Los psiquiatras diagnosticarían esquizofrenia,
depresión, desorden obsesivo compulsivo o
estrés postraumático a los Hijos de Malkav.
A veces todo a la vez. En realidad, tienen
todas estas cosas y ninguna de ellas. Como los “locos sabios” de la poesía, su trastorno procede de ver
demasiado del mundo al mismo tiempo, de comprender demasiado profundamente y de sentir emociones
que son demasiado fuertes como para soportarlas. Se
automedican con sangre, pero ésa es sólo una solución
temporal.
—No somos payasos, Jeanette. No estamos aquí para divertir
a los demás Vástagos.
—Tonterías. Estamos aquí para hacerles reír, llorar,
sudar de delicia o de vergüenza…
—Arrastras nuestro club por el fango. ¡Nuestro Clan!
Hubo un tiempo en el que éramos los Vástagos a los que los
demás acudían en busca de consejo, premoniciones y estrategias en tiempo de guerra.
—Sácate el palo del culo, Therese. A menos que te guste
tenerlo ahí. Siempre hemos sido bufones.
—En tiempos pasados, los bufones evaluaban la corte y
entregaban sus descubrimientos al Príncipe.
—¡Y nosotros también! Ves mi falda y mi maquillaje y
sólo piensas “puta”, ¿verdad?
—Por supuesto. ¿No lo eres?
—Sí, pero ¿cuántas pepitas de oro
crees que obtuve del Ghoul que me
estaba follando, del reprimido Brujo
al que relajé o del Príncipe LaCroix
cuando estaba saltando arriba y abajo
en mi pistola de amor? Bang, bang.
—Tú… Dios, me das asco. Adquiero inteligencia mediante visiones, al
muestrear la sangre, mediante debate,
transacciones comerciales, al leer emociones, dibujar verdades incómodas…
—Tú vistes el traje, yo visto las
medias. Estamos mentalmente discapacitados como Clan, pero joder, si
nos permite a ambas reducir nuestras
inhibiciones y ensuciarnos un poco para
hacer lo que debe hacerse, digo que me
traigas esos desórdenes de personalidad.
Es como un cóctel en mi cabeza.
—No hay nada de malo conmigo. Tú eres la que tiene necesidades
especiales.
—Oh, tú necesitas a tu papi tanto
como yo.
—Cállate, cállate. Por una noche,
¿podrías no mencionar que todos estamos pirados y en su lugar centrarte en
nuestros logros?
—Perdona, hermana. Supongo que
hay dos caras en ser Malkavian. La
visionaria y la maníaca. ¡Somos un
buen equipo!
—Te odio.
—Nos odias.
—Nos odiamos.
—Yo te quiero.
—Yo también me quiero.
¿Quiénes son
los Malkavian?
Durante mucho tiempo se ha
creído erróneamente que pocas
familias vampíricas eran tan
dispares como el Clan de la Luna.
Otros Clanes los ven y piensan: «todos están locos, así que,
¿por qué deberían importar sus
respectivos orígenes?». Para los
Malkavian los orígenes importan
mucho. Aunque los Sires pueden
escoger un Chiquillo de cualquier
clase social, edad, etnia y sexo,
cada mortal seleccionado para
el Abrazo posee algo sólo visible
para un Malkavian.
Uno de los dones que los
Malkavian buscan en un mortal
es lo que ellos llaman “segunda visión”. Si alguien interpreta sueños,
puede percibir espíritus o predice
eventos futuros de forma infalible,
los Malkavian toman nota. Tal persona actúa como un faro que llama
a cada miembro del Clan que lo ve.
Otro don reverenciado por
los Malkavian es el de la “perspicacia”. Un alto nivel de empatía,
un conocimiento muy refinado de
cuestiones complejas o un impulso
obsesivo para perseguir respuestas
a cuestiones filosóficas atraen al
Clan. Dado que la perspicacia suele estar ligada a una profesión, el
Clan se beneficia de una serie de
académicos y doctores, especialmente terapeutas y psicólogos.
Por último, el Clan de la Luna
está fascinado con los individuos
“rotos” que han cambiado a causa
de experiencias traumáticas o que
simplemente nacieron despegados
de sí mismos y del resto de la sociedad. Para los Malkavian, están
sólo a un gentil empujón de tener
acceso a un plano de realidad
totalmente distinto. En lugar de
tratarlos como cargas, el Clan ve
en ellos un gran potencial.
Todos los Malkavian sufren
enfermedades mentales tras el
Abrazo (a veces se acentúa una
condición preexistente, otras se
añade una nueva dimensión a su
inestabilidad). Como si sus pensamientos y acciones se basasen en
una lógica ultramundana, parecen
saber cuándo su condición se
manifestará de forma destructiva
o cuándo ofrecerá perspectivas
importantes donde antes se carecía de ellas. Por lo general, ningún
otro Vástago se siente del todo
cómodo en torno a alguien que se
sabe que es un Malkavian, ya que
se los suele ver como maníacos
impredecibles cuyos destellos de
perspicacia rara vez compensan
sus ataques de demencia.
Algunos Malkavian afirman
que hay un factor común a su
locura; que todos están psíquicamente vinculados a través de una
longitud de onda comunal, una
especie de consciencia compartida. Los que son conscientes de su
existencia se refieren a ella como
la Telaraña o, más recientemente,
la Red de Locura.
