Permítanme empezar con esto: el Arcanum sabe positivamente que los vampiros son reales. Nuestro primer experto en el campo fue el sacerdote anglicano Jobediah Brown. Se le conoce más por su traición, pero hay que reconocer que fue el primero en contribuir a nuestro conocimiento de los vampiros. Nuestros archivos tienen incontables referencias de avistamientos y contactos con vampiros, y nuestros anales incluyen testimonios de testigos oculares de los increíbles poderes sobrenaturales de los No Muertos. También hemos... adquirido... algunos registros de las actividades de la Sociedad de Leopoldo, que lleva detallados informes de todas las cacerías en las que interviene. Nuestros investigadores han observado en varias ocasiones a los No Muertos en acción, y hemos podido catalogar muchos de sus poderes. Casi siempre tienen una tremenda fuerza, velocidad y resistencia; muchos han demostrado además otras facultades, desde el cambio de forma hasta la telepatía.
Los orígenes del vampirismo son un misterio. Se cree que son al menos tan viejos como la humanidad y algunos sostienen que incluso más: otros Arcanistas discrepan, señalando que puede demostrarse que la mayoría de los vampiros han sido humanos en un momento dado y por tanto no pueden ser anteriores a la humanidad. Se cree que el vampirismo se extiende de forma muy similar a un virus o una plaga: compartiendo la sangre de un vampiro se puede provocar un contagio. Algunos humanos, por ejemplo, no muestran todas las facultades típicas del vampiro; probablemente individuos que han contraído sólo una forma menor de la enfermedad, mientras que otros sufren todos los efectos. Los contagiados de una forma menor siguen siendo mortales, se les puede matar por diversos métodos (¡atención, esto no quiere decir que lo hayamos hecho!) y pueden moverse sin problemas a la luz del día. Estos "vampiros menores" están a menudo al servicio de los verdaderos vampiros.
Hemos catalogado diversos métodos por los que puede destruirse a un vampiro, aunque hacerlo no es nuestra misión. Por ejemplo, sabemos que el fuego y la luz solar son anatema para ellos y que clavarle una estaca en el corazón también los destruye. Por razones que ignoramos, algunos vampiros parecen inmunes a los poderes de la cruz y otros símbolos sagrados, mientras que otros huyen presa del pánico. Es posible que sólo los vampiros que fueran religiosos en vida se vean afectados por los objetos sagrados. Por supuesto, esta línea de estudio es muy peligrosa. Como mortales, somos básicamente un elemento de la cadena alimenticia de los vampiros; estas criaturas se alimentan de nosotros. Además, los vampiros son un grupo reservado y con buen motivo: saben que el mundo mortal no toleraría la existencia de tales depredadores. Los Arcanistas que estudian el mundo de los No muertos siguen un camino tan peligroso como el de los demonólogos.
Por esta razón, sabemos muy poco de la sociedad vampírica: no es fácil infiltrarse en ella. Y esto es lo peor, ¡pues podríamos aprender tanta historia de los No Muertos! Esperamos el día en que podamos acercarnos en paz a un vampiro y estudiar lo que tenga para enseñarnos. Por otra parte, un movimiento está cobrando fuerza en el Arcanum, iniciado por los que consideran que nuestro interés erudito en los vampiros es inmoral. Los No Muertos son para esos Arcanistas el logro definitivo del instinto depredador combinado con la malevolencia humana y su misma existencia supone un peligro para la humanidad. Si hemos catalogados sus actividades inhumanas (como hemos hecho, y son muchas) y permitimos que sigan existiendo, somos cómplices del genocidio.
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