Vagabundos de Sangre

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Acabas de llegar a una nueva ciudad. Te reúnes con el Príncipe como un buen chupóptero. Te presentas y pides permiso para Cazar en su dominio. Ése es un momento crucial. Necesitas decirle algo al Príncipe, pero el problema es que cada Príncipe reacciona a su manera. No puedes usar siempre la misma historia. Estás hambriento y necesitas Cazar. No quieres arriesgarte a tener problemas con el Sheriff. El Príncipe debe creerte. Miras al Príncipe a los ojos. En ese instante debes intuir la respuesta correcta y comenzar a hablar. No es azaroso que muchos Anarquistas que viven en la carretera sean inventivos mentirosos. Se nos tiene que dar bien. Si no, nos moriríamos de hambre o a manos de un Sheriff por Cazar de forma furtiva. Así que ¿cómo se hace? Deja que la tía Juniper te enseñe algunas cosas de la vida. 

El ratón de campo y el ratón de ciudad 

Te dicen que es mejor que los chupópteros se queden en las ciudades. Supongo que es cierto si eres un pelele que no sabe nada y no puede sobrevivir en la carretera. Y, francamente, no hay que avergonzarse por ser débil. Si es demasiado para ti, deberías mantenerte cerca de tus Rebaños y Elíseos. A algunos de nosotros no nos gustan mucho los dominios, las reglas y las tradiciones. 

Si eres del mismo palo y puedes cuidar de ti mismo, abandona la vida del chupóptero sedentario y lánzate a la emocionante vida del vagabundo chupasangre. La tía Juniper lleva décadas viviendo en su tráiler, y no es mala vida. Voy de sitio en sitio, de ciudad en ciudad, y cuando todo se va a la mierda, desaparezco. Ayuda que tantos chupópteros, tanto Camarilla como Anarquistas, ni siquiera puedan concebir lo que significa vivir libremente. Piensan que los espacios abiertos entre áreas urbanas están llenos de hombres lobo o algo peor. Y sí, a veces lo están. Aprendes a lidiar con ello. Así que ¿qué le dices al Príncipe al llegar a su dominio? Necesitas tener una razón y al Príncipe no le gustará si le cuentas la verdad: que eres un vampiro indigente que conduce por ahí, Caza furtivamente y vive su vida en una caza continua. A muchos Príncipes de la Camarilla les gusta pensar que son buena gente, por increíble que suene. Gánatelos con una historia triste. Eres un pobre Neonato de la Camarilla, tu ciudad ha sido tomada por aterradora chusma Anarquista: «Por favor, señor, si tan sólo pudiera Cazar unas noches, podría recomponer mi vida. ¡No le molestaré más que eso!». El problema es que otros Príncipes odian la debilidad. 

No tienen problemas en ejecutar a quien consideran inútil. En estos casos, recurre a la táctica contraria: eres un combatiente de la Camarilla, un Neonato leal que lucha su propia guerra por la libertad contra la terrible amenaza de la revolución Anarquista. Sé rudo, invéntate un puñado de camaradas muertos y estarás listo. Si quieres ir más allá, invéntate una atrocidad: «Los Anarquistas mataron a mi Sire, el hombre más noble que nunca he conocido. Casi tan noble como usted, señor. Esa noche, mi vida anterior terminó y comenzó la guerra». En los dominios Anarquistas, has de improvisar. A veces la gente es hospitalaria y no tienes problemas. Cuéntales tus mejores historias del camino y Caza hasta que tu corazón se sacie. En cambio, a veces un Barón es tan malo como un Príncipe. Entonces vuelve a recurrir a la historia. Sencillamente recuerda invertirla: «Por favor, señor, la Camarilla asesinó a mi Sire, el hombre más noble que nunca he conocido…». 

Bolsas para cuerpos 

Ya eres un cadáver, así que no está tan mal dormir en una bolsa para cuerpos, ¿no? Dónde dormir es tu principal preocupación cuando vives fuera de los límites de la ciudad. Las bolsas para cuerpos se han diseñado para contener cadáveres, así que son una buena medida de seguridad. Algunos chupópteros nómadas son muy radicales respecto a dónde dormir: «duerme en el cieno», «duerme en una alcantarilla», dicen. La verdad, eso no va conmigo. Sí, es seguro, pero yo quiero una cama. Tengo una bonita cama aunque sea en un tráiler protegido del sol. El tráiler funciona porque la tía Juniper tiene a sus chicos con ella. Sí, serán adictos a la Sangre, pero son leales. Si no tienes a gente que cuide de ti, la paranoia puede salvarte la vida. Ahora es cuando digo algo que puede no tener sentido de primeras: evita los edificios. «¡Pero, tía Juniper, es más seguro dormir en una casa! ¡Para eso están!». 