Arquetipos Malkavian
• Presencia Influyente:
Este visionario es adicto a la emoción de reinventarse y presentarse
de formas distintas, medrando
en la atención que obtiene con
las historias que cuenta. Busca
influir en otros mediante palabras,
imágenes o el uso de sus Disciplinas, ya sea con el propósito de
dar placer, olvidar sus problemas
o para obedecer los susurros de
la Telaraña. Como mortal puede
haber tenido una extensa red de
seguidores en redes sociales o
haber llevado la destructiva vida
de un mitómano.
• Médium:
La habilidad de sentir y registrar
más que cualquier otro Vástago
aflige a los miembros del Clan
Malkavian con su infame inestabilidad, pero también los recompensa
con una gran perspicacia. Algunos
encuentran formas de usar y beneficiarse de su maldición abiertamente
sin romper la Mascarada, como
el médium que revela espíritus
ficticios o existentes vinculados
a objetos, áreas e individuos para
ayudar a los afligidos o por ganancia
personal.
• Mal Analista:
Algunos Malkavian saben instintivamente desmontar y reensamblar
mentes, en cualquier estado en el
que se encuentren. Quizás el analista fuese un terapeuta en vida que
destacaba ayudando a otros en sus
crisis personales. O quizás usase las
experiencias de su propia y agónica
psique como una guía y abriese a
la fuerza las mentes de pacientes
y víctimas con el objetivo de que
terminen por sanarse a sí mismas.
El analista es tan respetado como
temido por su habilidad de viajar
al laberinto de la mente... y atrapar
a otro en él.
• Fanático:
Los Malkavian son proclives al
fanatismo alimentado por la inestabilidad mental. Cada fanático
tiene un propósito que consume la
mayor parte de su existencia. Podría ser cualquier cosa desde una
fuerte convicción religiosa o política a una inmensa pasión por las
novelas detectivescas o las teorías
de la conspiración sobre el 11S.
Es seguro decir que el fanático,
devoto de esta pasión, conoce casi
todos los detalles e información
que se pueden obtener sobre ella.
• Adicto a la Sangre Pura:
Muchos Malkavian definidos por
una extraña perspicacia y creencias marginales sienten que cierta
sangre calma sus síntomas o trastornos. Para el adicto a la sangre,
esto se ha convertido en una meta
constante y en todo lo que piensa.
En vida, abusaba de fármacos,
tenía hipocondría o quizás era un
gourmet, y ahora no puede más
que beber y beber hasta que los
insistentes sonidos se acallan y
la ansiedad disminuye. Sabe qué
recipientes escoger para obtener
la mejor y más saciante sangre, y
que debe tomarse en serio cada
comida.
Disciplinas
• Auspex: Los Malkavian usan Auspex para potenciar sus sentidos,
fortalecer su vista u oído hasta un
nivel sobrenatural o para determinar los miedos, ilusiones y debilidades mentales de un mortal para
así aprovecharse horriblemente de
él antes de alimentarse. Muchos
Malkavian han persuadido a un
recipiente de que “les cuente todo”
antes de drenar a la llorosa víctima
ni diez minutos después.
• Dominación: Algunos Malkavian
usan Dominación para eliminar
todas las distracciones de la mente
de una víctima, esclavizándola por
completo; otros usan la Disciplina
para sacar a relucir o infligir psicosis mediante la infame variante
conocida como Dementación.
Mientras que otros lo hacen principalmente en nombre de la experimentación, colarse en la mente
de un mortal y convencerlo de que
quiere abandonar su sangre ayuda
enormemente al Clan a sobrevivir
noche tras noche.
• Ofuscación: Los Malkavian no promocionan su uso de Ofuscación, lo
que convenientemente permite que
muchos Vástagos lleguen a olvidar
que disponen de esta Disciplina,
la cual usan con fines tremendamente diversos. Mientras algunos
Malkavian podrían querer observar
la corte desde rincones aislados
o hacerle jugarretas al Príncipe,
otros se ocultan en casas, hospitales
y hospicios para el ganado para
vigilar las caras somnolientas antes
de alimentarse discretamente.
Prohibición
Afligidos por su linaje, todos los
Malkavian han quedado malditos
con al menos un tipo de trastorno mental. Dependiendo de su
historia y el estado de su mente al
morir, pueden experimentar delirios, visiones de terrible claridad o
algo totalmente distinto.
Cuando el Malkavian sufre un
fallo bestial o una Compulsión,
su maldición entra en acción.
Sufre una penalización igual a la
Severidad de la Prohibición del
personaje en una categoría de
reservas de dados (Físicas, Sociales o Mentales) durante toda la
escena. Ésta se suma a cualquier
penalización causada por sus
Compulsiones.
Decide junto con tu Narrador
el tipo de penalización y la naturaleza exacta de la aflicción del
personaje durante su creación.
• Ejemplo: Héctor decide que su personaje, un
Malkavian conocido como Molleja, a
veces en lugar de sentir las sensaciones
físicas las experimenta como si fueran
voces. Cuando esta aflicción entre en
juego, sufre un -1 de penalización (la
Severidad de su Prohibición es 1) en
todas sus reservas Físicas, ya que las
voces lo distraen demasiado. Naturalmente, esto también se interpreta.
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