Los Inicios del Arcanum

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Soloman bajó la cabeza
Desnudo su corazón para que lo viese el mundo
Ella ansiaba intimidad
A través de puetas oscurecidas
Su aspecto velado con la indecisión
Contempló el mar
Ella ansiaba lucidez

-Dead Can Dance, "Enigma of Absolute"

En el Principio

Correspondencia de Benjamen Holmscroft, 31 de octubre de 1885:

Estimado Señor:

Nuestra abundante correspondencia previa demuestra que es usted un caballero perspicaz y racional con inquietudes no distintas a las mías. He mantenido contacto con usted y varios otros colegas para discutir la naturaleza del aprendizaje de lo oculto tal y como es ahora. Parece que todos estamos insatisfechos con el tipo de sociedades ocultistas de las que hemos sido miembros o con las que hemos tenido contacto. Aunque el ejercicio de la imaginación es un echo válido, particularmente como medio para hablar de la estricta búsqueda del conocimiento que es el sello de nuestra presente sociedad, este proceso debe ser interpretado y no cultivado para crecer como la mala hierba en nuestro lado cognoscitivo. Son demasiados los ocultistas y esoteristas en nuestros días que han caído victimas de mentiras e imaginaciones y no han aprendido a arraigar su mente en los caminos válidos del esclarecimiento. Poseen una mezcla de enseñanzas cristianas heréticas y la filosofía manuscrita no hace una disciplina espiritual.

Aun peor, todo esta trivialización y reducción al absurdo de lo esotérico es la tendencia a automagnificarse de tantos supuestos ocultistas. Aunque el camino esotérico puede engendrar el desarrollo de genuinas facultades paranormales, ya sean de carácter psíquico o mágico, éstas no deben nunca ser la meta del camino espiritual. Por desgracia, muchos se han dejado envolver por la búsqueda del poder personal que a menudo promete tales enseñanzas filosóficas. Un tercer problema bastante obvio es la escasez de instrucción genuina en estos campos. Todos hemos estado, en un momento u otro de nuestras vidas, sujetos a las enseñanzas de individuos no cualificados para el título de "maestro" que afirman tener. Si se trata de un error o un engaño por su parte es irrelevante en este punto; la línea entre lo verdadero y lo falso es muy fácil de cruzar y muchos inocentes han sufrido las consecuencias.

Viendo la escena tal y como la tenemos ahora, parece que esté presentando un cuadro muy negro: el mundo de lo esotérico está lleno de gente engañosa, malintencionada y hambrienta de poder. Aprendí muy bien la lección en mis infructuosos tiempos con la Orden Hermética del Nuevo Día. Me temo que es la verdad la que debemos enfrentar, pero no es la única verdad posible. He llegado a comprender, a través de mis propias experiencias y la de otros, que todavía hay mucho que permanece inexplorado más allá del velo del mundo terrenal. Lo que me propongo es bastante simple: tal y como he aprendido de la experiencia, lo han hecho otros. Los conocimientos que me falten pueden enseñármelos otros, como yo a ellos lo que busquen saber.

Unámonos y formemos una nueva sociedad, modelada de la misma forma que otras muchas, pero basada en la adquisición mutua de conocimiento. Instruyámonos; recorramos juntos el camino de la iluminación y allanémoslo para quienes vengan después. Que nuestro escrutinio intelectual llegue lejos, de los científico a lo literario, de lo mundano a lo celestial, de lo normal a lo paranormal. Iniciemos nuestros propios misterios Órficos. Sondeemos los secretos del universo. Lo invito, junto a varios colegas a reunirse conmigo los próximos meses, en fecha de común acuerdo. Nos retiraremos a mi propiedad durante un fin de semana de simposios y diálogo. Espero que acepte usted mi oferta, si no para unirse a nosotros, sí al menos para este encuentro preliminar.

Confío en no haber juzgado mal sus intenciones y si lo he hecho, amable señor, le ruego que me disculpe, no tenía la intención de ofenderle. Con la esperanza de una respuesta positiva, le saluda su más humilde y obediente servidor.

-Benjamen Holmscroft, Vannever Hall, Londres.