Lo sé, lo sé, pero no es más seguro. Estás en la habitación de un motel. Llega la chica de la limpieza, la luz del sol entra por la puerta y eres cenizas. Te cuelas en casa de alguien para dormir, alguien te ve, llama a la policía y el equipo de los SWAT llega para verte estallar en llamas. Éstos son ejemplos reales, por cierto. La gente y los edificios van de la mano, y para dormir seguro debes evitar a la gente. Guarda tu cadáver en alguna parte donde nadie lo vaya a buscar. No hace falta que sea una alcantarilla, porque es muy desagradable, pero sí algún lugar secreto. Además, si llevas en esto mucho tiempo, puedes construir una red de pisos francos. Una gran elección si tienes la diligencia necesaria para hacerlo. Demasiado trabajo para la tía Juniper… 

Vida vampírica 

Lo mejor de esta vida es que te permite Cazar. Nada de esa mierda del “rebaño”. Ni fuentes de sangre estables. Nada de llamar a viejos ex de cuando aún eras humano porque los tres últimos intentos de Cazar fallaron. Y, sin duda, nada de la mierda feudal de la Camarilla en la que obtienes un diezmo de sangre o cosas semejantes. No, eres un monstruo no-muerto cazando en la noche. Sin planes, sólo la belleza y el terror del momento. Una pequeña advertencia: si eres uno de esos chupópteros modernos que no sabe Cazar con propiedad, la tía Juniper no puede ayudarte. Has de ser capaz de lanzarte a por la sangre si quieres vivir en la carretera. Así son las cosas. Sé que vas a Cazar furtivamente en los dominios de otra gente, pero mi consejo es que lo evites. Sigue las normas, preséntate ante el Príncipe, cuéntale una historia como te he dicho. Pero si optas por lo furtivo, figúrate en dónde se alimentan los lugareños y ve a alguna otra parte. No te pongas imaginativo. Si estás en una gasolinera, Caza ahí. 

Para un cazador furtivo, la velocidad siempre es la principal consideración. Lo más divertido es Cazar en el campo, en zonas donde nunca habrá un chupóptero de la Camarilla. Ahí es donde un vampiro se convierte en vampiro. Entras en un pequeño pueblo en alguna parte de Ohio o Tennessee. No hay Príncipe ni Sheriff, no hay Barones ni dominios, sólo tú y un pueblo lleno de presas fáciles en la noche. La Mascarada no es siempre una preocupación y es fácil lidiar con la policía. Tal vez presenten resistencia. Un granjero te sorprende abriéndole la garganta a su hija y te llena la cara de plomo. Ésa es parte de la emoción. A la tía Juniper le gusta que su presa se ponga peleona. Ésta es la verdadera Caza. Sin complicaciones urbanas, sólo depredadores y presas. Eso es lo que hace que todo valga la pena. 

Mendigando las sobras 

¿Y si todo se torciese? Has perdido todo tu dinero, no tienes coche, el sol comienza a alzarse. Ahí es donde debes entender que a veces en la carretera tienes que aceptar cosas terribles. Una vez, la tía Juniper estaba bien jodida. Había perdido a sus bonitos yonquis y no conocía el terreno. A un par de horas del amanecer, estaba en una gasolinera buscando desesperadamente a algún joven que me llevase a su casa para así poder matarlo y refugiarme en su baño. Pero en su lugar se presentó una banda de seis moteros Chusma, todo cuero y tíos duros. Empecé a hablar con ellos y les dejé proyectar lo que quisieran en mí. Éste es un truco que puedes aprender de la tía Juniper: si tienes el aspecto correcto, a la gente no le interesa quién eres. 

No tienes que mentir, porque ellos solitos crearán la historia y tú sólo tendrás que seguirles la corriente. Iba a dormir en su refugio. Según se iban, salté a la parte trasera de una de las motos y eché un vistazo. Tenían a un hombre encadenado a una moto. Un chupóptero urbano aterrorizado. Lo llevaron arrastrando por el suelo mientras su piel se deshacía e iba dejando un rastro de Sangre en el asfalto. Estaba medio muerto cuando llegamos al motel en el que dormían. Le dejaron en el tejado hasta que saliese el sol. A la tía Juniper no le gusta ver que se trata con esa crueldad a un objetivo indefenso. Haz daño, pero hazlo de forma justa. Pero ¿sabes lo que le dije a esa Chusma? Nada. Dormí segura mientras ese hombre ardía en el techo.

– Juniper, Anarquista errando por el medio oeste de Estados Unidos
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