Inclinó la cabeza hacia la instalación que ocupaba una cuarta parte de la sala, una
colección de partes automáticas rociadas con lo que se suponía pintura borgoña.
—Me han dicho que el creador de esta obra se niega a definir su significado, lo cual es
correcto y adecuado. Depende del cliente extraer el significado del arte. —Alzó gentilmente un bloque de engranajes del suelo, lo examinó y lo agitó ligeramente para oír un
chapoteo en su interior—. ¿Qué significa esto para ti?
El Costra tullido que la acompañaba gimió conforme arrastraba los pies para acercarse al supuesto arte allí expuesto.
—No lo sé, ¿no? Parece un accidente de tráfico salpicado de sangre. Parece que el artista encontró los restos de una colisión, los puso sobre una plataforma y los ha traído a esta
puta galería para burlarse de los Artistes como tú. —Castillo miró los restos del coche sin
mucho interés antes de que sus ojos costrosos se abrieran de golpe al percatarse—. Sabes
de quién es este coche, ¿verdad?
Victoria sacudió la cabeza sin hablar, embelesada como estaba con los bultos de metal.
Recorrió con el dedo los endurecidos riachuelos de sangre que habían encontrado su
camino a las hendiduras y grietas del motor.
—Es el Mercedes del Príncipe Rowlands, puta loca. —Castillo se internó en el corazón
de la exhibición, analizando la pieza como si fuera un investigador en la escena de un
crimen—. Encontraron su cuerpo abrasado y en Letargo en aquel escaparate, pero alguien
había robado el puto coche. ¡Es éste! Lo han desmantelado, pero ¡es su coche! ¡Reconozco
el puto llavero colgando de la puta llave aún en el contacto!
El Arconte sacó la llave y la meneó ante Victoria Ash. Victoria sólo sonrió.
—Entonces quizás les hacemos a nuestros primos Anarquistas un desprecio inmerecido. Quizás el mensaje que quieren expresar con el arte es claro después de todo.
Puede que encuentres
mi forma de hablar forzada. Me
disculpo. El inglés no es mi lengua
materna y brota perezosamente de
la lengua o la punta de la pluma.
Preferiría con mucho que nos escribiésemos en alguna lengua del
Mediterráneo, como latín, griego
o italiano. Ay, tal es la costumbre
de estas noches que el uso de tan
cultas lenguas haya muerto o esté
muriendo.
Vayamos al grano, como
solicitaste tan amablemente. A los
Toreador Anarquistas se nos suele
llamar Abstractos. Nosotros no nos
llamamos así, naturalmente, ya que
sería arrogante en extremo. Esos
convencionales que se aferran a la
Camarilla querían apodarnos de
alguna forma y “Abstractos” funcionaba. Es acertado, supongo, ya
que tenemos muchas razones para
ir a contracorriente, pero no voy a
decirte cuáles son. Te corresponde
a ti descubrir por qué.
¿Yo? Nunca tuve la opción de
unirme a la Camarilla.
Mi Sire era
Anarquista, fui Abrazado en los
Anarquistas, y, echando un vistazo a sus trajes elegantes, clubes
exclusivos y pretenciosos Elíseos,
estoy bien donde estoy.
¿Sabes? He conocido Toreador
en San Petersburgo que tienen
prohibido producir ciertos estilos
de arte. Aparentemente va contra
el principio zhdanovista que aún
mantiene la ciudad de regular y
dictar qué es arte. Y, en base a mis
viajes por Lituania y Rumanía, no
creo que esta restricción se aplique sólo a los dominios rusos. Yo
no puedo más que oponerme a esa
idea de constreñir la creatividad
de tal forma.
Para mí es una fuente de gran
pesar que a los de la Rosa se nos
identifique íntimamente con la
Camarilla. Mi suposición es que,
al igual que las agencias gubernamentales y administrativas, como
Secta ven el arte como función en
lugar de acción. Es fácil hacer arte
así. Un retrato aquí, una escultura
allá, pero nada que desafíe a la
mente o la cambie.
Creo que deberíamos abrazar
el epíteto “Abstractos” y perseguir nuestro propio camino. Los
Anarquistas lo permiten. Espero
verdaderamente que el resto del
Clan vea que la estructura es una
prisión. El Movimiento representa
la absoluta libertad creativa.
