¿Por qué preocuparse por la iluminación? Es difícil de alcanzar y está reservada (hasta cierto punto) a los Kuei-jin más viejos. ¿Por qué no limitarse a amasar poder y exigir respeto mediante tus sobrenaturales poderes y tu fuerza personal?
Por desgracia, esa actitud marca una profunda diferencia entre muchos Kuei-jin jóvenes y sus mayores, mucho más tradicionales. Los kyonshi corrompidos por Occidente han perdido el respeto por una visión superior. La mayoría prefiere masticar carne de cadáver que alcanzar las magníficas cimas del Monte Meru. Sin embargo, con la edad llega el deseo de lograr algo mayor. El poder temporal es tan fugaz como una hoja caída; por tanto, la mayoría de los Kuei-jin que sobreviven al periodo del Mono Corredor terminan adentrándose en una Senda Dhármica.
La disciplina y la visión también tienen sus beneficios. Un joven alocado puede reírse de las afirmaciones filosóficas de un anciano, pero nunca lo hará en su cara. Hay un sentido de propósito que da a los ancestros poderes que un vampiro recién regresado no puede ni soñar. Muchos Monos Corredores comienzan a seguir sus Dharmas únicamente para obtener estos poderes. Sin embargo, con el tiempo aprenden los Diez Mil Placeres del servicio al Cielo... aunque este servicio te convierta en un monstruo.
Algunos de los placeres más mesurables son los siguientes:
Respeto
La iluminación es perceptible. Entre los vampiros de Oriente un maestro de su destino obtiene un gran respeto, mientras que las sanguijuelas imprudentes son ignoradas, por muy poderosas que parezcan. Esta posición (o falta de ella) puede ser importante en las pruebas Sociales, como dados extras para las Reservas. Un Kuei-jin que se enfrente a sus congéneres tendrá problemas para dejar una buena impresión si se le considera un niño indisciplinado. Por tanto, los vampiros jóvenes o poco centrados suelen padecer una gran penalización a la dificultad de las tiradas Sociales cuando tratan de impresionar a los demás. Por otra parte, los monstruos dedicados a su causa pueden intimidar con una simple mirada. Los Kuei-jin que han dominado esta senda irradian literalmente armonía; cualquier cosa que diga un bodhisattva será escuchada con la mayor seriedad por cualquier vampiro oriental. Por tanto, los ancianos tienen Reservas de Dados Sociales muy altas.
Estos modificadores reflejan el Carisma sobrenatural del personaje y su lugar en la sociedad Kuei-jin. Por lo general, solo se aplican a las pruebas Sociales con otros vampiros orientales, aunque cualquier occidental perceptivo reconocerá la iluminación en cuanto la vea. Como los Kuei-jin ancianos son misterioso y terroríficos para los humanos, los Vástagos e incluso los hengeyokai, el Narrador puede asumir que cualquier vampiro con un Dharma elevado (+7) también tendrá dificultades Sociales muy bajas al tratar con otras especies. Los vampiros jóvenes usarán sus Reservas normales contra las demás criaturas.
Obtención de Chi
El Chi es la sangre de la creación. Cuando más en sintonía está un vampiro con su papel en el universo, más fácil le resulta reunir Chi. Los Kuei-jin menores deben devorar carne o chupar sangre; los más sabios pueden reunir esta esencia respirándola. Un vampiro verdaderamente iluminado es capaz de canalizar el Chi de forma más eficaz. Igual que un Vástago de gran edad puede manipular su poderosa vitae con facilidad, un maestro Kuei-jin es capaz de aumentar su flujo de Chi hasta niveles increíbles mediante principios arcanos y una conciencia superior.
En términos de juego, esta afinidad con el Chi simplemente permite a un Kuei-jin refinar Chi de diferentes fuentes y gastarlo en cantidades cada vez mayores.
Protección
Algunos poderes no funcionan contra los Kuei-jin de Dharma elevado. Los jóvenes que intenten atar el alma de un anciano recibirán su desprecio... si tienen suerte. Un Dharma alto también puede ayudar a un Kuei-jin a superar los efectos de la Fe Verdadera de los humanos.
Paz
El concepto de filosofía divina (una ética que eleva a una persona hasta niveles casi divinos) marca una de las mayores diferencias entre las religiones orientales y occidentales. Mientras los cristianos, judíos, musulmanes e incluso paganos se inclinan ante un creador superior (o ante un grupo de ellos, o ante su opuesto), muchas fes orientales recalcan que los dioses son meros aspectos de la creación, no su fin o su existencia. La Creación en sí misma existe en diversos planos, de los cuales el Reino Medio es solo un pálido y decadente reflejo. Para superar el ciclo mortal de miseria y engaño es necesario abrazar una filosofía divina, seguir sus preceptos y elevarse por encima del mundo. De otro modo se estará condenado a llevar una vida constreñida, sufriendo la retribución kármica por todos los errores y precipitándose de nuevo hacia el Ciclo.
Los Kuei-jin ya han sufrido ese proceso y esta vez saben que podrían no tener otra oportunidad. La perdición (normalmente una parada temporal en las religiones orientales) podría ser definitiva para un vampiro que haya sido devuelto para servir a un destino y que fracase. Viviendo su Dharma, un Kuei-jin podría escapar del regreso al Ciclo o, peor aún, al Mundo Yomi.
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