La Hermandad de los Rosacruces es una sociedad secreta con orígenes en la gran sacudida teológica e intelectual de finales del Renacimiento y la Reforma. Los Rosacruces suelen ser citados como la fuente original de muchos de los grupos ocultistas creados desde el siglo XIX hasta hoy, afirmar que estaban en posesión de los "secretos de los Rosacruces" es un rasgo típico de esas organizaciones. El primer documento asociado con los Rosacruces, la Fama Fraternitatis , circulaba en Alemania ya en 1610, con la primera edición impresa en 1614. La publicación animaba a los lectores a reformar el mundo, quienes deseasen realmente pertenecer a la sociedad serían reconocidos como la Hermandad de la Cruz de Rosy.
La Fama Fraternitatis cita a Christian Rosenkreutz como fundador de los Hermanos de la Santa Cruz. El documento narra su vida y detalla la historia temprana de los Hermanos de la Cruz de Rosy. Es la referencia principal de las obras conocidas o atribuidas a la Hermandad.
La Fama Fraternitatis cita a Christian Rosenkreutz como fundador de los Hermanos de la Santa Cruz. El documento narra su vida y detalla la historia temprana de los Hermanos de la Cruz de Rosy. Es la referencia principal de las obras conocidas o atribuidas a la Hermandad.
Christian Rosenkreutz
Christian Rosenkreutz, a quién se le atribuye la fundación de la Hermandad de los Rosacruces, nación en 1378 en el seno de una familia noble pero empobrecida. A los cinco años fue enviado a un monasterio, donde estudió griego y latín. Christian y otro monje emprendieron una peregrinación por Tierra Santa; su compañero murió en Chipre y Rosenkreutz continuó hasta Damasco en solitario. Versado en medicina, no tardó en llamar la atención de los sabios de Damasco. Christian abandonó su itinerario original y abrazó los estudios de la ciencia y las matemáticas, decidiendo en ultima instancia buscar la misma fuente de las artes arcanas árabes: la ciudad que los sabios conocían como Damcar.
Al llegar ahí, Rosenkreutz se sintió no sólo bienvenido, sino esperado. Permaneció en la ciudad (que aún no ha sido identificada en ningún registro histórico) y aprendió los muchos secretos de los Antiguos de Damcar: matemática sagrada, física, alquimia y las enseñanzas contenidas en el Liber Mundi o Libro del Mundo, un texto que supuestamente contenía los secretos del universo. Durante su estancia en Damcar, conoció a miembros del Priorato de Salomón (así llamado porque se fundó en el lugar del Templo de Salomón), descendientes de un grupo de caballeros escindido de los Templarios a principios del siglo XIV. Aquellos sacerdotes de hábito blanco decían tener muchos secretos y se los revelaron a Christian.
Tras su temporada sabática en Damcar, Rosenkreutz viajó a Egipto, después a Marruecos. Estudió la metafísica de Hermes Trismegito y aprendió la Cábala de los judíos. A lo largo de sus viajes conoció a muchas personas que consideraban el estudio y el intercambio de conocimientos como algo crucial para el progreso de la humanidad.
Al fin de la revuelta en Europa (primero España y después Alemania), Rosenkreutz se encontró con su nueva sabiduría convertida en objeto de hostilidad y burla. Decidió que la humanidad no estaba lista aún para la reforma moral y filosófica que había esperado inaugurar, pero no quería abandonar todo lo que había aprendido y conseguido. Consignó todos sus conocimientos para ocultarlos hasta que el mundo estuviera preparado. Reclutó a tres amigos de su juventud en el monasterio donde creció, formando una nueva orden semimonástica, los Hermanos de la Santa Cruz, dedicada a curar a los enfermos y a conducir a otros a la iluminación.
Los Hermanos de la Santa Cruz
Al llegar ahí, Rosenkreutz se sintió no sólo bienvenido, sino esperado. Permaneció en la ciudad (que aún no ha sido identificada en ningún registro histórico) y aprendió los muchos secretos de los Antiguos de Damcar: matemática sagrada, física, alquimia y las enseñanzas contenidas en el Liber Mundi o Libro del Mundo, un texto que supuestamente contenía los secretos del universo. Durante su estancia en Damcar, conoció a miembros del Priorato de Salomón (así llamado porque se fundó en el lugar del Templo de Salomón), descendientes de un grupo de caballeros escindido de los Templarios a principios del siglo XIV. Aquellos sacerdotes de hábito blanco decían tener muchos secretos y se los revelaron a Christian.
Tras su temporada sabática en Damcar, Rosenkreutz viajó a Egipto, después a Marruecos. Estudió la metafísica de Hermes Trismegito y aprendió la Cábala de los judíos. A lo largo de sus viajes conoció a muchas personas que consideraban el estudio y el intercambio de conocimientos como algo crucial para el progreso de la humanidad.