-BUBNOV
Informe nº 414: Toreador
Anarcas
Siguiendo nuestras entrevistas con los
sujetos 91 y 93, resulta evidente que,
aunque los posmortales identificados
como “Toreador” experimentan un cisma
dentro de su familia, esta fractura de
filosofía no lleva a violencia. Ésta es
una revelación desafortunada, ya que
estábamos buscando una forma de desunir
a este grupo que parece poco predispuesto al conflicto en cualquier ámbito. No creemos que aborrezcan la lucha
interna tanto como que la vean vulgar
(ver entrevista a sujeto 91) y que prefieran competir de otras formas.
Resulta preocupante que estas otras
formas incluyan la subyugación de los
mansos. Ya estén afiliados a la Camarilla o a los Anarcas, los cuerpos
neutros de esta familia resolverán los
conflictos usando a sirvientes mansos y
víctimas involuntarias.
A veces, estas
luchas son de tipo físico, pero otras,
las víctimas son forzadas a participar
en “competiciones de talento”, a falta
de un término mejor. Se les hace actuar
para posmortales de diversas formas:
creando obras de arte, cantando, bailando, realizando números cómicos, etc.
Estos Toreador resuelven los desacuerdos en virtud de los talentos de sus
sirvientes. Esta inusual demostración
hace difícil presionarles más.
Actualmente estamos discutiendo el dilema ético de deshabilitar a estas mascotas artistas plantando falsas evidencias
de que han recibido daño o que han muerto a manos de un Toreador rival. Nuestra ambición es sembrar la semilla de la
disensión al implicar la ruptura de las
reglas de etiqueta. Si podemos sumir a
esta familia aparentemente distinguida
en el caos al hacerla dudar de sus propias reglas, podremos convertirlos en
objetivos más fáciles en el futuro.
—Esperaba algo
un poco más imaginativo que el puesto de
control Charlie como
lugar de encuentro.
La coterie de Rosa
se encontró con la de su
hermana, Mascha. Las
dos mujeres se abrazaron sin preocuparse
de su público. Mascha
dibujó una sonrisa en la
comisura de su boca.
—Tú siempre has
sido la innovadora.
Las hermanas habían
estado divididas por la
guerra y luego el muro,
una en Berlín Occidental
y la otra en el Oriental.
Su educación había demostrado ser totalmente
distinta. Una había tenido un Sire que la cuidaba
y alentaba; la otra, un
mentor cruel y tempestuoso. A una le había
concedido un Elíseo que
dirigir en su ausencia.
La otra tuvo que hacerse
con el poder por sí misma. Una era miembro de
la Camarilla por invitación de su Sire. La otra
cayó en el Movimiento
Anarquista y decidió
quedarse en él. Y, aun así,
seguían siendo hermanas
y ambas Toreador. Aún
se tenían cariño.
—¿Qué tienes para
nosotros hoy? —La coterie de Mascha examinó
la escena mientras ella
hablaba con delicadeza con su hermana—.
Llevamos mucho tiempo
esperando esto.
Rosa, que normalmente era fría como el
hielo con sus compañeros
Anarquistas, apenas
pudo contener su sonrisa.
—Una remesa fresca
directa desde el erial helado del este, Rusia. Los
llaman potenciadores de
combate. Luke, saca la
caja del coche. —Hizo un
gesto a su compañero que
estaba a un lado de la
calle y éste se marchó—.
Verás que pegan fuerte.
Si aún tenéis problemas
con los Lupinos, haz que
tus marionetas de sangre
los tomen antes de
alimentaros o al menos
dadles una dosis a vuestros Ghouls. Sé que los
cabrones como vosotros
apenas os preocupáis por
ellos en cualquier caso.
Mascha puso los ojos
en blanco.
—¿Piensas que sólo
usamos y abusamos del
ganado? Deja de creerte
toda la propaganda Anarquista que escribes, por
Dios. —Chascó los dedos
y un Vástago de punta en
blanco se le acercó con
dos maletines—. Esto es
todo el dinero que pediste, en todas las divisas
que pediste.
Rosa permitió que
uno de sus amigos tomase
los maletines y las dos se
quedaron solas por un
minuto.
—Supongo que aún
no le has dicho a la Príncipe de dónde consigues
este suministro. —Ella
ya sabía la respuesta,
pero quería oírla de
boca de su hermana.
—No… No tiene buena opinión de los Anarquistas. Pero tú tampoco
tienes buena impresión
de ella, así que todo bien,
¿no? —Mascha apoyó la
mano sobre el brazo de
su hermana con un gesto
rígido pero reconfortante—. Aunque para mí no
supone diferencia alguna.
Por lo que a mí respecta,
como si eres del Sabbat.
Somos de la misma sangre en muchos sentidos.
Somos familia.
Rosa volvió a abrazarse a su hermana.
—Lo somos. Nada de
esta mierda nos separará
nunca.
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