Dunsirn (Tercera Edición)

La primera de las grandes familias que los Giovanni reclutaron fueron los Dunsirn. Fue a principios del siglo XVIII y en aquella época los Giovanni estaban buscando una entrada a los mercados en expansión del Nuevo Mundo. Un clan de banqueros escoceses que eran tan ricos como Creso, los Dunsirn, atrajeron la atención de Augustus Giovanni porque poseían intereses y control sobre varias compañías navieras que navegaban entre Inglaterra y sus colonias en Norteamérica. Además los Dunsirn se habían dedicado a prestar dinero durante siglos y como resultado habían acumulado favores en las Islas Británicas. Otro tipo de información menos agradable que Augustus consiguió descubrir es que los Dunsirn también eran caníbales. Por supuesto, aunque esto hubiera podido provocar el rechazo de cualquier otro inversor, Augustus lo consideró un beneficio añadido, pues aprecia enormemente a las personas que saben guardar un secreto. Parece que varios siglos antes uno de los Dunsirn había adquirido gusto por la carne humana. Comprensiblemente horrorizada, la familia expulsó al caníbal de su propiedad y lo desposeyeron. Sin importarle el rechazo, se instaló en algún lugar del interior rural, encontró una esposa y juntos criaron una pequeña familia de caníbales. Finalmente estos tipos se cansaron de vagar por los páramos y asaltar a los viajeros y regresaron al hogar de los Dunsirn para expresar su descontento con el resto de la familia. Por supuesto, cuando he dicho “expresar su descontento” he querido decir que “los mataron y se los comieron.” Después de deshacerse de la rama más gentil de la familia, los caníbales tomaron las riendas de los negocios familiares y han mantenido el control desde entonces. Con esa influencia y capacidad los Dunsirn se han convertido en uno de los principales prestamistas de los Giovanni. Invariablemente estos tipos prefieren pagar a los Giovanni en dinero en lugar de almas, pues pocos de los Dunsirn han mostrado interés en aprender Nigromancia. 

Quizás se debe a que saben que tendrían que relacionarse con lo que se comieron. También, por razones que no comprendemos, los putos Lupinos han mostrado demasiado interés por la familia e incluso, hasta donde sabemos los Giovanni, han invadido las propiedades de los Dunsirn en dos ocasiones. No tenemos ni idea de qué problema tienen esas bestias con los Dunsirn. Pero al fin y al cabo, ¿quién sabe qué cojones hacen esos peludos bastardi para conseguir cambiar de forma? Que se jodan. Como nota aparte, ¿sabes lo que resulta jodidamente inquietante y aterrador? Ver a uno de los Dunsirn mortales comerse un sándwich. Una vez viajé a Stirling para recoger su tributo en valores americanos y me encontré con uno de sus pequeños follaovejas. El pequeño monstruito ni siquiera me dijo hola, simplemente le dio un bocado a su bocadillo lleno de carne misteriosa. No fue agradable, y no sabía si decir algo o no, así que me callé.