Milliner había hecho algunos contactos entre los
inmigrantes italianos de Nueva York, el más notable de
ellos Andreas Giovanni. Aunque le hubiesen dejado en
la calle, Milliner conservaba sus conexiones con las viejas fortunas de Nueva Inglaterra. Mientras la Máquina
de Guerra Kennedy se movía siempre hacia adelante a
los ojos de América, más y más de su base volvía a manos de Milliner. ¿Y a dónde iba Milliner con el dinero?
A los Giovanni, por supuesto. De todas formas, nunca
nos gustaron aquellos católicos domingueros.
Desde entonces, la venganza se convirtió en una
obsesión para Milliner. No le bastaba con comprar el
hogar ancestral de los Kennedy debajo de sus narices
(¿a que no sabías que los Kennedy siguen pagando un
alquiler?): quería destruirles como ellos habían intentado destruirle a él.
Por desgracia, para cuando Francis
estuvo preparado para actuar, Joe Padre había muerto.
“No hay problema,” pensó Milliner, “todavía puedo
destruir su legado, ¿no?” Y eso hizo, cachito a cachito. No, no digo que Milliner y los Giovanni estuvieran tras
el número de magia con la cabeza de JFK, pero tampoco que no hayamos tenido nada que ver (¿no asume
mucha gente que italiano es igual a mafioso? Bobby Kennedy provocó un gran sentimiento anti-Mafia. Luego
hablaremos más de ello). Lo que digo es que puede,
sólo puede, que Carlos Marcello (el ítalo a quien Bobby Kennedy había deportado y dejado en mitad de la
jodida Guatemala sólo con lo puesto) tuviera algunos
amigos entre los Giovanni sicilianos. Y había cenado
más de una vez en la mansión de Milliner.
En todo caso, a Tío Augie le gustaba Francis Milliner:
tenía capacidad de odiar, de vengar una ofensa, de hacer
lo debido. Y se tomaba las afrentas como un italiano. Los
Milliner entraron en escena a mediados de los años 50,
y habían sido esenciales en nuestras operaciones americanas entre bastidores 50 años antes de eso. Como los
Dunsirn, no están muy puestos en Nigromancia, pero
tienen una base de poder de todos los diablos.
Intereses e influencia: Los Milliner han seguido las
huellas de su bisabuelo, manteniéndose entre bastidores e invirtiendo en los sitios adecuados. Están siempre
en la lista de Forbes de “los más ricos de América”,
pero nunca oyes hablar de ellos, ¿me entiendes? Sus
inversiones se especializan en el beneficio puro... no
suelen correr riesgos. Por tanto, tienen grandes intereses en bancos, construcción, apuestas, marketing y
compañías de diversificación de holdings. Son pulcros
y agradables: todo lo que hacen está a la vista (excepto,
claro está, matar a la gente para beber su sangre, aunque conocen a tipos en el otro lado de la ley.
Personajes Milliner: Todos los Milliner son de la
10ª generación o posterior, pues Augustus nunca se fió
por completo de ellos y los tomó como un proyecto
informal. Incluso he oído hablar de algunos vampiros
Milliner de 14ª y 15ª generación, lo que resulta patético: se reproducen como conejos en invierno. Casi todos tienen los Atributos Mentales y los Conocimientos
como categorías primarias, aunque tienen entre sus filas a unos cuantos “charlatanes” especializados en los
aspectos Sociales de las cosas; después de todo, ¿quién
quiere hablar de negocios después de la cena si el tipo
con el que vas a cenar es un aburrido?
El Destino de los Milliner: Augustus Giovanni tiene planes especiales
para la familia Milliner, si resultan ser una buena inversión. Se permitirá a Francis Milliner
diablerizar a la advenediza Giovanni Genevra,
bajando así su generación a un nivel más adecuado para una de las mentes más calculadoras
del siglo. Esto proporciona dos cosas al clan
Giovanni: apartar a la traicionera Genevra de
cualquier acontecimiento futuro y recompensar
la lealtad de la familia Milliner. Por supuesto,
Genevra no sabe nada, pues Augustus no le ha
hablado a nadie de su plan.
(Puedes encontrar más información sobre
Genevra en Quién es quién entre los vampiros:
Hijos de la Inquisición.)
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