Al fin de la revuelta en Europa (primero España y después Alemania), Rosenkreutz se encontró con su nueva sabiduría convertida en objeto de hostilidad y burla. Decidió que la humanidad no estaba lista aún para la reforma moral y filosófica que había esperado inaugurar, pero no quería abandonar todo lo que había aprendido y conseguido. Consignó todos sus conocimientos para ocultarlos hasta que el mundo estuviera preparado. Reclutó a tres amigos de su juventud en el monasterio donde creció, formando una nueva orden semimonástica, los Hermanos de la Santa Cruz, dedicada a curar a los enfermos y a conducir a otros a la iluminación.
Los Hermanos de la Santa Cruz
Christian Rosenkreutz y los primeros Hermanos de la Santa Cruz, listos para empezar su trabajo, se retiraron a un templo al que llamaron Domus Sanctus Spiritus. Reunieron una biblioteca con recursos sobre virtualmente todos los temas de las artes y las ciencias. Hecho esto, decidieron separarse y viajar por el mundo curando a los enfermos sin pedir pago ni beneficio alguno. Acordaron reunirse una vez al año en el Sanctus Spiritus en el "Día de C" (aunque se desconoce la fecha, es de suponer que corresponde a la festividad cristiana del Corpus Christi que tiene lugar el jueves siguiente al octavo domingo después de la Pascua) para renovar sus lazos. La identidad de la fraternidad había de permanecer secreta hasta recibir una señal de que era el momento de revelarse. Durante décadas los hermanos cumplieron discretamente con sus tareas.
De acuerdo con la Fama, el Padre Christian murió en 1484, a los 106 años, "no presa de enfermedades que no había sentido en su propio cuerpo ni permitido en otro, sino llamado por el Espíritu de Dios". El padre Christian fue enterrado por dos de sus seguidores, que juraron no revelar nunca el lugar de su tumba. En 1604, varios Hermanos de la Cruz de Rosy, incluyendo el autor de la Fama, encontraron una puerta oculta en un lugar secreto (probablemente Alemania). Sobre la puerta había una inscripción en latín: Post Centum Viginti Annos Patebo, o "tras 120 años apareceré de nuevo".
Tras la puerta había una bóveda de siete caras con un altar en el centro. La sala estaba brillantemente iluminada, aunque no había forma de que entrase la luz del sol. Cada una de las siete paredes tenía varios compartimientos, todos ellos con cosas asombrosas: copias de todos los libros de la orden, el Vocabularium de Paracelso (un alquimista suizo nacido por lo menos una década después de que Christian fuese enterrado), el diario de la vida y los viajes del Padre Christian, así como espejos, campanas y lámparas. Bajo el altar mismo estaba el cuerpo del Padre Christian "en perfecto estado... entero e incorrupto". Sus manos aferraban el Liber T, descrito en la Fama como "el mayor tesoro después de la Biblia" de los Rosacruces. Los Hermanos sellaron la bóveda, convencidos de que era el augurio esperando anunciar su presencia en el mundo.
De acuerdo con la Fama, el Padre Christian murió en 1484, a los 106 años, "no presa de enfermedades que no había sentido en su propio cuerpo ni permitido en otro, sino llamado por el Espíritu de Dios". El padre Christian fue enterrado por dos de sus seguidores, que juraron no revelar nunca el lugar de su tumba. En 1604, varios Hermanos de la Cruz de Rosy, incluyendo el autor de la Fama, encontraron una puerta oculta en un lugar secreto (probablemente Alemania). Sobre la puerta había una inscripción en latín: Post Centum Viginti Annos Patebo, o "tras 120 años apareceré de nuevo".
Tras la puerta había una bóveda de siete caras con un altar en el centro. La sala estaba brillantemente iluminada, aunque no había forma de que entrase la luz del sol. Cada una de las siete paredes tenía varios compartimientos, todos ellos con cosas asombrosas: copias de todos los libros de la orden, el Vocabularium de Paracelso (un alquimista suizo nacido por lo menos una década después de que Christian fuese enterrado), el diario de la vida y los viajes del Padre Christian, así como espejos, campanas y lámparas. Bajo el altar mismo estaba el cuerpo del Padre Christian "en perfecto estado... entero e incorrupto". Sus manos aferraban el Liber T, descrito en la Fama como "el mayor tesoro después de la Biblia" de los Rosacruces. Los Hermanos sellaron la bóveda, convencidos de que era el augurio esperando anunciar su presencia en el mundo.
La herencia de los Rosacruces ha sido reclamada por numerosas sociedades ocultistas, muchas de las cuales incorporaron el tema de la Cruz de Rosy a su nombre o símbolo. Todas han resultado ser un fraude y la mayor parte de los eruditos dudan de la veracidad e integridad de la Fama, afirmando que no es más que propaganda de la Reforma, en un eco de los críticos católicos que se opusieron al movimiento Rosacruz desde el principio. Hay muchos en el Arcanum, no obstante, que creen que la Fama habla alegórica o incluso literalmente de algo que yace en la tumba de Christian Rosenkreutz y que los sabios de Damcar siguen enseñando su saber secreto.
-Notas de investigación de Jonathan Lewis.
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