aplastar algunos
cráneos o aspirantes a
terroristas nacionalistas blancos.
Caso n o 3: eres
novato en política
Esto probablemente sorprenda a muchos de la
Camarilla, pero la mayoría de Anarquistas no
son antifascistas radicales curtidos en manifestaciones de bloque
negro. En la actualidad
y por lo general, ser un
libre sólo significa haber sido Abrazado en las
últimas décadas. Fiesteros, refugiados, chicos
monos y pandilleros terminan en esta vida sin
profundas convicciones
políticas o conexiones
preexistentes.
Digamos que éste es
tu caso, pero que aún
quieres usar un grupo
marginal para tus propósitos. ¿Cómo lo haces?
Primero, elige a tu
objetivo, que dependerá de tus intereses.
Si necesitas trolls de
Internet, los activistas de la derecha alternativa de Internet
son una buena opción.
Si necesitas violencia,
necesitas gente que
esté acostumbrada a luchar en las calles.
La elección más sencilla es: gente de
derechas o de izquierdas. Puedes guiarte
por tu gusto personal.
Después de todo, vas a
pasar mucho tiempo con
ellos. Más allá de eso,
hay algunas cuestiones
prácticas que considerar.
En muchos países,
los grupos de derechas
son significativamente
mejores para la violencia, así que, si eso es
lo que necesitas, comienza a practicar los
brindis que harás en
el cumpleaños de Hitler. Los movimientos
de derechas también
tienen otra ventaja:
en la mayoría de países europeos, así como
en Estados Unidos, la
policía los trata con
mucha indulgencia. Esto
enlaza con cuánto quieres arriesgarte exponiéndote a la Segunda
Inquisición con esta
asociación.
Sin embargo, si se te
da realmente bien mezclarte con mortales,
un grupo de izquierdas
puede proporcionarte
una tapadera excelente. Nuestra experiencia
sugiere que la Segunda
Inquisición no espera
encontrar a nuestra
clase entre activistas
ecologistas, incluso
aunque estén muy vigilados por diversas agencias de inteligencia.
Segundo, aprende a
soltar su discurso. Documéntate. Es fácil de
hacer en línea. Suele
compensar asumir el rol
de alguien que controla los límites dentro
del grupo y que desafía
a la gente en terrenos
ideológicos. Así puedes
hacer que la gente te
tema al tiempo que evitas comprometerte con
el auténtico trabajo.
Fecha de
caducidad
Infiltrarse y hacerse
con el poder de un grupo
político marginal es un
proyecto a corto plazo,
de unos meses a una
década. La escena cambia
rápidamente. La gente
envejece y se marcha.
Tendrás problemas para
mantenerte al día con
la nueva jerga política,
y quienes te rodean
comenzarán a sospechar
de ti.
Esto conduce a la
última regla: nunca te
infiltres sin un plan
de escape.
– Dalia Nakache, ideóloga
revolucionaria Anarquista francesa
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