Su razonamiento es que los wraiths deberían temer al
necromante tanto como sea posible. Los miembros de la
familia, habiendo aprendido el arte de subyugar a los espíritus
mediante el puro terror, están ahora entre los necromantes
más eficientes, sólo por detrás de la propia familia Giovanni.
Por ahora, tiranía y miedo son herramientas que emplean
de forma muy efectiva para controlar a los muertos.
La repugnante verdad tras su excesiva brutalidad con
los muertos es que les gusta. En otro tiempo, cuando la
familia aún era mortal, se veía a sí misma en competencia
con los necromantes de Venecia (los entonces mortales
Giovanni) por la supremacía sobre los reinos de los muertos.
De manera semejante a como un jinete azota a su caballo
para que vaya más rápido, los Rosselini presionaban a los
wraiths que controlaban cada vez más en su esfuerzo por
superar a los Giovanni. Con el tiempo, esta intención
original se ha perdido y pervertido.
Ahora, la práctica de
la Necromancia, aunque horrible para quienes mantienen
su Humanidad, es casi un afrodisíaco para los Rosselini.
El acto de transgredir las leyes y convenciones sociales y la
libertad de hacer lo que deseen obteniendo poder del acto
son las experiencias más liberadoras y excitantes que esperan
alcanzar en su existencia. Intentan entregarse a ellas tanto
como sea posible. No es una sorpresa que muchos de sus
más dotados necromantes sigan la Senda de los Huesos,
como sus primos Giovanni. Otros, cegados por el vicio de
sus artes sádicas, a menudo caen de manera espectacular.
Más de uno ha sido despedazado por una horda de Espectros
que ha generado mediante su propia sádica tortura.
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