Todos los Kuei-jin están atados por el deber, el Camino de la Obligación. Este deber puede adoptar numerosas formas: hacia el propio Dharma, hacia las reglas y procedimientos de la corte y hacia los Ancestros gobernantes. En teoría, un Kuei-jin también tiene una obligación hacia las fuerzas vitales de la tierra, hacia la población celestial e incluso hacia los mortales.
Durante la Cuarta Edad un wu Catayano empleando los escritos de Ki, formuló un concepto que los Kuei-jin aún hoy siguen practicando: el de las Cinco Obligaciones. Éstas definen las cinco relaciones que representan la relación de un Kuei-jin con sus congéneres y con el resto del universo. Son la Obligación del Poder (la relación de un Kuei-jin con los oficiales de la Corte), la Obligación del Legado (la relación entre los ancianos y los jóvenes vampiros), la Obligación del Conocimiento (la relación entre el mentor y el discípulo), la Obligación de la Corte (la relación entre los Kuei-jin de diferentes Cortes o Dharmas) y la Obligación del Mundo (la relación entre los Kuei-jin y el resto de la existencia, lo que incluye le mundo mortal, las dimensiones Yin y Yang y las mismas Líneas de Dragón).
Estas Cinco Obligaciones son los radios de una rueda cuyo centro es el Catayano. Para que toda la estructura funcione correctamente, el Kuei-jin debe mantener estas cinco relaciones fuertes y saludables, de modo que los radios no se debiliten y hagan que la ruede deje de girar. En la práctica, este Camino suele ser una calle de un solo sentido. Aunque el vampiro cumpla su palabra y mantenga las Cinco Obligaciones, la fe y la solidez no suelen ser correspondidas por los demás. Sin embargo, eso no importa. Se supone que un Kuei-jin debe mantener sus juramentos por medio de sus palabras y sus acciones.
Como todos los demás elementos de la sociedad Catayana, en el ámbito personal la comprensión de las Cinco Obligaciones es confusa. Las relaciones de un Kuei-jin con otros vampiros que fueron ancestros en vida, o con su antigua familia mortal, suelen complicar estos preceptos. Los lazos familiares pueden resultar ser sorprendentemente fuertes, a menudo en los momentos más inoportunos. Es frecuente que se mantenga relación con otros Catayanos con los que existió un vínculo familiar, lo que puede enfrentar al vampiro con su propia Corte si el pariente pertenece a una Corte hostil, o si sigue un Dharma "inaceptable". Además, los Kuei-jin suelen usar las prácticas culturales del culto a los ancestros y la creencia en los dioses domésticos para controlar a sus antiguas familias mortales en tiempos de necesidad, ya sea para obtener un refugio seguro, para lograr el favor de una organización mortal o para conseguir Chi de una fuente de confianza.
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