Somos una enfermedad,
nada más. Una enfermedad que
transforma a un huésped en el
vehículo perfecto para extender la
plaga. Cuando sientes que el Ansia
por la sangre aumenta, es el virus
empujándote a buscar nuevas víctimas. Es como esas hormigas del
Amazonas que son infectadas por
un hongo que se apropia de todo
su sistema y comienza a dirigirlo
en pos de sus propias metas.
Todos nosotros somos demonios, todos somos verdaderos rebeldes. Ésta es nuestra gloria y nuestra
carga. Lucifer comenzó siendo un
rebelde, pero pronto se convirtió
en lo que más despreciaba: el tirano del Infierno. Sólo que nosotros
somos los auténticos librepensadores, los demonios que rechazaron a
Lucifer y vinieron a la Tierra. Éste
es nuestro verdadero propósito:
extender el mensaje de verdadera
libertad entre la humanidad.
Siempre hemos estado
aquí, desde el albor de los tiempos
a la actualidad. Somos una especie
paralela que ha evolucionado en
simbiosis con la humanidad. Ella nos
proporciona sustento y nosotros le
proporcionamos guía y propósitos.
Tengo la seguridad
de que la Sangre vampírica es
radioactiva y que somos mutantes.
Por eso tenemos estos poderes.
Debes descartar la moralidad humana como una serpiente
que muda de piel y escuchar la voz
de la divinidad en tu interior. Eres
el instrumento elegido de Dios,
dotado con un fragmento de divinidad que te muestra el verdadero
camino. Ése es nuestro propósito y
destino. No hay escapatoria a nuestra santidad inherente: tu bondad y
tu crueldad son actos de Dios.
Si deseas entender nuestra
condición, debes estudiar las obras
de los teósofos. Todos comenzamos
el ciclo como minerales inanimados
y, mediante actos virtuosos, evolucionamos a plantas, animales y, por
último, consciencias humanas. La
literatura tradicional sugiere que el
término para el siguiente estado es
bodhisattva, pero también podemos
usar otra palabra con connotaciones míticas: vampiro. El propósito
del bodhisattva-vampiro es guiar a
la humanidad al siguiente estado en
su ciclo de reencarnación a través
del acto espiritual de ingerir sangre.
Ésta es la sencilla verdad que
cristianismo, judaísmo e islam
buscan negar: Caín fue el primer
Mesías que se rebeló contra un Dios
tirano, el verdadero visionario que
nos mostró el poder y el potencial
que todos tenemos en nuestro
interior. Somos los ángeles de Caín
que llevamos su juicio a la Tierra.
Soy materialista. No creo
en las explicaciones sobrenaturales,
pero sí en la amplia marcha de la
historia. Éste es el verdadero propósito de nuestra especie como seres
inmortales: dirigir el progreso de los
eventos humanos. Después de todo,
la inmortalidad es iluminación.
¿A quién le importa si hay
una gran explicación tras todo esto?
Yo lo llamo tal y como lo veo. Somos
depredadores, explotamos a la humanidad en la noche. Nada más.
Qué son
los humanos
Me gustan los humanos, mucho. ¿Qué más puedo
decir? Nunca me canso de la Caza.
Hacen sonidos graciosos cuando
tratan de escapar y en el momento de morir tienen este adorable convencimiento de que son
únicos. He tratado de explicarle lo
hilarante que es a algunos de ellos,
pero nunca lo entienden.
La humanidad está a nuestro cargo y somos responsables
de guiarla y protegerla. Debemos
cumplir con la responsabilidad
que tenemos para con nuestros
hermanos más débiles, incluso
cuando ellos cumplen con la responsabilidad de alimentarnos.
Montones de chupópteros ven a los humanos como
nada más que comida. Para ellos, la
humanidad es una enorme granja
de sangre que nos da lo que necesitamos para sobrevivir, y me apena.
¡La humanidad puede ser mucho
más que simple nutrientes! Puede
proporcionar una auténtica experiencia culinaria. Hay una enorme
diferencia entre la sangre de un
anciano policía que se consume
en un destartalado geriátrico y el
rollizo descendiente de una familia
adinerada que planea una boda en
las Maldivas. No existe la sangre
mala. Cada humano aporta su propio sabor a la mesa, ¡y deberíamos
aprender a apreciarlo!
