Hijos de Sarrath (Lupinos)

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Todos somos animales, mi señora.
                                -Oscuridad, de Legend.

Los Lupinos, conocidos también como Hijos de Sarrath, son en su mayoría humanos. Son parientes, ya sea directos o por matrimonio, de hombres lobo. Los descendientes de Sarrath son todos parientes del clan de los Caminantes Silenciosos, como todos ellos bien saben. También son tradicionalmente los guardianes de Ruzlekin, la Semilla de las Lágrimas Ardientes. Esta familia es una de las más antiguas, tal vez la más antigua de las Familias de Poder ya que se remonta a Daenna y su hermano Sarrath, que en cierto momento fueron más que hermanos. Esta unión dio como resultado a dos gemelos, los primeros Hijos de Sarrath. Aunque otras familias prefieren referirse a ellos simplemente como "producto de la endogamia", los Lupinos creen que son los más cercanos a Daenna, al estar relacionados con ella doblemente.

Según lo cuentan los Lupinos, en algún tiempo durante el confuso amanecer del mundo moderno, los Hijos de Sarrath y Daenna, Abram y Zarrin, decidieron abandonar al primer grupo de trotamundos Gitanos para recorrer todas las tierras, buscando a otros de su estirpe. Se dedicaron a vagabundear y a meterse en más líos de los que ni los Rom pueden recordar. De este modo, llegaron a la tierra de los faraones. Siendo como eran, Zarrin y Abram decidieron que sería un gesto propio del respeto que sentían por todos aquellos gajes sedentarios, remilgados y pretenciosos el robar la barba ceremonial del faraón. Mientras estaban en ello, pensaron que por qué no hacerse también con uno de los antiguos libros de sabiduría que el faraón solía consultar... Bueno, ni Abram ni Zarrin heredaron el pelaje y los colmillos de su padre, pero se les daba bien detectar hombres lobo, tanto en forma humana como lobuna. De esta forma, al descubrir a dos jóvenes que pululaban por el mercado olisqueando los dátiles y los melones, los dos gemelos se miraron uno al otro y se dirigieron hacia ellas. Estas muchachas llamadas Ovilla y Piete, que también resultaron ser gemelas, olisquearon a Abram y Zarrin y supieron que eran de los suyos.

"¡Corran por nosotras!" Les invitó Ovilla. "¡Vengan a recorrer las arenas silenciosas!" insistió Piete. Por supuesto, esto es lo que hicieron los hermanos. Sin embargo, el paso apresurado de las hermanas y el calor agobiante del desierto empezaron a hacer mella en Abram y Zarrin, a pesar de lo cual, ellas seguían apremiándoles. "¡Corran, corran más rápido!", les decían. Cuando el viento se levantó y a los dos hermanos les empezó a arder el cerebro, el ritmo que llevaban al correr les hizo caer en el éxtasis del alma corredora. Pasaron las horas y los gemelos despertaron en brazos de sus nuevas amantes.

"¿Donde aprendiste eso?" preguntó Abram mientras Ovilla le lamía el sudor de las mejillas.

"¿Saben algo más?" preguntó Zarrin mientras acariciaba el pelaje brillante de Piete con sus manos.

"Hay más, pero no podemos descubrirlo". dijo Ovilla. "Esto lo aprendimos de un pergamino del viejo faraón. Piete estaba en su cámara una vez y lo leyó en el gran libro, pero no ha vuelto a tener la oportunidad de entrar allí".

"Cierto" contestó Piete, mordisqueando el costado de Ovilla.

"Es muy oportuno, porque queríamos ver uno de los libros del faraón y parece ser este" dijo Zarrin.

De este modo, los cuatro amantes volvieron a la ciudad y pasaron la noche trazando un plan. Por la mañana, Zarrin, que era un joven atractivo, de piel oscura y rasgos delicados, se disfrazó con ayuda de las dos hermanas y se presentó como doncella a la corte del faraón. Con los ojos pintados de kohl y los labios y mejillas pintados con bayas, Zarrin era la viva imagen de la belleza femenina. Abram hizo todo lo que pudo por contener la risa mientras llevaba a su "hermana pequeña" a la corte. Con la información proporcionada por Ovilla y Piete, a Zarrin no le resultó difícil llamar la atención del faraón. Enseguida logró abrirse camino hasta el dormitorio del faraón, entre el alabastro y la seda. El propio faraón se encargó de preparar el vino relajante para su nueva conquista.

