Mantenemos su existencia en secreto: no porque seamos amigos suyos ni
nada de eso, sino porque no queremos bandas de vampiros hambrientos de poder rondando por aquí para matar a nuestros abuelos. Piensa en ello: si estuvieses sentado sobre un montón de sangre de 4ª y 5ª generación,
¿le dirías a alguien dónde está? Aunque sería divertido
ver qué les harían los Premascine a los pringados que
intentasen robarles la sangre, no vale la pena arriesgarse.
Que quede claro que yo no he visto nunca a ninguno de esos casi míticos Aquadiluvianos (esta palabra la
he inventado yo, ¿a que soy inteligente?), pero he oído
muchas historias sobre ellos y coinciden en muchos puntos. Primero, el asunto de las generaciones. Esos tipos
son todos (y con todos, quiero decir cinco o seis, aunque
Giuseppe dice que son una docena larga) de la 4ª y 5ª generación. Supongo que consideran que la seguridad está
en el número, y ninguno de ellos quiere que un neonato
mequetrefe intente dejarles secos mientras duermen, así
que se vigilan las espaldas unos a otros allí abajo.
Segundo, tienen una pinta asquerosa. Es bastante
lógico. Imagina un cadáver de cientos de años que ha
pasado sumergido la mayor parte de ese tiempo.
Quiero
decir que esos cabrones deben estar hinchados y llenos
de gusanos y con los labios azules, ¿no?
Se alimentan de peces (y la sangre de pez es de lo
más repulsiva) o arrastrando humanos a los canales...
ya sea paseantes nocturnos o pasajeros de las góndolas
que vuelcan. Yo creo que esta última parte es un invento (suena a mala historia de periódico sensacionalista),
pero tanto Giuseppe como Lupo dicen que es cierto.
Con la pinta que deben tener, no es que puedan limitarse a salir del agua y seducir a algún turista, ¿verdad?
Por último, saben mucho de la vieja Nigromancia, si
sabes lo que quiero decir. Después de todo, han pasado
cientos de años allí, sin televisión ni libros ni nada de
eso. Lo que significa que han estado allí sin hacer nada
más que aprender por experiencia directa todo el tiempo
que han pasado bajo el agua. No puedo imaginar las
cosas que sabrán esos monstruos... y no me refiero a memorización, sino que lo habrán aprendido haciéndolo.
Se dice que son capaces de conjurar a los fantasmas
de los marineros víctimas de naufragios, soldados que
murieron en barcos de guerra, y suicidas ahogados en
el océano. Giuseppe dice que incluso pueden invocar al
Kraken, pero cuando le dije “un kraken no está muerto,
es un calamar gigante,” se limitó a menear la cabeza.
También me contó una historia sobre la última vez
que alguien habló con uno de ellos, en 1966. Al parecer, quien fuera que bajase allí perturbó uno de sus rituales, y las cosas se desquiciaron un poco: por encima
del agua, un viento de tempestad impidió que la marea
matutina dejase la laguna, pero la resaca llegó de todas
formas y el agua volcó los depósitos de fueloil de la
ciudad, que quedó cubierta por una capa de combustible (fue un milagro que ningún anarquista le prendiese
fuego a todo), y cientos de hogares barridos por el mar.
No quiero pensar qué estaban haciendo si provocaron
un “efecto secundario” como éste.
En todo caso, si quieres morir, sal en su busca: estoy seguro de que te dejarán satisfecho.
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