Los humanos son nosotros y
nosotros somos los humanos. Imaginar que de alguna forma somos
mejores, más fuertes, más crueles
o más inteligentes que ellos no es
más que simple vanidad. Podemos
vivir más tiempo y Cazar para
obtener sangre, pero al final sólo
somos unos capullos que tratan de
sobrevivir una noche más.
Veo a los humanos como
protovampiros en esencia. Sólo necesitan un pequeño empujón para
convertirse en nosotros. Sé que
parece desagradable, pero es como
funciona nuestra biología. Somos
un organismo que subsiste a base
de devorar a sus larvas, lo que permite que los individuos más fuertes
y viables se desarrollen hasta el estado adulto de la especie. Ahora, he
aquí el quid de la cuestión: ¿somos
el estadio final o aún nos desarrollaremos hasta ser algo más?
Somos depredadores,
animales nocturnos, cazadores diseñados para cazar rápido
y en silencio. Somos guepardos,
no elefantes. Necesitamos nuestro
camuflaje, nuestros escondrijos,
guaridas desde las que atacar. La
mejor defensa que tenemos es ocultarnos entre la humanidad como
un gran felino entre la hierba alta.
Nunca deberíamos olvidar
lo que es ser humanos. Convertirse en uno de nosotros es caer en
desgracia, y nuestra única esperanza
de salvación es regresar a la humanidad. No somos más que humanos.
Somos menos. Y deberíamos esforzarnos por retornar a lo que éramos.
No me preocupa la humanidad. A muchos de los nuestros
sí, pero en realidad es sólo una
distracción de la auténtica forma
del mundo. Sí, la humanidad hace
mucho ruido, pero al final es tan
significativo como el chisporroteo
de una frecuencia de radio vacía.
La humanidad está perdida. Ésa es una lección que
terminas por aprender. Te encariñas, te enamoras, haces enemigos,
odias, pero al final la humanidad
siempre se marchita y desaparece.
Para un chupóptero, depender de
los vivos es como construir un castillo de arena en una playa antes
de que suba la marea.
Quieres atiborrarte,
sentir el poder de la sangre en tu
cuerpo, arder con cada gota y convertirte en un monstruo sobrehumano capaz de cualquier cosa. Y
sí, puedes hacerlo. Pero si quieres
vivir más tiempo, quizás no debas.
Bebe con mesura, usa la Sangre
con un propósito y sobrevivirás.
Muchos de nosotros detestan el Ansia que nos hace concentrarnos en el delicioso líquido
bermejo que corre por las venas
de los mortales. Para mí, el Ansia
es una bendición. Su propósito es
mantenernos alerta, vigilantes, listos para cualquier cosa. Gracias al
Ansia, siempre estamos pensando
en lo que necesitamos para sobrevivir. Todo lo demás es un lujo.
La regla número uno de
una no-vida con éxito es anidar
entre mortales. Vive como uno de
ellos. Parece uno de ellos, compórtate como ellos, habla como ellos. No
te permitas separarte de la humanidad. No te abandones a la idea de
que de alguna forma vives apartado
de la cultura y la civilización humanas. Cuanto más próximo estés a la
humanidad, mayor éxito tendrás
como cazador y más difícil serás de
detectar para tus enemigos.
La sangre es el centro de tu
existencia. Guarda un alijo en tu
frigorífico. Aprende a dejar secos a
animales (sé que saben fatal, pero es
mejor que morir de hambre, ¿no?).
Asegúrate de tener siempre más sangre de la que necesitas. Así podrás
darte un festín si necesitas sanarte
tras una pelea. Y, una vez lleguen
las vacas flacas, podrás adaptarte
cuando vengan mal dadas.
Un vampiro es un cazador
solitario. No dependas de nadie, no
te fíes y no reveles tus secretos. Al
final, la única persona que realmente se preocupa por tu supervivencia
eres tú. Asegúrate de que nadie sepa
dónde duermes, quiénes son tus
esclavos de sangre ni cómo Cazas.
Tratar de sobrevivir solo
es imposible. Muchos de los nuestros
caen en la paranoia inoperante,
temiendo a todo el mundo y ocultando malas intenciones tras gestos
amistosos. Aprende a Cazar en
manada. Te resultará más fácil, más
seguro, y si la cagas habrá alguien
ahí para salvarte el culo. Y otra cosa:
también nos sentimos solos. Que
estés no-muerto no significa que no
necesites a alguien con quien hablar.