Zarrin al inclinarse para abrazar al faraón, dejó caer en su bebida una hierbas que él y su hermano habían aprendido a utilizar. Batiendo sus enormes pestañas, Zarrin le explicó al faraón que su abrumadora presencia masculina hacía que se le agitase el corazón y le temblasen las piernas. El faraón de barba grasienta y enorme tripa, bamboleándose en un vaivén lujurioso, contestó: "Bien, entonces debes bebe este vino dulce para no desmayarte".

"También usted mi faraón. Yo no podría beber sola en tan augusta compañía", dijo Zarrin, echando una ojeada al enorme libro situado sobre un anaquel de marfil.

Brindando cada uno a la salud del otro, los dos bebieron todo el vino, sorbo a sorbo, trago a trago. Al cabo de unos minutos, los ojos diminutos del faraón se cerraron y su boca se abrió. Zarrin cuya Sangre le protegía de la mezcla, salió disparado. Tomó el libro en sus manos y separó la barba andrajosa de la cara gorda del faraón antes de ponerse la ropa de este. Con la barba en la cara y una almohada en el estómago, Zarrin dejó al faraón roncar y se alejó majestuosamente del dormitorio de la corte. En los años siguientes, la nueva familia de Gitanos creció y creció y vivieron mucha aventuras. Sin embargo, esta es la historia de los Hijos de Sarrath y de cómo encontraron el Libro de los Muertos.

Desde los tiempos de la primera familia Rom Lupina, los Gitanos han mantenido un estrecho contacto con los Garou, especialmente los Caminantes Silenciosos, tribu a la que pertenecen la mayoría de los hombres lobo Gitanos. Sin embargo, la gran mayoría de los Hijos de Sarrath son parientes de hombres lobo. Tal vez sólo un diez por ciento de la familia son hombres lobos ellos mismos. Aunque los miembros humanos de esta familia simpatizan con los problemas y opiniones de sus parientes Garou, los humanos están convencidos de estar en posesión de la verdad respecto a la realidad y el mundo. Libres de los gruñidos y quejidos de los hombres lobo, los Hijos de Sarrath creen tener lo mejor de ambos mundos. Después de todo, poseen la pasión y la fiereza de sus parientes lupinos y tienen acceso a los conocimientos y poderes de los Gitanos. Además, tanto los Rom como los Caminantes Silenciosos saben pasarlo bien de verdad y los Hijos de Sarrath han conseguido combinar esta amalgama de opiniones, conocimientos, poder y bullicio para desencadenar una mezcla especialmente fuerte.

Los Hijos de Sarrath casi siempre organizan sus grupos familiares en torno a ferias ambulantes o circos. Esta clase de espectáculos suelen recorrer un circuito fijo (como suelen hacer la mayoría de los grupos Rom), actuando para gaje ingenuos que prácticamente piden a gritos que les quiten el dinero. Estas ferias suelen montarse junto a una ciudad o un pueblo, para después esperar la llegada apresurada de los gaje. Cuando se trata de ciudades, los miembros de la feria suelen actuar en las calles de los barrios más pobres, o preparar pequeños espectáculos callejeros que van desde la "danza artística" a las peleas de gallos a los bujos preparados o cualquier cosa que les haga ganar dinero fácil.

Sin embargo, siempre que los lupinos se encuentran entre los gaje, buscan siempre algo más que una oportunidad de jugar con la mente y el dinero de los gaje. Desde hace muchos años, los miembros de las ferias de lupinos se dedican a buscar cachorros Garou perdidos. De hecho, es conocida la costumbre de los Gitanos Lupinos de descubrir a estos jóvenes y llevárselos consigo. Estos niños se crían en la feria hasta alcanzar la pubertad, durante la cual se les suele mandar a los Caminantes Silenciosos para que les entrenen en su tribu Garou particular. La costumbre de rescatar a estos cachorros Garou es probablemente el único atisbo de veracidad en todas las leyendas gaje sobre los Gitanos que secuestran niños. Después de todo, los Gitanos normalmente no quieren saber nada de los gaje de sangre débil ni de sus hijos.

Al ser parientes de los hombres lobo, los Hijos de Sarrath conocen el Velo, y no sufren ningún tipo de trastorno al toparse con uno. Algunos miembros de esta familia también tienen una Afinidad de Sangre conocida como Espíritu del Lobo. Según parece, esta consiste en una combinación de sangre Gitana y Garou y sólo pueden aprenderla aquellos Rom que formen parte de la Familia de Poder Lupina.

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