Es donde nuestra Sangre nos impelía a ir. Pero no, la mitad del
Clan se resistió, y, al igual que los polos magnéticos cambian, también lo hizo la cordura de
nuestro Clan. El Sabbat volvió locos a los cuerdos y la Camarilla actuó como nepente para la
locura. ¡Es cierto!
Así que ¿dónde te deja eso, mi preciosa hija? En el vacío. Igual que tu hermana. Me resulta
trágico decirlo, pero ningún Malkavian se unió al Movimiento Anarquista durante su fundación formal. Ni uno solo. ¿Por qué? ¡Porque no nos estaba destinado!
Si te consideras una de los Desencadenados, te estás desconectando de la Sangre, la Telaraña, la Red y los polos de los que hablaba.
Me resulta una tragedia que tú y tantos como tú os entreguéis a un agujero negro sin esperanza de salir de él. Pero, en última instancia, es tu elección. Aún te querré, incluso cuando
pierdas el contacto con la llamada de la sabiduría de uno u otro lado.
Hasta pronto, mi gloriosa hija. Da saludos de mi parte a tu hermana.
-Tu Sire,
Jacob
Gilbert
Duane estrechó la
mano del Feral, cerrando
su mano libre sobre ellas
para reforzar su lealtad.
—He esperado mucho tiempo
esto, señor Rudi, señor.
Rudi chascó la lengua y sacudió
la cabeza como respuesta. Habían
deseado representación Malkavian
oficial en el Movimiento Anarquista durante mucho tiempo y
ahora, con el flujo actual, parecía que una marea de Lunáticos
estaba lista a descender sobre los
dominios Anarquistas de todo el
mundo. «Mucho tiempo, quizás,
pero nunca es demasiado tarde».
Rudi sonrió a Gilbert tratando
de soltar su mano al verla aún
atrapada. Rio:
—Creo que podemos decir que
has llegado justo cuando las cosas
comienzan a ponerse interesantes.
Gilbert sonrió de vuelta, estrujando la mano del otro vampiro de
forma incómoda.
—Siempre me he preguntado
por qué no hay más Malkavian en
los Anarquistas. Es decir, estamos
hechos unos para otros, ¿verdad?
Rudi miró las manos de Gilbert y luego de vuelta a su cara.
—Puede soltarme la mano ya,
señor Duane.
—Oh, sí. Por supuesto. —Retiró apresuradamente las manos y
se las guardó en los bolsillos—.
Lo siento, señor Rudi. Estoy emocionado, es todo. Tengo a todos
estos amigos conmigo y sé que
vamos a hacer de los Anarquistas
una Secta más completa y sana.
Rudi asintió y miró por la
ventana.
—Y ¿cuándo decía que llegaban? Este vestíbulo no es muy amplio y entiendo que ha convencido
a entre veinte y treinta Malkavian
para que abandonen la Camarilla
por nosotros. Esperaba que vinieran por turnos.
Miró al oscuro horizonte sin
ver las luces de ningún vehículo
aproximándose por el camino.
—¿Qué quiere decir, señor
Rudi? —Gilbert parecía genuinamente confundido.
Rudi se volvió a él con los ojos
entrecerrados.
—A que sería bueno lidiar con
diez o así cada vez. No pasa nada
si no, sólo que estaremos un poco,
eh, apretados. Especialmente con
los otros hermanos que ya están
aquí.
Gilbert miró con suspicacia
a izquierda y derecha, se volvió y
luego se llevó la palma de la mano
a la frente.
—Oh, Dios. Lo siento tantísimo, señor Rudi, señor. Creía
que ya estaban aquí. Pensé que
los había invitado. Debe de haber
sido un sueño. ¡Un sueño profético! Sí, debe de ser algo que va a
pasar. Creo…
Rudi le cortó.
—No pasa nada, señor Duane.
Está bien. Tome… Tome asiento
por aquí. Voy a hacer algunas
llamadas.
Gilbert salió tambaleándose.
Rudi se frotó los ojos. Los Malkavian en el Movimiento Anarquista serían un gran golpe, pero
parecía imposible juntar más de
unos pocos a la vez. Para ser un
Clan que supuestamente poseía
una inmensa red interna, parecía
especialmente resistente a actuar
como uno en este asunto.
Sh. Sí, soy uno de los
Desencadenados. No,
no se lo vas a decir a
nadie.
Antaño, en una tierra
de miel y vino, éramos
muchos más. Brillábamos
como galaxias en esta
pequeña Secta, adivinos, sabios consejeros,
grandes mentes tras
mentes menores.
¿Has oído hablar alguna vez del consejero
Malkavian de Salvador
García?
Aquellas noches han
quedado atrás. En los
últimos, uhm, diez o
veinte años ha sido
como si los Desencadenados marchasen a la
deriva hacia uno u otro
extremo del espectro.
O eras Sabbat o eras
Camarilla. Sin espacio
para el punto medio.
Ninguno en absoluto.
Así que ¿dónde me deja
eso? ¿Totalmente solo?
En absoluto. Nos estamos filtrando de vuelta desde los extremos,
llenando el espacio
central, esperando el
momento de ser empujados de nuevo.
Es un poco como si
fuéramos limaduras de
hierro. A ambos lados
tenemos imanes que se
encienden de cuando
en cuando. Cuando nos
sueltan, creamos formas hermosas
Informe nº 391: Anarcas Confusos
Los posmortales a los que llamamos
“Confusos” (que parecen usar una serie de nombres distintos en la sociedad, lo que nos lleva a sospechar que
no son una familia como otros cuerpos neutros, sino una infección sobre
otra), parecen encajar de forma natural
en el grupo conocido como Anarcas. Parece probable que su naturaleza voluble y comportamiento inestable tengan más afinidad con los posmortales
Anarcas que con los elitistas de la
Camarilla. A pesar de esto, descubrimos que son muy escasos en el primer
grupo.
Desconocemos si se debe a que
ocultan su actividad con éxito o simplemente a que se aferran a la Camarilla con extraña ferocidad. Recientemente hemos perdido ocho
agentes (ver informe nº 389) intentando
convencer a posmortales Confusos
de que se unan a
los Anarcas sólo
para ver qué ocurría. La campaña
(detallada en su
propio informe) consistió en
chantaje y seducción por parte de
nuestros contactos, pero falló
estrepitosamente,
ya que en cada
caso los Confusos
se percataron del
plan y eliminaron
a nuestros representantes.
Aunque no le
atribuimos ningún
significado místico al Movimiento Anarca ni a la
prohibición de que
los Confusos se
unan a él, nuestras investigaciones no logran
descubrir ninguna
evidencia sólida
de por qué recelan de la Secta
en tal grado. Para
este agente parece
que estos hemóvoros en concreto
se apartan de los
principios Anarcas. Se requiere
una mayor investigación para descubrir la causa.
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