Diario de Winthrop Murray, 24 de noviembre de 1885:

Acepté la invitación de Holmscroft para acudir a su mansión en Londres. Había otras diez personas presentes. La propiedad es grande y venerable. Holmscroft se refirió a ella como la casa de su familia, pero algo en su afirmación me sonó un poco forzado. Se mostraba en su elemente y la mansión mostraba señales de llevar ocupada mucho tiempo, sin interrupciones, con un ambiente inequívocamente tradicional. ¿Pero familiar? No. No podría señalar la causa de mis sospechas, pero he aprendido a confiar en mi intuición, por ilógicas o incluso ridículas que puedan parecer sus nociones. Antes de la cena fuimos guiados a nuestras habitaciones (la mansión es extraordinariamente grande y podría albergar sin problema a un gran número de personas), para que pudiésemos descansar y conocernos. El ocultista francés Etienne DuLac estaba allí, así como el Reverendo Jebediah Spector Brown, un clérigo anglicano experto en los No Muertos. Brown es un hombre callado y temeroso de Dios con algún propósito oculto. No me gusta.

También estaban presentes el tanatólogo americano Jonathan Kelvin y el poeta Liam McPhee (no entiendo por qué se ha invitado a ese arrogante bastardo irlandés, pero supongo que Holmscroft tiene sus razones). Había unos cuantos más, pero no conocía a ninguno de ellos. Holmscroft mencionó que algunos invitados no habían querido asistir por razones que no divulgaría. Después de la cena, que fue un suntuoso banquete, todos nosotros nos retiramos por fin a la biblioteca (una magnífica colección de libros, como nunca había visto en una casa particular) para discutir la propuesta de nuestro anfitrión. Holmscroft tenía razón al menos en una cosa: todos consideramos que la Orden Hermética del Nuevo Dia y otras "fraternidades ocultas" similares son una pandilla de necios disfrazados que no reconocerían la magia real aunque les golpease en la cara... lo que ocurre a menudo.

Su postura se ha revelado como delirios juveniles de poetas decadentes y aspirantes a cognoscente, desencantados con la realidad estéril, pero obviamente no preparados para la realidad que pretenden buscar. Quienes permanecieron en la Orden tras la marcha de Holmscroft hace tres años pudieron confirmar que ésta no ha progresado en su búsqueda del conocimiento, pero se complace todavía más en sus caprichosas imaginerías. El reverendo Brown no era miembro de la Orden. Afirmando que tal tráfico ocultista no era su fuerte, Brown dejó bastante clara su incomodad (o incluso antipatía) con respecto a los modernos magos rituales. Los presentes en la reunión habíamos tenido nuestras propias experiencias, lo bastante para saber que hay mucho más en el "mundo de las sombras" (un término que usó Holmscroft y que sospecho que es algo más que una alusión a la Alegoría de la Caverna de Platón) de lo que cree la mayoría.

Brown se mostró realmente convencido de la existencia de vampiros, una convicción que no flaquearía fácilmente. Yo mismo fe conversado con un sujeto que decía ser un inmortal de las tierras del Nilo y me reveló muchas cosas de su hechicería. Ofrecí este bocado de cardenal al grupo y ni uno de mis oyentes contestó con burlas o dudas. Muchos han dicho de McPhee (incluso él mismo con típica humildad gaélica) que por sus venas corre sangre feérica; no parece tener más de veinte años, pero está ya cerca de los cincuenta. A veces se comporta de forma inexplicable y su poesía tiene una cualidad ultraterrena. Me tomé tiempo para observar a Holmscroft durante la charla. En persona no es muy distinto a la imagen de su correspondencia, y le encontré tal y como otros le han descrito: a veces distante, a veces cálido, pero siempre atento, como un halcón. Tras su discusión inicial (y creo que monólogo sería un término más apropiado) contribuyó poco a la conversación, pero parecía orientarla con ocasionales preguntas y comentarios muy oportunos.

