Pone
en duda la concepción más básica de nosotros mismos.
Después de todo, los Príncipes nos dicen que somos parásitos que se ocultan entre la humanidad, aprovechándose
de sus éxitos. Su dogma establece que el secretismo es
seguridad y que sólo los estúpidos sueñan con un cambio
radical en la sociedad humana que mejore nuestra vida.
Así que ¿cómo lo hicieron? ¿Cómo lograron estos
ancianos Vástagos, principalmente Brujah, algo que
rara vez siquiera se ha intentado desde entonces?
Aquí es donde las cosas se complican. Hay pocas
fuentes escritas, y nuestros Antiguos son infames
mentirosos en lo que respecta a la historia. Es difícil
determinar cómo se organizaba realmente Cartago,
pero buena parte del Movimiento Anarquista tiene
sus propias ideas sobre cómo se hizo.
Para algunos, fue una pacífica utopía en la que
humanos y vampiros vivían como iguales. No éramos
depredadores ni parásitos, sino que disfrutábamos de
la sangre de nuestros hermanos humanos de forma
consensuada. Gobernábamos juntos nuestra ciudad y
compartíamos el poder y los privilegios sin importar
quién era vampiro y quién no.
Para otros, era una dictadura vampírica benevolente.
Cuidábamos de nuestros hermanos y hermanas humanos, los gobernábamos con compasión y sólo tomábamos la sangre que necesitábamos. Nuestra inmortalidad
significaba que podríamos vivir entre ellos abiertamente
como una élite privilegiada y de confianza.
También hay versiones más oscuras de la historia.
Después de todo, somos vampiros y los humanos son
simples reses. En esta visión de Cartago, la ciudad
era una utopía para los Vástagos, una metrópolis con
una población cautiva y controlada que conocía su
lugar. Esta Cartago era un lugar de iluminación y paz,
siempre que fueras uno de los nuestros.
Así que ¿cuál de ellas es cierta? Normalmente lo
que creas dependerá de qué tipo de mundo quieres
construir. Escoges la Cartago que te funciona.
Las tres versiones comparten dos ideas: vampiros
viviendo abiertamente entre humanos y usando nuestro poder para crear la sociedad en la que queremos
vivir. Desde la caridad de quienes creen que somos
iguales a los humanos a la brutalidad de quienes creen
que los humanos son un simple recurso, nuestro rasgo
común es la ambición. Creemos que podemos rehacer
el mundo. Que no tenemos que aceptar las condiciones actuales como esos cobardes de la Camarilla.
Éste es el verdadero significado de Cartago. La
realidad histórica exacta no importa realmente. Lo
importante es que es posible un mundo mejor.
Ésta es también la verdad que la Camarilla trata
de reprimir con tanto ahínco. Tanto la historia mortal
como la vampírica hablan de un violento culto de sangre cartaginés. Niños sacrificados en rituales dementes,
sus huesos recogidos en perturbadores osarios. Puedes
preguntar: ¿es eso cierto? ¿Era Cartago realmente una
ciudad de terror y violencia en la que sus amos Brujah
se daban festines con la sangre de bebés?
Los historiadores mortales se han enfrentado
durante mucho tiempo a la falta de registros propiamente dichos de la propia Cartago. Sus fuentes de
información son de segunda mano, normalmente romanas. ¿Y quién libró una encarnizada guerra contra
Cartago y terminó por destruirla?
Así es, Roma.
Estas historias de asesinatos
de bebés no eran más que propaganda bélica de Roma, tomada
por verídica por historiadores
crédulos. De hecho, estudios
recientes sobre Cartago ponen
en duda la narrativa romana.
Los
osarios están ahí, pero tienen una
explicación más mundana que
ritos de locura: son simplemente
un cementerio. Después de todo,
los niños morían de enfermedades
y hambre en Cartago al igual que
en el resto del mundo antiguo.
Aun así, no hay duda de que la
Camarilla aún trata de manchar la
reputación de Cartago. La idea de
la ciudad siempre ha sido peligrosa. Hace dos mil años, eran los
Brujah idealistas de Cartago contra los Ventrue conservadores de
Roma. Los Ventrue entendieron el
potencial de la idea cartaginense
para crear una nueva sociedad revolucionaria. Se dieron cuenta de
que ellos no tendrían lugar en ese
nuevo mundo que representaba
Cartago y decidieron destruirla.
Según la historia humana, es
difícil decir por qué cayó realmente Cartago. Quizás el ejército
romano, apoyado por la riqueza
y el poder de los Ventrue, fue suficiente. O puede que Cartago se
topase con sus propios problemas.
La corrupción no nos es ajena, así
que es posible que los Brujah de
la época se volvieran autocomplacientes y provocaran su propia caída.
Sea cual sea la verdad, Cartago
sentó la base de un patrón que se
repetiría muchas veces en nuestra
historia. La ciudad cayó, pero la
idea se volvió inmortal.
A veces nos enamoramos tanto
del relato que olvidamos su base
en la realidad. En la gran leyenda
de Cartago, fue destruida para
toda la eternidad, pero en realidad
aún existe, sólo que en una forma
distinta. Tras ser conquistada por
Roma, Cartago se convirtió en una
capital provincial romana. Hoy en
día es un pueblo cercano a Túnez,
capital del país homónimo. En él
viven 24 000 personas.
Esto es un buen recordatorio
de que, mientras nosotros soñamos con nuestras utopías, la
humanidad se empeña en pasar
página a su propia historia.
– Salvador García, autor
del
Manifiesto Anarquista
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