Reinado del Terror

El único problema con la Revolución francesa fue que quedó inacabada. A causa de esa tragedia, los aristócratas aún infestan nuestra sociedad. En un mundo justo, la Revolución se habría extendido y hasta el último rey habría sido ejecutado por sus crímenes contra el pueblo. No soy dada a la envidia, pero me habría gustado estar allí. Muchos Anarquistas de cierta Generación dicen que ellos sí estuvieron, pero creo que es como cuando un hippie dice que estuvo en Woodstock. Créete sólo la mitad. París es uno de los mayores bastiones de la Camarilla, una verdadera ciudad en el corazón del poder de los Antiguos. Por ello, los dos períodos en los que París se convirtió temporalmente en villa Anarquista son muy queridos en nuestros círculos. El primero fue la Revolución, el segundo, en mayo del 68. En ambos casos, los eventos instigados por mortales provocaron que los Anarquistas acudieran en masa a la ciudad y obligaran a la Camarilla local a esconderse. 

Al final la Camarilla se recuperó y tuvimos que abandonar la ciudad, pero el recuerdo permanece. En el caso de la Revolución, el cambio político totalmente adverso a la Camarilla barrió Europa. En Francia se abolió el feudalismo, la monarquía cayó y docenas de vampiros de la Camarilla que habían vivido entre la aristocracia murieron, a veces sacados a rastras de sus refugios durante el día por las nuevas autoridades revolucionarias. Lo que es más, al relativamente nuevo Príncipe de París, François Villon, le costó combatir la Revolución a pesar de que él estaba totalmente del lado del Antiguo Régimen. Las razones para ello son dos: 

1. La ciudad de Villon estaba sumida en el caos y llena de Anarquistas que habían acudido a unirse a la revolución. 2. Él era un jodido cobarde que huyó de la ciudad en lugar de arriesgarse a que su persona sufriera peligro. Con Villon exiliado, los nuevos amos Anarquistas de la ciudad tenían carta blanca con el nuevo gobierno revolucionario. A algunos viejos Anarquistas les gusta minimizar su influencia, pero creo que todos sabemos cuál fue la contribución de los Vástagos: ¡hacerlo lo más sangriento posible! Estoy segura de que hubo buenos momentos que disfrutar. Imagina la escena: los refugios de viejos Toreador abiertos de par en par o los confundidos Antiguos emergiendo para enfrentarse a multitudes armadas con antorchas. Debió de ser el cielo Anarquista. 

Ayudados por el caos de los mortales, podrías haber hecho cualquier cosa, forzando a la clase dirigente de la Camarilla a sufrir cualquier indignidad. Muchos Anarquistas sólo hablan de matar al enemigo, pero yo abogo por la humillación ritual ocasional. ¡Es muy divertida! E incluso sin los Antiguos, aún queda la humanidad. La guillotina. La fila de afligidos nobles esperando a morir. Eso es de lo que trata ser un chupasangre. Desearía poder haber estado junto a la guillotina y que la sangre de cada decapitación fluyese hasta mi boca. Por desgracia, todo lo bueno se acaba. Para los mortales, la Revolución dio lugar a toda clase de nuevas ideas que echaron raíces en Francia y otras partes. Para nosotros, la Revolución fue un temprano florecer del sentimiento Anarquista, aplastado por Villon una vez regresó a la ciudad en el umbral del siglo xix. 

– Agata “Fan de la Guillotina” Starek