Aunque parecía a todos los efectos un simple observador, en realidad dirigía a los demás. Con frecuencia fijaba su mirada en quién hablaba, como si pudiera ver a través de su exterior para leer su alma, pero siempre su expresión permanecía serena, impasible, sin revelar sus pensamientos. A veces, su silencio y su actitud depredadora me recordaban a los de un búho, solo más tarde reparé en la gran estatua negra de un búho que había a su lado sobre la mesa. Acordamos (tras un largo y arduo debate y un típico estallido irlandés de MacPhee) asociarnos para quedar libres de las pueriles fantasías de la Orden Hermética del Nuevo Día y compartir nuestros recursos para explorar a fondo las verdades enterradas en el mundo oculto. La cooperación y el apoyo de muchas mentes similares nos llevarías más lejos que nuestros esfuerzos individuales. Holmscroft tuvo un papel importante en este acuerdo. Por sugerencia suya adoptaremos el nombre de Arcanum: algo oculto, un profundo misterio, un secreto alquímico de la naturaleza. Tras posteriores deliberaciones, bosquejamos el enunciado de la misión de nuestra nueva hermandad, que de ahora en adelante será el Syllabus

Notas de Séneca Hunt, historiador del Arcanum:

El Arcanum fue fundado el 24 de noviembre de 1885 por un pequeño grupo de ocultistas y esotéricos desilusionados, muchos de los cuales habían sido miembros de la antaño prominente fraternidad ocultista victoriana Orden Hermética del Nuevo Día (OHND). Muchos miembros de la OHND estaban insatisfechos con la organización. Uno de ellos era Benjamen Holmscroft, un inglés a quién muy pocos de sus pareces afirmarían conocer bien. Dejó la sociedad después de cinco años, retirándose para ponderar el estado de las cosas. En los tres años siguientes, se alejó del resto de la sociedad,  manteniendo abundante correspondencia con los pocos otros ocultistas en los que confiaba. Finalmente en 1885 les invitó a discutir la formación de una nueva sociedad dedicada a la búsqueda erudita de lo oculto, lo esotérico y lo metafísico, libre de los engaños de la OHND y otros grupos similares.

La mayoría de sus corresponsales aceptaron la invitación, reuniéndose en la propiedad de Holmscroft; después de una larga velada de debate (y al parecer de muchas discusiones), la cábala acordó formar el Arcanum. La mayor parte de ese fin de semana se dedicó a establecer los principios del Arcanum y las reglas resultantes que recibirían el nombre de Canon. El ocultista francés Etienne DuLac discrepó con varios de los principios propuestos, acabando por retirarse enojado. Volvió a aparecer diez años después en Marruecos con su propia sociedad, mucho más pequeña y reservada que el Arcanum.

Lo más importante, los miembros del nuevo Arcanum decidieron que servirían mejor a sus propósitos compartiendo sus recursos. Depositaron grandes sumas de dinero en diversos fondos fiduciarios y el propio Holmscroft ofreció su mansión (según afirmaba, el hogar de su familia, aunque investigaciones posteriores han demostrado que era falso) a la nueva sociedad como la Casa Fundacional. En cuestión de algunos meses, la mayoría de los nuevos miembros se trasladaron a la mansión, estableciendo una comunidad con un propósito de lograr un clima de apoyo y ánimo erudito (las únicas excepciones fueron la del clérigo Brown que prefirió quedarse en la rectoría de St. Basil, en Londres y los fundadores que vivían fuera del Reino Unido). También estuvieron de acuerdo en unir sus bibliotecas; la casa ya tenía una enorme colección propia, que combinada con las bibliotecas de los demás miembros fundadores, produjo una de las mejores colecciones eruditas de lo oculto y lo esotérico de todo el mundo. La biblioteca era tan impresionante que acabó siendo bautizada como Axis Mundi.

Diario de Winthrop Murray, 1 de diciembre de 1885:

Finalmente, tras arduas horas de reuniones y debates, nos hemos puesto de acuerdo en la estructura formal del Arcanum. Nuestros objetivos incluyen la expansión definitiva de la sociedad más allá de Londres (después de todo, varios de los fundadores del Arcanum ni siquiera residen en el Reino Unido), a toda Europa, a América y a cualquier otro lugar. La mansión de Holmscroft será la Casa Fundacional de la sociedad, ramificándose en casas más pequeñas por todo el mundo. Las primeras casas no han sido establecidas todavía, pero entre las candidatas están las ciudades de Dublín (sugerido por Macphee claro), Budapest, París, Boston y Estambul. Desgraciadamente mientras no aumente el número de miembros de nuestro Arcanum, no podemos poner en marcha nuestros ambiciosos planes. Hablando de la cuestión, nuestros "fundadores" oficiales son:

-Benjamen Holmscroft, de Londres
-Jebediah Brown, de Londres
-Roger Corwin, de Salisbury
-Peter Harker, de Londres
-Stewart Heart, de Manchester
-Winthrop Murray, de Kent
-Liam MacPhee, de Dublín
-Jonathan Kelvin, de Boston, Estados Unidos
-Massimo Linarelli, de Roma Italia.

