Rosselini (Tercera Edición)

En nuestro ascenso al dominio mercantil, primero con las Cruzadas y después con el explosivo crecimiento del comercio que se produjo durante el Renacimiento, los Giovanni absorbimos a varias familias de mercaderes menores que habían intentado “hacer negocio” en nuestros dominios. En lugar de limitarnos a destruirlas, la familia Giovanni las reclutó en el clan, donde continúan haciendo una contribución pequeña pero importante a la riqueza y prosperidad de los Giovanni. Y también están los Rosselini. Esta familia ha existido durante tanto tiempo como los Giovanni y eran bastante hábiles con la nigromancia antes de que se encontraran con nosotros, quizás debido a que compartíamos las mismas raíces romanas. 

Si los Capadocios no nos hubieran encontrado primero, es bastante posible que los Rosselini hubieran sido elegidos para el Abrazo en nuestro lugar. Sin embargo, tal y como resultaron las cosas, nos encontramos por primera vez con estos tipos a finales del Renacimiento, cuando una cábala de ellos cometió el error de cabrear a Claudius Giovanni mientras se encontraba en Roma en un negocio familiar. Claudius arrancó las almas de los cuerpos vivos de los Rosselini, y sólo aceptó devolvérselas si los hechiceros le juraban fidelidad a él y al clan Giovanni. Teniendo en cuenta las opciones, los Rosselini aceptaron. Desde entonces los Vástagos de la rama Rosselini han demostrado ser tan hábiles en el manejo de la Nigromancia como los propios Giovanni. Sin embargo, mientras que un Giovanni prefiere realizar el mínimo esfuerzo posible para obligar a un espíritu a que obedezca, un Rosselini preferirá realizar una atrocidad desproporcionada a lo que se requiere para asegurarse la obediencia del espíritu sólo porque puede hacerlo. Como resultado, los Nigromantes Rosselini tienden a fracasar y arder de forma espectacular, y a menudo convierten a los spiriti en spettri en el proceso.