La Camarilla apesta, pero
tiene una idea buena: la Mascarada. Si piensas en sus Tradiciones, te
darás cuenta de que la mayoría de
ellas están dirigidas a preservar el
poder de la élite. Pero la Mascarada es una excepción: está diseñada
para proteger a toda nuestra
especie, y ésa es la razón por la que
todos deberíamos seguirla. La realidad es que puedes considerarte
un depredador alfa en una noche
de luna, pero a mediodía no eres
más que otro estúpido que arde
hasta quedar carbonizado.
A la Camarilla le gusta
definir de qué va ser un chupóptero. Quieren hablarte de Caín,
las Tradiciones, el Príncipe y toda
esa mierda. Si no tienes cuidado,
empezarás a creerles. Pensarás que
su forma es la única en que puede
existir nuestra especie. Pero no es
así. Hay un remedio sencillo para
sus mentiras: devorar al rico. Una
vez que pruebas a un vampiro de
la Camarilla, no hay vuelta atrás.
Y ahora ¿qué?
La inmortalidad es una
sandez. Es una mentira diseñada para mantenerte dócil y asustado. Sí, podemos vivir para siempre,
pero ¿vale la pena si eso significa
una eternidad inclinándose
ante un Príncipe? Vive al límite y
asegúrate de que cuando mueras te
lleves a esos mamones contigo.
Has sido traído a un mundo en el que cada ventaja, cada
migaja de poder y cada gota de
sangre ya están en manos de avaras criaturas ancianas que nunca
jamás lo cederán. A la humanidad
al menos le queda la esperanza
de que el viejo poder muere. Para
nosotros eso nunca pasará. En su
lugar, debemos arrancarlo de las
manos de nuestros Antiguos y hacerlos trizas para que no puedan
reconstruir su cruel sistema.
Se te han concedido
los poderes de la Sangre y una
existencia inmortal. Es tiempo de
darles buen uso y luchar por un
mundo mejor. Cualquier mamón
puede luchar por sí mismo, pero si
quieres una inmortalidad real, lucha por cambiar el mundo. Lucha
por algo mayor que tú. Pero antes
de hacerlo, hazte esta pregunta:
¿un mundo mejor para quién?
La Camarilla es un inmenso edificio construido para
preservar el poder de ancianos
monstruos que fueron Abrazados
en siglos pasados. Se presentan
como los más poderosos, sabios
y dignos de nuestra especie, pero
no te creas sus mentiras. No son
más que viejos estúpidos que se
aferran a su poder con cada fibra
de su ser. Tu labor es demoler la
Camarilla y dejar espacio para que
nazca algo nuevo. Algo edificado
en principios, no sólo para mantener los privilegios existentes.
No me convertí en
no-muerto sólo para verme atrapado en las guerras de otros.
La Camarilla, el Movimiento
Anarquista, Caín, la humanidad…
¿a quién le importan? Vivo por mí.
Ésta es mi vida, la única que jamás
tendré. No la malgastaré al servicio
de un escurridizo depravado que
quiere venderme un cuento chino.
Somos monstruos, y de nosotros no puede venir nada bueno.
No podemos construir un mundo
mejor porque en un mundo mejor
no tendríamos cabida. La mejor
forma de que un chupóptero pueda
mejorar la sociedad que le rodea es
suicidarse. De otra forma, lo envenenamos todo, especialmente a los
mortales que tratan de hacer algo
bueno. Ningún movimiento político humano ha mejorado gracias al
contacto con nuestra especie.
Hay tantas mentiras. Caín, los
Antediluvianos, la Golconda. Todas
esas historias están ahí para mantenernos quietecitos y necesitan ser
demolidas. Creo en que podemos
encontrar la verdad de nuestra
condición, pero primero debemos
disipar la oscuridad de esos mitos
medievales que pretenden enseñarnos cómo vivir nuestras no-vidas.
Hay esperanza para nosotros. Lejos de los juegos políticos
de la Camarilla y los juegos tóxicos que llevan a cabo nuestros Antiguos, aún podemos redimirnos.
Quizás eso sea la Golconda, quizás
sea otra cosa. Aún hay esperanza
en este sórdido desastre.
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