DuLac claro nos abandonó enfadado, mientras que George Kenealy y Thomas Sulliivan rechazaron finalmente la oferta de Holmscroft. Ahora que lo pienso, pareció divertir a Holmscroft que hubiesen nueve miembros fundadores del Arcanum; sea cual sea la importancia de esto, no quiso revelarlo. No hemos decidido todavía si habrá distintos niveles entre los miembros, como es común en otras fraternidades.

Por último se decidió que cada miembro asumiría responsabilidades administrativas además de sus metas personales. Holmscroft, claro, fue elegido director por unanimidad. Yo me presenté voluntario para la secretaría, pues escribir es una segunda naturaleza para mí. Algunos miembros optaron por dirigir diversas disciplinas académicas: McPhee mostró interés por la tradición feérica, Brown ya había demostrado s u preferencia por el estudio de los vampiros (aunque su fascinación me parece más una obsesión que curiosidad intelectual) y Kelvin ha expresado su deseo de estudiar el saber acerca de fantasmas y casas embrujadas. Por desgracia, Linarelli y Kelvin decidieron no quedarse en la mansión, sino volver a sus casas. No obstante están dispuestos a viajar tan a menudo como sea necesario y a ambos les gustaría ver Capítulos del Arcanum establecidos en sus patrias. Además se ofrecieron generosamente a proporcionar alojamiento a cualquier miembro del Arcanum que viaje por sus países. Brown parece preferir su residencia episcopal a la mansión, afirmando que ésta le hace sentir incómodo (demasiada brujería, le oí murmurar una vez). Los demás hemos acordado trasladarnos a la casa de Holmscroft tan pronto como sea posible. Dado que yo resido en un club de caballeros, podré mudarme con rapidez y eficacia.

Notas de Séneca Hunt, historiador del Arcanum:

A principios de diciembre de 1885, la estructura formal del Arcanum quedó establecida definitivamente. Los fundadores estudiaron diversas opciones:

• Eclesiásticas: Algunos miembros creían en una fuerte jerarquía basada en el modelo episcopal, con adopción de títulos clericales incluidos. Esto fue considerado originalmente por la calidad sagrada del conocimiento y la búsqueda de la iluminación.

• Fraternal: La mayoría de los fundadores del Arcanum proceden de la OHND y no es raro sospechar que la organización de la Orden sirviese como modelo. Muchas de las sociedades, ya sean Francmasones (y negar los orígenes ocultos de este grupo es fácil) o la OHND desarrollaron una progresión de fases para sus miembros, llamadas a menudo "grados". Pero para algunos, era una estructura demasiado estratificada y que no conducía al sentido de cooperación que Holmscroft esperaba facilitar.

• Colegial: Este modelo está basado, obviamente, en los modelos de la educación superior por la que habían pasado casi todos los fundadores. (Resulta interesante que Holmscroft recibiese clases privadas, sin asistir nunca a escuelas superiores. Al menos, nunca indicó tal trasfondo y las investigaciones no han descubierto registros a su nombre en ninguna institución educativa de Europa o América).

• Profesional: Este modelo estaba basado en la formación de sociedades profesionales, con una junta directiva y un ejecutivo al mando. Pero un modelo exclusivamente "profesional" era demasiado rígido y estéril para una organización dedicada al desarrollo.

Finalmente se decidió que lo mejor sería una combinación de los modelos anteriores. Por ejemplo, aunque los distintos grados del modelo fraternal parecían apropiados, los excesos de algunas organizaciones serían evitados. El Arcanum es una hermandad de estudiosos, una universidad hermética y una sociedad profesional, todo al mismo tiempo. La comunidad estaría bajo la administración de un Comité Ejecutivo y la autoridad definitiva sería la del Gran Canciller, con un poder de decisión casi total. Los nueve fundadores del Arcanum decidieron actuar como el Comité Ejecutivo y se ofreció a Holmscroft el cargo de Gran Canciller. Aunque aún no habían nuevos miembros y el Comité Ejecutivo estaba compuesto de líderes y nadie a quién guiar, Holmscroft estaba convencido de que el Arcanum crecería con el tiempo. 
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